La casa real de Dinamarca no ha dejado de protagonizar titulares en los últimos días tras hacerse públicas varias fotografías en las que aparece el futuro heredero del torno. Federico de Dinamarca y Genoveva Casanova fueron cazados mientras disfrutaban de un paseo por las calles de Madrid. Las instantáneas han causado un gran revuelo, sobre todo porque en ellas se ve al príncipe danés salir de la vivienda de la actriz mexicana.
Hasta donde se sabe, la reina Margarita II tuvo la oportunidad de acallar el escándalo mediático que azota a la familia real si esta hubiera accedido a pagar la suma de 250.000 euros a cambio de que las imágenes no viesen la luz. Sin embargo, se negó a destruir o guardar las fotografías.
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Al margen de esta vorágine mediática, y echando la vista al pasado, el historial de la casa real danesa cuenta con otra series de controversias que, durante un tiempo, también le situaron en el ojo del huracán. A continuación se han traído al presente algunas de las más polémicas.
Cada uno en su tumba
La historia de amor de la reina Margarita de Dinamarca y el príncipe Enrique Laborde de Montpezat estuvo marcada por las salidas de tono del príncipe. Cuando ambos decidieron unir sus vidas en matrimonio, allá por 1967, la monarquía danesa le otorgó un papel secundario, mientras que Margarita fue coronada como monarca.
De esta manera, el también escritor adquirió el título de su alteza real el príncipe. Una designación que él nunca aceptó y así lo ha dejado saber en reiteradas oportunidades hasta el día de su muerte, que ocurrió en 2018. En 2017, Enrique se convirtió en el protagonista de una vorágine mediática tras asegurar públicamente que la reina le toma “por tonto”.
Estas declaraciones, que cayeron como un vaso de agua fría en la corona real danesa. Con ellas, el entonces príncipe consorte dejaba entrever su disgusto con la reina debido a la falta de igualdad y respeto en su matrimonio. Tanto es así que Enrique dejó claro que no quería compartir reposo eterno junto a Margarita. “No me he casado con la reina para ser enterrado en Roskilde. Si ella quiere que me entierren a su lado, tiene que nombrarme rey consorte, eso es todo”, aseguró a los medios daneses.
“Relegado e inútil”
En 2002, los monarcas de Dinamarca fueron invitados a la boda que tuvo lugar en Ámsterdam, donde el heredero al trono, Guillermo Alejandro, y Máxima Zorreguieta contrajeron matrimonio. Si bien se pensaba que Margarita acudiría acompañada de su esposo, lo cierto es que una de las grandes ausencias fue Enrique.
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La reina, quien era madrina del novio, acudió en solitario a la iglesia Nieuwe Kerk, en Holanda. Mientras tanto, el príncipe, que se quedó en Dinamarca, dio una exclusiva al diario danés BT en las que hablaba abiertamente de su vida, la institución y su matrimonio. En sus declaraciones, aseguraba que se sentía “relegado e inútil” y que, en consecuencia, había tomado la decisión de refugiarse en sus viñedos de Cayx en el Sur de Francia.
Infidelidades, clubs nocturnos y alcohol
El príncipe Enrique de Dinamarca también acaparó los titulares de la prensa internacional al confesar que contrató servicios de señoras de compañía. El entonces príncipe consorte, título al que renunció en 2017, aseguró que había empleado dinero de su padre para emplear los servicios de una prostituta.
Sin embargo, este no fue el único miembro de la Familia Real al que se relacionó con el pago de dinero a cambio de sexo. La revista danesa Her & Nu desveló que, en 2016, Federico de Dinamarca había sido infiel a su mujer, Mary Donaldson, con una prostituta de lujo anónima con la que mantuvo relaciones sexuales a cambio de 50.000 coronas—aproximadamente 7.000 euros—. Sin embargo, estos hechos son solo rumores que, a día de hoy, no se han confirmado.
Quien tiene un largo historial de escándalos es Joaquín de Dinamarca, el hijo menor de la reina Margarita. Meses antes de contraer matrimonio con su segunda mujer, Marie, el royal copó los titulares de la prensa nacional e internacional por las juergas locales de ambiente en Copenhague y su afición al alcohol. Además, en varias ocasiones ha sido denunciado por conducir a más de 170 kilómetros por hora.
Un retrato similar a los Addams
En 2009, la monarca encargó a un pintor del país realizar un retrato de cada uno de los miembros de la familia con la idea de tener una estampa familiar que perdurase en el tiempo. Cuatro años después, dio a conocer la obra, que, por cierto, no dejó a nadie indiferente.
Para muchos, el cuadro hiperrealista simulaba ser la Familia Addams, mientras que otros opinaban que se trataba de un cartel de una película de terror. Sin duda, la casa real danesa recibió numerosas críticas por la obra, que fue titulada La casa real, aunque muchos aseguraban que podría designarse como La casa de los Horrores.