Las luces del Pala Alpitour fueron perdiendo fuerza hasta apagarse por completo para recibir a dos tenistas que brillan con luz propia. Novak Djokovic, número uno del mundo, y Carlos Alcaraz, su inmediato perseguidor en el ranking ATP. El corazón del pabellón latía con más vigor que en cualquiera partido disputado sobre la rápida pista turinés. Los aficionados eran conscientes de la magnitud que supone ver un duelo entre dos tenistas, separados por una distancia de 16 años, que han reinventado la máxima rivalidad tenística este 2023 enfrentándose en cuatro ocasiones. La última, en Turín, se la apuntó el serbio (3-6, 2-6) sellando así su pase a la final de las ATP Finals.
Carlos Alcaraz se despidió de las ATP Finals en semifinales y con la cabeza alta, tras llegar más lejos de lo que su estado físico y mental auguraba. La derrota en Turín significa el broche de Carlitos a una temporada que, pese a los resultados y sensaciones de los últimos torneos, es la mejor desde que compite en el circuito. Sus seis títulos, uno de ellos en Wimbledon, y las semifinales de Roland Garros y US Open son otros grandes resultados del año. Además de sus títulos en Buenos Aires, Madrid, Barcelona, Queens e Indian Wells.
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“Si quiere ser el mejor tiene que actuar como tal”
Su entrenador, Juan Carlos Ferrero, explica en los micrófonos de la Cadena Ser el bajón de rendimiento de su pupilo durante la última parte de la temporada. “Tiene que aprender que la temporada es larga, que es su trabajo y no puede tener tantos descansos como le gustaría. Que si quiere ser el mejor tiene que actuar como el mejor y ser profesional todo el año. Es lo que hay y hay que aceptarlo. El calendario es el que tenemos, está como está y hay obligaciones por parte de la ATP de jugar los Masters 1000 y de la ITF para los Grand Slams. Hacer el calendario más corto de lo que hemos hecho este año es difícil. Se han jugado 18 torneos, que realmente son bastante pocos, pero ha jugado muchos partidos y eso es lo que le ha llevado a ese nivel de cansancio mental al final”, asegura.
La última final ante Djokovic manifestó que a Carlitos que aún tiene sendero por recorrer. “En este tipo de situaciones se ve. A nivel tenístico, en este tipo de superficies, todavía nos falta un poco, y a nivel mental, el hecho de afrontar sabiendo que vas a tener un partido durísimo, hay que estar un poquito mejor preparado. Hay que acostumbrarse al hecho de que si juegas a un nivel tan alto, cada semana tienes la exigencia de ganar, de jugar contra los mejores y esa exigencia, a veces, te lleva al límite del cansancio mental, que es lo que le ha pasado al final de temporada. Ha acabado con muy mala sensación, como sintiéndose un poquito inferior, pero creo que está un poquito lejos de la realidad”, sentencia.
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La gira asiática pudo con él
“Cuando físicamente me encuentro bien, sé que los rivales tienen difícil ganarme. No me siento ni mejor ni superior a nadie, pero tengo claro que tienen que jugar a un nivel alto para ganarme”, afirmó tras conseguir los cuartos de final de Madrid. La gira asiática ha sido demoledora. En Pekín fue Sinner el que le superó en semifinales. Dimitrov hizo lo propio en el torneo de Shanghái y Safiullin en París antes de que Zverev le sorprendiera en la fase de grupo de las ATP Finals en Turín.
Alcaraz se marcha de Italia con una derrota que no empaña un año descomunal con la victoria en Wimbledon como momento culmen y las semifinales en Roland Garros y US Open como otros grandes resultados. Carlitos sigue dando pasos agigantados. Promete memorables momentos.