Mónica García, la nueva ministra de Sanidad que no quería entrar en política y lideró una ‘marea blanca’

Anestesista del hospital Doce de Octubre y azote de Ayuso en la Asamblea de Madrid desde 2019, esta “madrileña, mujer, madre y médica” empieza un nuevo periplo político en el Gobierno de coalición

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Mónica García, candidata de Más Madrid-Equo a la Comunidad de Madrid, en un acto de campaña
Mónica García, candidata de Más Madrid-Equo a la Comunidad de Madrid, en un acto de campaña

Algunos íntimos lo llaman ‘la conjura de la Paloma’. Era 15 de agosto de 2019 (festividad de la Virgen de la Paloma) y un día antes Isabel Díaz Ayuso había sido investida presidenta de la Comunidad de Madrid por primera vez gracias al apoyo de Ciudadanos y Vox. Aunque las elecciones las había ganado el PSOE y el PP había sacado en la región el peor resultado de su historia, la izquierda (socialistas, Más Madrid y Unidas Podemos-IU) no había podido sumar para hacerse con el Gobierno regional. Para más inri, Manuela Carmena había perdido la Alcaldía de Madrid gracias también a la alianza de PP, Ciudadanos y Vox.

Mónica García, una simple diputada de Más Madrid, estaba ese día de bajón. Tanto, que le comentó a un buen amigo que lo mejor era dejarlo todo. Ella era, sobre todo, médica y madre. Y aunque ya llevaba cuatro años en la política activa, la continuidad del PP en el Gobierno regional supuso para ella un jarro de agua fría. “Nos fuimos a tomar unas cervezas para llorar la investidura de Ayuso. Pero la convencimos para que siguiera. Nos convencimos para seguir. En esos momentos más que nunca. Lo llamamos la conjura de la Paloma”, explica este amigo a Infobae España. Porque, como reconoce la propia García, le costó entender que la gente “me dijera que la política no es un buen sitio para estar, cuando debe ser el lugar más digno y más noble donde ejercer”.

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Eso fue hace cuatro años. Ironías del destino, Mónica García (Madrid, 1974) siguió el consejo de sus amigos y no abandonó la política. Este lunes ha dado un paso más en su trayectoria y forma parte ya del nuevo Gobierno de coalición progresista como flamante ministra de Sanidad. En la cuota que Sumar ha aportado al Ejecutivo. “Es lo mejor que le puede pasar a nuestro país”, explica José Manuel López, ex candidato de Podemos en Madrid y la persona que la convenció en 2015 para que compaginar su trabajo como anestesista en el hospital Doce de Octubre y se integrara en la lista que la formación morada confeccionó para presentarse a las elecciones.

Nuevo Gobierno de Pedro Sánchez. (Montaje: EFE)
Nuevo Gobierno de Pedro Sánchez. (Montaje: EFE)

“Al principio no quería ir. Me pidió que la metiera en un puesto que no fuera de salida. Así que fue de 26 y sacamos tan buen resultado que obtuvimos 27 diputados”, rememora López. García llegaba al Parlamento madrileño justo cuando acababa de dar a luz a su hija Rosita. “Fue un gran fichaje. Es una persona honesta, sincera, de ideas claras, una mujer empoderada”, sentencia López. “Yo la considero muy buena gente. Es auténtica, espontánea e ingeniosa”, relata Emilio Silva, que en 2015 comenzó con ella en el departamento de prensa de Podemos. Extraña, no obstante, que García tuviera esas reticencias a aventurarse en lo político cuando lo ha vivido en casa.

Mónica García, en su trabajo de anestesista en el Doce de Octubre
Mónica García, en su trabajo de anestesista en el Doce de Octubre

Su padre, Sergio García, psiquiatra en un centro de salud de Vallecas y que también estudió filosofía, fue diputado de Izquierda Unida en la Asamblea de Madrid entre 1983 y 1987. Ella recuerda que en aquellos años su familia (su madre también era psiquiatra) le ayudó a “vivir la política como una actividad intelectual y no como un ejercicio de fe religiosa o de convencimiento fanático”. Uno de sus abuelos, Eusebio García Luengo, fue un escritor bohemio de los que frecuentaban el café Gijón junto a Gerardo Diego, Bueno Vallejo, Francisco Umbral. Su abuela Amparo fue profesora, actriz y directora de teatro. En esa casa Mónica forjó su carácter. “Siempre fue muy buena gente, si podía te ayudaba. Es auténtica y espontánea, muy ingeniosa. Con mucho talento y muy lista”, señala el periodista Fernando Berlín, compañero de pupitre en el colegio.

Quiso ser socióloga, periodista, docente, filósofa, bióloga, escritora y guionista. Pero al final se decidió por estudiar medicina en la Universidad Complutense, mientras se pagaba los estudios trabajando en bares y sirviendo comidas en bodas y congresos. Se especializó en anestesiología y reanimación, tras descartar traumatología. “Una especialidad poco conocida, pero que cuida el equilibrio interno de los pacientes, de su bienestar. Y previene el dolor. ¿Qué hay más gratificante que quitar el dolor?”, señala el libro que ha publicado, ‘Política sin anestesia’. También formó parte del equipo de trasplantes del Doce de Octubre.

Las mareas blancas

Pero su destino tenía un camino, la política. Como ella siempre dice, “la medicina es una ciencia social y la política no es otra cosa que medicina a gran escala”. Trabajando ya en el Doce Octubre destaca como una voz activa de las ‘mareas blancas’, esas plataformas transversales en las que profesionales y movimientos ciudadanos aunaron esfuerzos para frenar la privatización sanitaria que habían comenzado los Gobiernos liberales de Esperanza Aguirre. En 2012 empezaron las huelgas, los paros, encierros y acciones vistosas como flashmobs (bailes multitudinarios que suceden de improviso en el espacio público), algunos de ellos organizados por la propia Mónica. También refunda junto a algunos compañeros la Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (AFEM). “Dormíamos, despertamos”, fue el lema que ideó García. Un reclamo irresistible para una anestesista como ella.

Pedro Sánchez ha anunciado este lunes la composición de su nuevo Gobierno, que este martes se reunirá en su primer Consejo de Ministros.

Luego llegó el 15-M. Llamó tanto la atención que Podemos se fijó en Mónica y Mónica se fijó en Podemos. Centrada en esa época en su trabajo, su familia (tiene tres hijos) y el deporte (le encanta el esquí y el atletismo y asegura que se ha pasado el 80% de su vida vestida de chándal), se dio cuenta de que había que dar un paso más. “Somos gente corriente que venimos a hacer cosas extraordinarias”, le dijo José Manuel López, que la introdujo en el consejo ciudadano de la ciudad de Madrid de la formación morada. Y como ya hemos dicho, en 2015 llegó por primera vez a la Asamblea de Madrid.

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Fue la portavoz de Sanidad entre 2015 y 2019. “Enseguida rompió con esquemas clásicos de la política. Es una persona muy fresca, accesible y llana. Es muy fácil trabajar con ella. Y además, coincide conmigo en que los dos somos muy bromistas y sabemos que lo serio y lo divertido no están reñidos”, señala Emilio Delgado, diputado de Más Madrid que lleva trabajando con ella desde 2015. A finales de 2018 y principios de 2019 Podemos se rompió por la mitad y uno de los fundadores, Íñigo Errejón, dejó el partido. Mónica probó entonces el sabor amargo de la política. “Ay, Moni, donde te has metido. En este sitio (la política) hay mala gente”, le decían sus compañeros del Doce de Octubre. “Podemos pasó a ser un proyecto excluyente. El partido pasó a ser lo primero por delante de la gente”, asegura García en su biografía. “ Y algunos decidimos seguir a Errejón en su intento de salvar los muebles de aquella ilusión”. Nació Más Madrid.

Íñigo Errejón y Mónica García, en una pegada de carteles (Más Madrid)
Íñigo Errejón y Mónica García, en una pegada de carteles (Más Madrid)

Así que tras las elecciones autonómicas de 2019, Mónica repitió en la Asamblea como diputada autonómica, esta vez en las filas de Más Madrid. Esos comicios que ganó el PSOE, pero que no sirvieron para que la izquierda gobernara. Esos comicios que sirvieron para que el ‘fenómeno Ayuso’ empezara a cocerse a fuego lento. Esos comicios que por poco provocaron que Mónica tirara la toalla. Y en 2020 llegó la terrible pandemia, ese virus llamado Covid-19. “Y la gente empezó a conocer a Mónica, una heroína. Es una tía cojonuda y muy capaz. No puedo decir nada mal de ella”, señala Eduardo Gutiérrez, también parlamentario de Más Madrid y que comenzó con ella en política en 2015.

Errejón había regresado además a la política nacional como diputado en el Congreso y dejó un hueco en la Asamblea de Madrid que fue sustituido por Pablo Gómez Perpinyá como portavoz y por Mónica García como portavoz adjunta. Es cierto que la terrible pandemia la hizo más famosa por sus intervenciones parlamentarias y en los medios. Ella misma reconoce que empezó a ganar relevancia política “porque empezaron a insultarme”. Un día incluso sus hijos le preguntaron por qué la habían llamado “aquelarre radical, que qué era un aquelarre”. Ayuso, su antítesis política, provocó su verdadera proyección cuando decidió adelantar las elecciones en 2021.

La nueva ministra de Sanidad, practicando salto de vallas durante su juventud
La nueva ministra de Sanidad, practicando salto de vallas durante su juventud

“En esos momentos ella y yo éramos los coportavoces parlamentarios de Más Madrid y estaba claro que ella era la mejor opción para ser la candidata en esos comicios. En un contexto de pandemia en el que Mónica tenía una gran ascendencia en el electorado que había que aprovechar. Es muy trabajadora y tiene una facilidad innata para contactar con la gente”, señala Gómez Perpinyá, que fue su jefe de campaña en las elecciones de 2021. “Madrileña, médica, mujer, madre”, fue el lema elegido para impulsar a la anestesista, que consiguió más votos que el PSOE y se erigió como líder de una oposición contra una Ayuso consolidada. Esas elecciones de 2021 sirvieron para enterrar definitivamente a Ciudadanos y a Pablo Iglesias, que en un movimiento arriesgado dejó el Gobierno central para presentarse en Madrid.

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García se convirtió entonces en el azote de Ayuso. Épicos han sido sus enfrentamientos en los Plenos de la Asamblea de Madrid. La relación personal entre ambas no es buena. Y García empezó a ser la diana de la prensa conservadora más próxima al PP. Es “médica y mema”, según el comunicador Federico Jiménez Losantos, que usa el acrónimo “mema” para ridiculizar el “médico y madre” con el que siempre se identifica la líder de Más Madrid. Asegura que los insultos y los ataques la han hecho más fuerte. La ‘minilegislatura’ 2021-2023 sirvió para consolidarla como referente político. En las elecciones de 2023 repitió como cabeza de lista de Más Madrid y Yolanda Díaz, que enseguida hizo buenas migas con ella cuando decidió que el tiempo de Unidas Podemos había pasado y que la izquierda se tenía que unir en el proyecto de Sumar, empezó a pensar en ella para cotas mayores: la ministra García. “Ay, Moni, donde te has metido. En este sitio (la política) hay mala gente”, le recuerdan sus compañeros del hospital. Veremos.

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