Tras una larga vida laboral, muchas personas sueñan con una jubilación a lo grande. Pero lo cierto es que, en muchos casos, las pensiones generan un poder adquisitivo menor que no permite un retiro dorado. Las preocupaciones de este colectivo son la tranquilidad de su país de residencia, buscando un equilibrio entre mejorar su poder adquisitivo sin perder un ápice de seguridad. Sin embargo, hay algunas ciudades en los que con esta prestación se puede ganar calidad de vida, y dos de las que más le gustan a los alemanes que ya se han retirado del mercado laboral, se encuentran en España.
Málaga se ha llevado el premio gordo, siendo calificada como una de las tres mejores ciudades del mundo para jubilarse. Su clima, con más de 300 días de sol cada año, es uno de sus principales encantos, aunque, por supuesto, no es el único. Si lo que más pesa a la hora de elegir un destino es la oferta cultural, Málaga es la ciudad perfecta, según el último informe de TUI que analiza los principales destinos europeos elegidos por los senior alemanes.
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Como lugar de nacimiento de Pablo Picasso, la ciudad celebra al artista cada octubre con una serie de eventos especiales. También alberga un museo donde se recoge su trabajo, que alberga más de 200 de sus obras de arte en una colección permanente. Tampoco faltarán festivales, carnavales, exposiciones, monumentos históricos, música, bailes y eventos deportivos en este paraíso para los amantes de la cultura, tal y como apunta la revista Forbes.
Pese a este ajetreo cultural, Málaga es una ciudad muy segura con bajos niveles de criminalidad. Como en cualquier destino de gran afluencia turística hay que tener cuidado con los carteristas, pero en lo que se refiere a la seguridad personal, la Meca de la costa del sol no genera ningún tipo de preocupación al respecto. ¿Y para moverse? Lo cierto es que el tamaño de la ciudad es una de sus mejores cualidades.
Moverse es fácil y asequible en esta ciudad bien conectada. Es compacta y casi totalmente plana, por lo que desplazarse a pie es fácil. Además, muchas calles son peatonales, incluida la principal calle comercial, la Calle Larios. También tiene un buen sistema de transporte público con alrededor de 50 líneas de autobús en funcionamiento.
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Por último, aunque por supuesto es una característica vital, el nivel de vida de la ciudad es bastante asequible. En el caso de la vivienda, los alquileres de pisos amueblados para un largo periodo de tiempo oscilan entre los 700 y 1200 euros al mes. Si se enamora de la ciudad –algo que seguro pasará– y decide echar raíces, los precios de compra de vivienda también son bastante asumibles: un apartamento tipo estudio para dos personas en las zonas más demandadas de la ciudad cuestan en torno a 150.000 euros.
Barcelona, cierra el top tres
El clima mediterráneo de la ciudad condal crea un estilo de vida muy atractivo para los jubilados, permitiéndoles visitar playas, parques, lugares plagados de naturaleza y montañas cercanas a lo largo de todo el año. Además, dada su popularidad internacional, existe en Barcelona una gran comunidad de jubilados extranjeros que no para de crecer.
Según el citado estudio, la Ciudad Condal cuenta con 7,6 horas de sol al día, lo que la convierte en uno de los destinos favoritos por los jubilados alemanes con mejor clima y más horas de luz. Los espacios verdes como parques, jardines o bosques forman oasis de relajación dentro de la ciudad y mejoran la calidad del aire. Este efecto no debe subestimarse para personas mayores, jubilados y personas en general con enfermedades crónicas como el asma. Se ha demostrado que los efectos en la salud del polvo fino afectan en mayor medida a las personas mayores debido a su sistema inmunológico debilitado. En este sentido, Barcelona cuenta con una proporción de árboles superior al 25%.
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Pero, como buenos alemanes, también miran el bolsillo. Y este es uno de los puntos fuertes de la ciudad: tomar un café cuesta 2,23 euros, casi uno menos que en las regiones alemanas de Berlín o Dresde, aunque un poco más caro que en Málaga, la primera ciudad española elegida por este tipo de viajeros. Y si hablamos de Alemania, hablamos de cerveza. En Barcelona una jarra de cerveza oscila los tres euros, la mitad que en muchas ciudades alemanas.
Además, moverse por la ciudad y conocer su oferta cultural, con más de una treintena de museos, es sencillo y barato. El precio de un billete de transporte público ronda los dos euros y medio, frente a otras ciudades como Berlín donde supera los 3,20 euros.