Junto con King Kong, Godzilla es una de las criaturas más icónicas de la historia del cine y de la cultura popular. Cuando apareció en los años cincuenta, se presentó como un elemento metafórico de los peligros de las armas atómicas y un símbolo de las catástrofes de Hiroshima y Nagasaki, aunque poco a poco, a lo largo del tiempo, fue configurando una rica mitología propia.
Aquella primera aparición en pantalla del monstruo prehistórico generó un gran impacto social. Fue dirigida por Ishiro Honda, amigo de Akira Kurosawa y asistente en algunas de sus película más míticas. En ese momento, Honda, supo utilizar las todavía precarias y artesanales técnicas de los efectos especiales para sentar las bases de lo que sería el género Kaijū (que significaría ‘bestia gigante’) que iría ampliándose a lo largo de los años.
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La productora Toho se convirtió en la casa madre de la criatura y la encargada de ampliar todo su universo a través de la creación de otros monstruos como Mothra (la polilla gigante), Rodan (un pájaro prehistórico), Anguirus (el primer rival de Godzilla), King Gidorah (el rey del terror) o Mechagodzilla (un Godzilla robot que se insertaría en otra tradición japonesa, los ‘mechas’). Otros estudios nipones, como Daiei también crearon sus propios titanes, como es el caso de la tortuga Gamera.
De Japón a Estados Unidos
En 1998, el gran director especializado en catástrofes, Roland Emmerich se encargaría de una versión estadounidense de Godzilla (protagonizada por Matthew Broderick) y, a partir de ese momento y, gracias a su éxito en taquilla, Hollywood comenzaría a interesarse en explotar las posibilidades del ‘rey de los monstruos’.
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En 2014 apareció la que se convertiría en la punta de lanza de la nueva generación de Godzilla, dirigida por Gareth Edwards y ecabezada por Aaron Taylor-Johnson, Ken Watanabe y Elizabeth Olsen. Sería el inicio de lo que se ha conocido como Monsterverse, auspiciado por Warner Bros y Legendary Entertainment (con la colaboración de Toho) para generar una franquicia que reuniría a las especies clásicas y modernas dentro del kaiju-eiga.
El experimento continuó con Kong: La isla calavera, dirigida por Jordan Vogt-Roberts para introducir al otro gran monstruo por excelencia surgido en los años treinta durante la época de la Gran Depresión y que se encargaría de revolucionar los efectos especiales y de crear un icono atemporal que ha dado pie a multitud de teorías en torno a su naturaleza. La Toho ya había incluido a King Kong en sus películas después de comprar sus derechos, así que el encuentro entre estas criaturas no era nada nuevo, pero sí constituía un movimiento a modo de revival por parte de los estudios norteamericanos.
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Su siguiente operación fue Godzilla: El rey de los monstruos (2019), en la que el lagarto radioactivo aparecería junto a una buena parte de los especímenes creados por la Toho, es decir, Mothra, Rodan y King Ghidorah. Dirigida por Michael Dougherty estaba protagonizada por Vera Farmiga, Kyle Chadler y la estrella de Stranger Things, Millie Bobby Brown.
Explosión del MonsterVerse
Al principio, el Monsterverse no tuvo la repercusión esperada. El Godzilla de Edwards era una película autoral que no caló en el público. Kong, tenía una espíritu pulp y macarra que no fue entendido. Y, la tercera, era un auténtico desastre, absolutamente gratuita y confusa.
Había que replantearse el concepto antes de que pereciera y, entonces, apareció Adam Wingard con Godzilla vs. King Kong, que se encargó de salvar la taquilla en tiempos de pandemia. A partir de ese momento, el Monsterverse pareció cobrar un nuevo sentido, gracias a una película, encabezada por Alexander Skarsgaard y Rebecca Hall, repleta de inteligencia y en la que los monstruos míticos se convertían en auténticas estrellas de la función.
Precisamente el próximo 2024 se estrenará una continuación, también dirigida por Adam Wingard y que se titularía Godzilla x Kong: The New Empire. Mientras, Apple TV acaba de ampliar la franquicia con una serie titulada Monarch: El legado de los monstruos, en este caso, centrada más en los humanos que en la bestias, en los traumas causados por los ataques y de qué forma intentan adaptarse a las circunstancias de un mundo en el que, en cualquier momento, se puede producir una catástrofe.
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La trama se desarrollaría en dos tiempos de forma paralela. En el pasado, seguiremos a un soldado estadounidense (Wyatt Russell), encargado de proteger a la doctora Keiko Mura (Mari Yamamoto) durante su peligrosa investigación. Décadas más tarde, en 2015, la nieta de Keiko, Cate (Anna Swai) se embarcará en una investigación personal para descifrar los vínculos de su progenitor con una misteriosa organización llamada Monarch. En el reparto, como aparición estrella encontraremos al mítico Kurt Russell.
Monarch: El legado de los monstruos se situaría cronológicamente entre Godzilla (2014) y Godzilla: El rey de los monstruos (2019) y se centrará en el grupo de científicos que estudia a los especímenes para poder combatir contra ellos. Ya están disponibles los dos primeros episodios en la plataforma, con el estreno de un capítulo semanal hasta que esté completa el 12 de enero.