Rumbo y origen de los jóvenes ultra que protestan en Ferraz: “Es la primera manifestación a la que vengo”

Los grupos radicales que protestan contra la amnistía están formados principalmente por hombres que no superan la treintena. La extrema derecha, sin embargo, ha perdido espacio de voto entre la Generación Z

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Un grupo de jóvenes se enfrenta a los antidisturbios durante una manifestación contra la amnistía. (Diego Radamés / Europa Press)
Un grupo de jóvenes se enfrenta a los antidisturbios durante una manifestación contra la amnistía. (Diego Radamés / Europa Press)

“Esta es la primera manifestación a la que vengo, no me da vergüenza decirlo”. Con esta actitud llegaba un joven de 25 años a las inmediaciones de Ferraz, donde sus colegas —de la misma edad— habían quedado para protestar contra la amnistía. En la sede nacional del PSOE, las banderas con simbología franquista se alternan cada noche con las luces azules de los antidisturbios. Los manifestantes, convocados por las juventudes de Vox, gritan consignas como “España cristiana, nunca musulmana”, “Pedro Sánchez, hijo de puta” y “Marlaska, maricón”. La asistencia es principalmente masculina y muchos participantes no superan la treintena, dos datos que han hecho saltar las alarmas.

Todas las miradas están puestas en el voto de los jóvenes españoles, que para algunos ha pegado un giro considerable hacia la derecha. Las redes sociales y los creadores de contenido juegan aquí un papel fundamental, aunque la adopción de postulados extremistas no siempre encuentra réplica en las urnas. Si mañana hubiera elecciones, solo el 10% de los jóvenes de entre 18 y 24 años votaría a la extrema derecha, según datos del último CIS. La Generación Z metería en el sobre la papeleta del PSOE (28,4%), varios puntos por encima del Partido Popular (21,5%).

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Una encuesta reciente del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) de Catalunya también se hace eco del fenómeno y evidencia un ligero aumento de los jóvenes de derechas —menores de 23 años—. El 22% de los catalanes que acuden a las urnas por primera vez siente más cercanía con la derecha y la extrema derecha que con las fuerzas progresistas. El porcentaje sube hasta el 24% entre el público masculino. El PP y Vox tratan de capitalizar el voto joven aprovechando que las encuestas reman a su favor, pero la ecuación tiene truco.

El ruido no siempre se traduce en votos. Los discursos de la extrema derecha suelen prender en sectores de la población generalmente precarizados. La juventud es uno de esos sectores, pero no por ello existe una identificación más fuerte con Vox”, apunta Lucía Miranda, académica del Centro de Investigación en Ciencias Sociales y Juventud (CISJU) de la Universidad Católica Silva Henríquez. Esta hipótesis choca con los datos de participación de la Generación Z en las protestas contra la amnistía. ¿Cuál es entonces la clave de su éxito?

Varios jóvenes realizan el saludo fascista durante una nueva jornada de protestas en Ferraz. (Alejandro Martínez Vélez / Europa Press)
Varios jóvenes realizan el saludo fascista durante una nueva jornada de protestas en Ferraz. (Alejandro Martínez Vélez / Europa Press)

“La alta presencia de jóvenes en las protestas de Ferraz no tiene por qué resultar extraña. Las manifestaciones no autorizadas requieren de unos costes, normalmente físicos, que otros grupos de edad no tienen. Los participantes tienen que estar en forma y cuanto más radicales, mejor”, explica Javier Lorente, profesor de Ciencia Política en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC). El perfil de los jóvenes que secundan este tipo de concentraciones cumple un patrón bastante homogeneizado: hombres con una ideología radical y buen estado de salud. “La frustración es muy masculina, esto explica la alta presencia de varones las protestas”, matiza Marta Roqueta, investigadora sobre activismos feministas en red en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

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Revuelta, una plataforma fantasma impulsada por las juventudes de Vox, está detrás del grueso de los actos vandálicos que se suceden desde hace 15 días en las inmediaciones de Ferraz. “El partido pone todos los recursos posibles a disposición de los jóvenes. Los legitima políticamente, les dice que tienen que vivir su propio 15M, pero no es más que la farsa después de la tragedia”, señala Iago Moreno, sociólogo y especialista en estrategia digital. “La teoría del golpe de Estado ha calado mejor que otras veces, aunque lleva ahí desde 2018, cuando Pedro Sánchez llegó a la presidencia del Gobierno. La gente tiene que buscar un argumento para salir a la calle y juntarse con los grupos ultra. El riesgo de involución democrática es la forma que han encontrado para canalizar sus frustraciones”, añade Javier Lorente.

¿Los jóvenes son más de derechas que hace una década?

Los primeros estudios de participación que conserva España son de los años setenta. Los jóvenes, por aquel entonces, eran mayoritariamente de izquierdas. El progresismo estaba en auge a nivel internacional, con el movimiento antirracista, las protestas del mayo francés y la caída del franquismo en la misma línea temporal. “Los jóvenes no son ahora más conservadores que hace dos décadas. Lo que ocurre es que la derecha, de forma progresiva, ha validado y consolidado sus alianzas con la extrema derecha. La validación del discurso de Vox hace que estos pequeños grupos se sientan más impunes a la hora de reivindicar sus posicionamientos”, sostiene Lucía Miranda.

La Policía carga contra los manifestantes frente a la sede nacional del PSOE. (Ricardo Rubio / Europa Press)
La Policía carga contra los manifestantes frente a la sede nacional del PSOE. (Ricardo Rubio / Europa Press)

El descontento afecta por igual a todos los países europeos. Lo que ocurre aquí es que ha coincidido con el auge de la lucha antirracista y feminista. No es tanto la derechización, sino el reaccionarismo, que afecta a los dos bandos”, destaca Marta Roqueta. La extrema derecha, con todo, ha perdido espacio de voto. Los jóvenes que acuden por primera vez a las urnas se identifican más con el centroizquierda, según datos del CIS. “Lo que sucede es que la primera toma de contacto con la política se produce, para muchos jóvenes, a través de las redes sociales. La extrema derecha habla sin tapujos y los usuarios normalizan cuestiones que son reprobables fuera de la burbuja digital”, advierte Teresa Ciges, consultora en comunicación política y digital.

La influencia de los ‘influencers’

Las protestas contra la amnistía han reunido a cientos de jóvenes frente a la sede nacional del PSOE durante las últimas semanas. Muchos no habían salido nunca a la calle para defender la sanidad pública, denunciar los asesinatos machistas o combatir la crisis climática. Esta vez, sin embargo, lo han tenido claro. María Pombo, Vito Quiles, Rubén Gisbert y otros influencers se han mostrado públicamente a favor de estas manifestaciones, pero ¿qué importancia tiene su opinión? “Muchas celebridades digitales son importantes en la conversación política de las derechas, pero a la hora de la verdad hacen poco más que figurar. Las manifestaciones de Ferraz lo demuestran, les ha pasado el tren por encima”, apunta Iago Moreno.

La motivación de los creadores de contenido que caldean el ambiente está en entredicho. Los que lo hacen, consiguen que se hable de ellos, pero fracasan a la hora de liderar las convocatorias. “Los influencers políticos son una minoría, de hecho, muchos saben que les perjudica posicionarse. Las redes son su herramienta de trabajo, las utilizan para ganar notoriedad, visitas e ingresos. Transmiten confianza y son buenos prescriptores, también cuando hablan de política”, subraya Teresa Ciges. Los expertos consultados por Infobae España consideran que los youtubersrara vez son capaces de cambiar el rumbo de las protestas” y lanzan su apuesta sobre las concentraciones de Ferraz: “La gente normal tiene otras cosas que hacer, dentro de unos días solo quedarán los más radicales y llegará un punto en el que resulte insostenible”.

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