El tesoro natural de Ávila: unas cuevas naturales de un kilómetro de longitud cerca de Madrid

En mitad de noviembre, uno de los mejores planes para disfrutar del otoño en su máximo esplendor es recorrer algún monte o hacer una ruta. De esta forma, el viajero queda asombrado con los bellos colores que ofrece esta estación y que solo se pueden disfrutar en esta época del año. Sin embargo, existen otros muchos destinos que son perfectos para conocer y disfrutar en cualquier momento.

Así, en Ávila se localiza una de las joyas naturales más bellas de Castilla y León. Se trata de las Cuevas del cerro del Águila, una impresionante cavidad incrustada en lo que se conoce como cerro de Romperropas o del Águila, el cual da nombre a las cuevas. Se sitúan apenas a nueve kilómetros de la localidad de Arenas de San Pedro, en el valle del Tiétar, y muy cerca de la Comunidad de Madrid, por lo que es un plan perfecto para los que viven en la capital.

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Hay muchos casos en los que el descubrimiento de las cuevas ha sido algo fortuito, y él las del Cerro del Águila no iba a ser menos. Así, se dio con este monumento natural de forma accidental el 24 de diciembre de 1963, cuando cinco chicos que merodeaban por el cerro, se sorprendieron al observar que salía vapor por un agujero. El vapor de agua se producía por la diferencia de temperatura en el interior, unos 17 °C, y el frío del exterior.

“Con la ayuda de cuerdas y linternas, los chicos se aventuraron a entrar por lo que parecía una gatera de apenas 60 cm de diámetro. Descendieron durante un rato y recorrieron unos 50 o 60 metros gateando hasta llegar a la gran bóveda principal. Después, estuvieron perdidos en el interior de las cuevas durante casi cinco horas, hasta que lograron encontrar de nuevo el agujero por donde habían entrado”, explican desde el portal web de las cuevas.

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Su formación es el resultado de la circulación de agua subterránea relacionada con los ríos Avellaneda y Arenas, la cual formó una serie de cavidades en el nivel freático en el subsuelo. El ensanchamiento de dichas cavidades produjo “colapsos de la roca caja, dando lugar a las grandes salas que forman las Cuevas del Águila”. Los últimos desprendimientos tuvieron lugar hace 75 mil años.

Las Cuevas del Cerro del Águila destacan por el bello colorido y textura que albergan sus formaciones, muy diferentes de las del resto de la península. Esto se debe a que, normalmente, el tono cromático suele ser más monótono, pero en este caso, alberga infinidad de colores muy dispares. Esto se debe a la compleja evolución, resultado de reiteradas fases de creación y destrucción de las formaciones que aporta una gran diversidad del paisaje subterráneo.

A su vez, la cavidad cuenta con una rica variedad de espeleotemas: estalagmitas, estalactitas, columnas y coladas espeletémicas, anthoditas, excéntricas, acículas, escudos e incluso moonmilk. “Esta diversidad de crecimiento cristalino es el resultado de las variaciones del microclima de la cueva y del contexto en el que aparecen las formaciones”, cuentan desde su página web.

Además, cuenta con una profundidad de 50 metros y un recorrido de alrededor de un kilómetro. Así, durante la visita el viajero se quedará con la boca abierta gracias a la gran variedad y el valor geográfico de todas estas formaciones.

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La visita a las cuevas es a pie, por lo que se recomienda llevar un calzado adecuado, y en todo momento se va acompañando de un guía que va contando todo acerca de la cueva. El precio de la entrada es de 10 € adultos y 8 € para niños (de 6 a 10 años). Los menores de 5 años no pagan entrada y existe un precio especial para grupos (más de 20 personas) de 8 € por persona. Además, se pueden comprar tanto en la página web como allí en taquilla.

En cuanto al horario, en los meses de primavera y verano es de 10:30 h a 13:00 h y de 15:00 h a 19:00 h. Por su parte, en otoño e invierno, es de 10:30 h a 13:00 h y de 15:00 h a 18:00 h. Igualmente, se debe pasar obligatoriamente por taquilla para validar las entradas en el caso de haberlas adquirido de manera online.

Desde Ávila, el viaje es de alrededor de 1 hora y 15 minutos por la carretera N-502. Por su parte, desde Madrid el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 45 minutos por la A-5.