El #SeAcabó de Jenni Hermoso transciende al deporte: 60 mujeres del Ministerio de Defensa británico denuncian de agresiones sexuales, acoso y abusos

En la carta que han enviado al departamento de Defensa afirman que es bien sabido entre las mujeres de este departamento “que el sistema de denuncias no es adecuado para su propósito”

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Las jugadoras de ambos equipos
Las jugadoras de ambos equipos posan con una pancarta en la que se lee "Se Acabo, nuestra lucha es global" este viernes, en el partido de la Liga de las Naciones, entre Suecia y España, en Gotemburgo. EFE/ Juan Carlos Cárdenas

El ‘caso Rubiales’ marcó un antes y un después. El beso no deseado de Luis Rubiales, ya expresidente de la Real Federación Española de Fútbol, a Jenni Hermoso ha sentado un precedente, ha abierto el camino a que muchas otras mujeres denuncien las agresiones sexuales, acoso y abuso. Y así ha sido. Después de que las futbolistas españolas dijeran bastan y reclamaran cambios estructurales dentro de la Federación, entre ellos, la salida de Luis Rubiales, así como de otros directivos que han permitido este tipo de comportamientos; muchas otras han seguido su ejemplo en el mundo del deporte. Ahora, esta vorágine de feminismo ha transcendido al deporte y se ha colado en el Ministerio de Defensa británico.

Más de 60 mujeres con un puesto de alto rango dentro del departamento de Defensa han escrito una carta conjunta, recoge The Guardian, donde denuncian la cultura “hostil” y “tóxica” que se respira en el departamento. Además, han denunciado que han sufrido abuso sexual, acoso y abuso por parte de sus compañeros. La misiva fue enviada el mes pasado y en ella se recogen los testimonios de forma anónima de las mujeres que han sufrido estas situaciones.

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“Un oficial militar me dijo que sólo había dos tipos de mujeres en Defensa, las perras, que eran efectivas, y las momias, que eran completamente inútiles, y que tendría que decidir cuál iba a ser si planeaba tener una carrera en Defensa”, rezaba el testimonio de una de las mujeres. Otro de los relatos recoge: “Un oficial militar me hizo proposiciones a altas horas de la noche en un pasillo de una base del Ministerio de Defensa en el extranjero; cuando salía de mi habitación para ir al baño. Estaba muerta de miedo y después no pude dormir, sin saber si él tenía acceso a las llaves y podía entrar a mi habitación”.

En el texto, las profesionales alegaron que su “vida profesional cotidiana se ve dificultada debido a comportamientos que se considerarían tóxicos e inapropiados en la vida pública, pero que son tolerados en el Ministerio de Defensa”. A lo que añaden: “Nos hablan durante las reuniones, estamos sujetas a lenguaje peyorativo, recibimos atención no deseada y enfrentamos acoso sexual, incluidas miradas intrusivas, comentarios sexualizados, comentarios constantes sobre cómo vestimos, cómo nos vemos y cómo olemos”. A estos testimonios, en la carta se incluye también una lista de los ocurrido tanto en el Ministerio como en las bases del extranjero.

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Tras este revuelo, el departamento de Defensa se vio obligado a emitir un comunicado sobre lo ocurrido donde manifiestan que están profundamente preocupados por las quejas presentadas y aseguraron que están “tomando medidas para abordar las cuestiones planteadas”. El texto continua: “Ninguna mujer debe sentirse insegura en Defensa y este comportamiento no será tolerado. También seguimos alentando a cualquiera que haya experimentado o presenciado este tipo de comportamiento imperdonable a que lo denuncie de inmediato”.

Un sistema de denuncias inadecuado

El problema es que, según aseguran las mujeres afectadas, cada vez que han tratado de denunciar este tipo de comportamientos ante el Ministerio de Defensa, “generalmente se minimizan en lugar de ser escuchados”. Además, afirman que es bien sabido entre las mujeres de este departamento “que el sistema de denuncias no es adecuado para su propósito”.

A los casos de agresión sexual, acoso y abuso, se suma también un ambiente totalmente dominado por hombres, donde el papel de las mujeres está relegado a un segundo o tercer plano. Según relatan, las mujeres no son respetadas, son superadas por el número de hombres en las reuniones e “ignoradas en los ascensos”, es decir, que “la cima del Ministerio de Defensa se ha convertido en un círculo vicioso de equipos exclusivamente masculinos”. Hasta el momento, no se conoce si el departamento tomará medidas al respecto para evitar que continúen produciéndose este tipo de comportamientos, como sí tomó medidas la Federación Española.

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La selección española y la ‘cumbre de Oliva’

Los pasos que han seguido las mujeres del Ministerio de Defensa de Reino Unido son los mismos, o similares, a los que tomaron las jugadoras de la selección española de fútbol. Tras el beso de Rubiales, comenzaron las reuniones con la Federación para que se tomaran medidas al respecto, para que el entonces presidente de la Federación dejara el cargo, así como todos aquellos que habían tenido, incitado, escondido o aplaudido este tipo de comportamientos que van “contra la dignidad de las mujeres”. La primera cuestión se saldó 20 días después, pero la segunda tardó más en llegar.

Fueron necesarias muchas reuniones, llamadas y conversiones infructuosas, el rechazo de las jugadoras a volver a vestir La Roja, la lista de convocadas de Montse Tomé y, por tanto, la obligación de que las futbolistas acudieran a la concentración ante amenaza de sanción. Y, finalmente, la ya famosa Cumbre de Olivia. Esa noche en un hotel de Valencia marcó un precedente: las futbolistas no volverían a aguantar ciertos compartimientos ni determinadas condiciones. Ahora, ese hecho ha llegado hasta el Ministerio de Defensa británico donde están luchando su propia batalla contra el machismo, con el precedentes de que se puede ganar.

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