El catalán Ernest Urtasun, hasta el momento portavoz de Sumar, el partido de Yolanda Díaz, y uno de sus hombres de confianza, sustituirá a Miquel Iceta al frente del Ministerio de Cultura. Es una de las novedades en el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez, que mantiene el núcleo duro.
Tiene 41 años y un perfil político versátil, buenas dotes como negociador y mucha experiencia en el Parlamento Europeo, donde se forjó durante años. Licenciado en Economía por la Universidad Autónoma de Barcelona, y con un posgrado en Relaciones Internacionales, comenzó a militar en organizaciones políticas casi desde sus inicios y con 20 años ya coordinaba las delegaciones de Iniciativa per Catalunya Verds en los diferentes Foros Sociales Europeos. Por eso se especializó en Medio Ambiente y fue portavoz de los Jóvenes Verdes Europeos, así como miembro del Bureau del Foro Europeo de la Juventud y representante en la Cumbre del Clima de Copenhague.
En programa electoral de Sumar se le daba a la cultura un peso específico, razón por la que muchos miembros destacados de los diferentes sectores, de Pedro Almodóvar a la escritora Alana S. Portero, apoyaron la candidatura de Díaz ya que, por una vez, se ponía de manifiesto la precariedad dentro de una industria, la cultural, que siempre ha estado sistemáticamente denigrada, incluso atacada por los partidos de derecha, a pesar de que representa el 3,5% del PIB y ofrece trabajo a más de 700.000 trabajadores.
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Los retos de Urtasun en Cultura
Al parecer, a Urtasun le gusta el cine y ha escrito de música en la revista Rockdelux. Pero lo importante es que controla de economía, de ecologismo, de feminismo y otros problemas vinculados a al sector cultural. Y que, seguramente, mantendrá una línea continuista a la gestión de Iceta que, entre otras cosas, trabajó en su legislatura para resolver una de las demandas históricas de los diferentes colectivos como era el Estatuto del Artista, fundamental para mejorar la precariedad y que necesitará del apoyo de otros ministerios como Trabajo o Seguridad Social.
En cuanto al Bono Cultural Joven, Sumar pretendía ampliar la medida hasta los 30 años dentro de su programa, así que podría ser una de las medidas del nuevo ministro, además de otra de las promesas, la de ir aumentando de forma progresiva los presupuestos en cultura durante los próximos cuatro años en un 1%. Sin embargo, la desaparición de los fondos procedentes de programas europeos podrían causar verdaderos problemas a las diferentes industrias culturales.
Otro de los puntos conflictivos será la Ley del Audiovisual, sobre la que Sumar apuntó que revisaría a fondo, entre otras cosas, de qué modo las televisiones públicas y privadas financian el cine español. En cuanto a la Ley del Cine fue una de las damnificadas por la convocatoria de elecciones y también ha sido uno de los motivos de mayores controversias durante el mandato de Iceta por la Ley Audiovisual, que situaba a las plataformas en un lugar privilegiado anteponiéndose a los productores independientes por una cuestión de matices en las definiciones y nomenclaturas.
El pasado mes de diciembre, el Consejo de Ministros remitía a las Cortes el Proyecto de Ley del Cine y de la Cultura Audiovisual después de un largo plazo de enmiendas por parte de los grupos parlamentarios que no paraba de ampliarse. Se rechazó la de Vox, pero nada llegó a concretarse y hasta hace poco todavía las conversaciones con los diferentes agentes del sector continuaban. En principio, sería uno de los puntos que se tendrían que reformar. Y, por supuesto, las diferentes censuras que han ido salpicando la actualidad de los próximos meses por parte de las ciudades o comunidades autónomas en manos de la ultraderecha.