Una vez superada la investidura de Pedro Sánchez, las quinielas políticas echan humo para aproximarse a la composición del nuevo Gobierno de coalición. “Esto solo lo sabe el presidente”, coinciden en señalar diferentes dirigentes socialistas. Lo cierto es que es potestad del líder del Ejecutivo elegir a los miembros de su gabinete. O al menos, una parte, ya que otra porción queda reservada a la negociación con Yolanda Díaz.
Todavía queda pendiente que los líderes de PSOE y Sumar rematen los últimos flecos en lo relativo al reparto de carteras, pero todo apunta a que este sábado se habrá deshojado la margarita del nuevo Gobierno de coalición, el segundo de la democracia después del formado por el PSOE y Unidas Podemos. Aunque la composición y la mayoría de los nombres están en el aire, la posibilidad de que Sánchez se rearme con perfiles políticos a su alrededor gana enteros.
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Diversas voces del PSOE y Moncloa no pasan por alto la complejidad de la presente legislatura. Sánchez fue investido presidente por mayoría absoluta, pero estos votos proceden de diferentes espectros ideológicos enfrentados entre sí, unas diferencias que se acentuarán de cara a los próximos comicios gallegos, vascos (ambos previsto para 2024) y catalanes (en 2025). PSOE y Sumar solo disponen de 152 diputados por sí solos. Frente al bloque de PP, Vox y UPN, que suman 171 votos, los de Sánchez necesitarán casi todos los votos del bloque de la investidura en todas las votaciones.
En este sentido, tejer las alianzas será la principal tarea del nuevo Ejecutivo en el Congreso. Más allá de la experiencia de la pasada legislatura, en la que Sánchez echó mano de la geometría variable (apoyarse en fuerzas de diferente signo dependiendo del carácter de la iniciativa), en el presente periodo legislativo no hay más alternativa que apoyarse en los mismos números de la investidura, salvo que el PP dé su aval, algo que se antoja complicado. “El Congreso anterior era el más fraccionado, pero este es más difícil de gestionar”, relatan fuentes del equipo negociador del PSOE.
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ERC-EH Bildu, por un lado, y Junts-PNV, por otro. Dos tándems con diferentes intereses unidos por el carácter plurinacional. Los portavoces de estas cuatro formaciones dejaron claro en su discurso de investidura que harán valer sus votos. En esencia, que la estabilidad de la legislatura dependerá de la ejecución de los compromisos adquiridos en los diferentes acuerdos.
Los que continúan y los que no
No faltará la escenificación ni las tensiones, pero estará por ver si llegará la sangre al río. Para acercar posturas y limar las posibles reticencias, y con la perspectiva de continuar con la senda de transformaciones llevadas a cabo en los últimos cuatro años, Sánchez reforzará previsiblemente su gobierno con figuras más políticas. Más allá de esta idea, hay nombres que se dan por hecho que seguirán: la ministra de Hacienda, María Jesús Montero; el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños; la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera; y la ministra de Educación, Pilar Alegría.
La continuidad de la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, está en el aire. No porque Sánchez no quiera, sino por su candidatura para liderar el Banco Europeo de Inversiones. El desenlace de esta pugna será pronto, por lo que en caso de resultar elegida, Sánchez tendría que buscar a otra persona para esta cartera de especial relevancia.
Partiendo de la base de que el líder del PSOE quiere un Gobierno con menos ministerios que el actual (22 departamentos), hay otros nombres cuya continuidad están en duda, como el de la ministra de Justicia, Pilar Llop; el ministro de Cultura, Miquel Iceta, el titular de Agricultura, Luis Planas; la portavoz y titular de Política Territorial, Isabel Rodríguez; o la ministra de Transportes, Raquel Sánchez. El titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, tampoco está en las quinielas tras cinco años al frente del cargo.
En cuanto a los ministrables, suenan el expresidente de la Generalitat Valenciana Ximo Puig y el exalcalde de Valladolid Óscar Puente. Fuentes cercanas a este último, señalan que el actual diputado socialista “no sabe lo que va a ser, pero sí sabe lo que no”, en relación a que se descarta que pase a ser portavoz del grupo socialista en el Congreso.
En cuanto a Sumar, varias fuentes, tanto del PSOE como de Sumar, dan por hecho que la actual vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, volverá a desempeñar el mismo cargo. También, que el actual portavoz del partido, Ernest Urtasun, ocupará la cartera de Cultura. La líder de Más Madrid, Mónica García, suena para Sanidad; Sira Rego, portavoz de IU y eurodiputada, también se postula para liderar un nuevo ministerio; y Derechos Sociales podría recaer en Nacho Álvarez, actual secretario de Estado de Derechos Sociales, o Pablo Bustinduy, ex secretario de Internacional de Podemos y miembro del equipo de campaña de Sumar.
Quienes no repetirán seguro serán las ministras moradas de Derechos Sociales, Ione Belarra, y la de Igualdad, Irene Montero. Esta última anunció que ni Sánchez ni Díaz contaban con ellas para formar el nuevo Gobierno, algo que podría provocar una ruptura de Podemos en el seno del grupo parlamentario de Sumar.