El nuevo boom migratorio que vive España es distinto a los anteriores, entre otros motivos, por el cambio en el tipo de trabajos que viene a desempeñar la población extranjera. Aunque la mayor parte de la mano de obra no española continúa en los sectores habituales, como la hostelería y la construcción, los trabajadores extranjeros aumentan más en ocupaciones que requieren cualificación, ubicadas en el sector tecnológico y el inmobiliario.
Comparando los afiliados extranjeros a la Seguridad Social en los nueve primeros meses de 2012 con el mismo periodo de 2023, se observa que los empleados en el sector de información y comunicaciones se multiplican y crecen un 188,7%. El segundo mayor aumento en términos porcentuales se produce en las actividades inmobiliarias, con un 135,6%. No obstante, los trabajadores en estos dos sectores solo suponen el 8,8% de los afiliados extranjeros totales, un peso mucho menor al que todavía tienen los ocupados en la hostelería (20,6%) o el comercio (16,8%).
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En términos generales, España cuenta con 2,3 millones de extranjeros afiliados a la Seguridad Social a fecha de septiembre de 2023, un millón más que en 2012, y la cifra llega hasta los tres millones, según la EPA. Esto ha permitido que los ocupados extranjeros supongan en el tercer trimestre el 14,1% del empleo, récord histórico. De hecho, todos los sectores productivos menos dos han ganado afiliados: industrias extractivas (-9%) y servicio doméstico (-8,1%). Esta llegada de trabajadores del exterior ha contribuido en mayor medida que los nacidos en España al aumento de la población activa en los últimos años, que ha superado por primera vez las más de 24 millones de personas en el tercer trimestre del año.
Durante una conferencia organizada por Ivie Manuel Hidalgo, senior fellow en EsadeEcPol, incidió en dichos cambios señalando que las ventajas de este tipo de inmigración es que está más formada y genera expansión económica en sectores claves. “Están viniendo con cualificación y esto es muy positivo. Tiene que cambiar el debate que tenemos sobre esta cuestión porque, nos guste o no, buena parte de ellos son los que van a pagar las pensiones”, afirmó.
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Según la EPA, la población extranjera mayor de 16 años que más ha crecido en España es la que tiene estudios de segunda etapa de secundaria con orientación profesional, seguida de quienes tienen la primera etapa de secundaria o similar y, en tercer lugar, los que disponen de ocupación superior, que suman un total de 1,25 millones de personas. A la migración física contribuye otro fenómeno, el del trabajo en plataformas digitales, señalado por la jurista y ex secretaria de Estado María Luz Rodríguez, ponente junto a Hidalgo en la jornada. “Sin necesidad de migración física ya está entrando trabajo de muchos países a través de plataformas digitales, sorteando las fronteras y las leyes migratorias”, apuntó.
Vacantes en tecnología y “escasez” de cualificados medios
Los trabajadores extranjeros son necesarios para cubrir los crecientes desajustes entre la oferta y la demanda de empleo en España. El SEPE señala en el informe Tendencias del Mercado de Trabajo 2023 que existen unas 140.000 vacantes de personal cualificado en el ámbito tecnológico y afirma que las de esta área son “las vacantes con mayor dificultad de cobertura”, aunque también detecta faltas en energías renovables, sanidad, hostelería, construcción, pesca y reparaciones metálicas. “El mayor problema actualmente es la escasez de personal de cualificación media que se corresponde con titulaciones de FP de Grado Medio y Superior”, afirma el servicio público de empleo, a la vez que percibe “un exceso de mano de obra de baja cualificación”.
Debido a esto y al envejecimiento de la población española, cobra especial importancia atraer a más extranjeros cualificados y formados. De hecho, el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones espera un aumento sostenido y creciente de la inmigración para que el sistema público de pensiones sea sostenible. Apelando a esto, se han aprobado reformas de las normas migratorias en la última legislatura para facilitar la contratación en origen. No obstante, las proyecciones del Gobierno son notablemente más optimistas que las que arroja la Comisión Europea.
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Pese al aumento de trabajadores extranjeros cualificados, miles siguen teniendo problemas para convalidar los títulos de su país de origen por el atasco administrativo existente en las homologaciones, especialmente en el ámbito sanitario. Esto lleva a que muchos inmigrantes estén ocupando puestos de menor cualificación de la que tienen. Según un informe del ministerio de Seguridad Social de 2022, existe en este colectivo “un problema general de sobrecualificación”: “la presencia de trabajadores extranjeros con formación superior en ocupaciones elementales es 6,7 veces (un 12%) mayor que la de los españoles (1,8%)”.