El amor en tiempos de la IA: así es ‘Esto va a doler’, la anticomedia romántica que triunfa en Apple TV+

Protagonizada por Jessie Buckley, Riz Ahmed y el protagonista de ‘The bear’ Jeremy White Allen, la película plantea un gran debate en torno a cómo saber si estás enamorado de alguien

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"Fingenails" cuenta con la producción de Cate Blanchett y Andrew Upton, además del respaldo de Dirty Films y FilmNation Entertainment. (Créditos: Apple TV+)
"Fingenails" cuenta con la producción de Cate Blanchett y Andrew Upton, además del respaldo de Dirty Films y FilmNation Entertainment. (Créditos: Apple TV+)

¿Se puede amar a dos personas a la vez y con la misma intensidad? La ciencia todavía no lo ha podido demostrar, y por ello el cine se ha tomado la justicia por la mano y ha intentado demostrar en innumerables ocasiones, aunque no siempre con un resultado convincente. Desde películas como Las noches blancas de Luchino Visconti a Two Lovers de James Gray, el séptimo arte ha buscado plasmar lo complejas que pueden llegar a ser las emociones humanas cuando se cruzan en el camino dos personas por las que uno siente atracción, por muy distintas que sean estas. El cine nos ha llegado a plantear incluso si el ser humano podría ser capaz de enamorarse no ya de una persona, sino de una inteligencia artificial, tan de actualidad ahora pero cuyo dilema ya planteaba hace 10 años la Her de Spike Jonze con Joaquin Phoenix. El cine siempre ha sabido adelantarse a los acontecimientos, y parece que esta vez lo ha vuelto a hacer.

En un contexto muy similar al de Her, el de un futuro no tan lejano en el tiempo, se ambienta Esto va a doler –ingeniosa y libre reinterpretación del título original, Fingernails–, película que pasó por el Festival de San Sebastián donde ya arrasó por su propuesta original y que ahora ha aterrizado en la plataforma Apple TV+. Una propuesta original porque coge la base de la comedia romántica y le da una vuelta de tuerca a través de la ciencia-ficción, situándonos en un futuro cercano en el que los avances tecnológicos pueden llegar a hacer auténticas maravillas y cada vez hay más interés por “la ciencia del amor”, si es que esta de verdad existe. El filme se sitúa en una realidad en el que el exceso de divorcios ha puesto de relieve un fallo en el sistema: la gente empiece a convivir en pareja sin querer del todo a la otra persona, y es lo que acaba provocando la infelicidad a largo plazo. ¿Cómo evitarlo? Es ahí donde entra la ciencia.

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Porque la película, que arranca con una poderosa frase de un científico en torno a la relación entre las enfermedades del corazón y las uñas, nos plantea un futuro en el que sí se puede llegar a saber si alguien ama realmente a otra persona, o si eres realmente amada por esta. Sí, científicamente, sin trampa ni cartón. Solo entregando una uña y la de la otra persona, la máquina puede decir si el resultado es negativo (0%), positivo (100%) o ninguna de las dos (50%), cuando solo una de las dos personas está enamorada. Ana (Jessie Buckley) es una joven que lleva tres años de relación estable con su pareja (interpretada por Jeremy White Allen, el actor de The bear), y que aunque ambos dieron positivo en la prueba y son felices, se siente cada vez más atraída por saberlo todo sobre el estudio del amor e involucrarse más en el proceso de unir personas. Su cada vez mayor curiosidad le lleva a introducirse como ayudante en el Instituto Tecnológico que desarrolla la prueba, y que además organiza actividades entre parejas previas a la famosa prueba con las uñas para testar la química y las dinámicas en cada pareja.

Imagen de 'Fingernails'
Imagen de 'Fingernails'

Ver una historia de amor da seguridad, estar enamorado no

Allí conoce a Amir (Riz Ahmed), un joven británico que dirige el programa de investigación y desarrollo de la prueba y que acoge a Ana con los brazos abiertos al ver su disposición y energía. Aunque al principio ambos se declaran emocionalmente estables y felices con sus respectivas parejas, el estar en contacto con otras parejas en pleno proceso de enamoramiento y tener que plantear pruebas tan insólitas como programar un ciclo de comedias románticas de Hugh Grant tienen sus efectos. Ana y Amir no saben si se están empezando a enamorar el uno del otro, pero la tensión es palpable y va cada vez a más. Además, cuando Ana sale del trabajo se encuentra con una vida rutinaria, monótona, en la que estar con su pareja, aunque supuestamente sea su media naranja, ya no le hace feliz.

Bajo su capa de ciencia ficción, Esto va a doler pone de relieve un problema que no es futurista, sino que lleva pasando toda la vida, solo que no se le ha dado toda la importancia que merece: qué ocurre cuando una relación entra en un punto muerto, se estanca. Cuando uno cree que todo está bien y no es necesario hacer nada más. En el caso de la película, cuando tienes una certeza, una evidencia científica que te dice que la otra persona está hecha para ti y tú para ella, entonces todo lo demás es inútil, y ello provoca que lo que era algo tan extraordinario y único como el amor pase a ser algo vulgar e irrelevante, pues ya se da por hecho. Hay una frase muy reveladora en el filme que sale de boca de Amir tras ver junto a Ana Notting Hill, la icónica comedia romántica protagonizada por Julia Roberts y Hugh Grant en el que un amor imposible se hace viable gracias a la magia del cine. “Todo es demasiado sencillo en las películas. Ver una historia de amor da seguridad, pero estar enamorado no”, y con eso resume la clave de la película, la búsqueda de una incertidumbre en vez de una certeza.

Foto: AppleTV+
Foto: AppleTV+

Dirigida por el griego Christos Nikou, quien da aquí su salto internacional tras sorprender con otra distopía tan original como Apples –esta en torno a la amnesia y nuestra relación con los recuerdos–, Esto va a doler es una excelente comedia romántica que a su vez cuestiona el rol de comedia romántica tradicional pero a la vez lo homenajea. Y lo hace con una estética en gran medida alejada del género, con tonos muy grises y una fotografía bastante tenue que buscan generar esa sensación de asepsia y monotonía, interrumpida por los ratos que pasan Amir y Ana con las otras parejas y que conforman en gran medida la pequeña luz que alumbra sus días.

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Sin desvelar su final, la película constituye un magnífico ejercicio de reflexión sobre el camino que estamos tomando como sociedad al confiar ciegamente en lo que una máquina pueda decir y el impacto que estas nuevas inteligencias artificiales generan sobre nosotros. ¿Qué a uno a veces le gustaría ahorrarse un corazón roto por una ruptura, o los nervios que conllevan empezar a pillarse por alguien? Pues depende de cada uno, pero hasta cierto punto es el último resquicio que nos hace humanos, la salsa de la vida. Si no estás preparado para afrontar esta realidad, esto probablemente te va a doler.

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