España crecerá un 1,7% en 2024, por encima de la media de la UE, según Bruselas

Las previsiones de otoño de la Comisión Europea empeoran en cinco décimas la inflación estimada para España el próximo año hasta el 3,4%, ligeramente por encima de la media de la zona euro

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El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en una imagen de archivo. EFE/ Mariscal
El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en una imagen de archivo. EFE/ Mariscal

La Comisión Europea ha publicado este miércoles sus previsiones económicas de otoño en las que rebaja dos décimas el crecimiento del PIB español en el próximo año, hasta el 1,7%, pero revisa al alza en otras dos décimas el avance de la economía para 2023, hasta el 2,4%, cifra que coincide con la prevista por el Gobierno en el Plan Presupuestario.

El diferencial positivo de la economía española respecto a la europea se acorta, pero España seguirá creciendo por encima de la media de la UE y de la eurozona si se cumplen estas previsiones. En concreto, Bruselas anticipa un crecimiento medio del PIB de la UE del 1,3% el próximo año y del 1,2% para la eurozona. Peores cifras calcula para 2023, año que cerraría con un avance del PIB de la UE y de la zona euro del 0,6%, dos décimas por debajo de las previsiones de verano.

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En cuanto a la inflación, la Comisión mantiene su estimación para España en el 3,6% en 2023, pero la corrige al alza en cinco décimas hasta el 3,4% en 2024. Esto supondría tener una inflación ligeramente más elevada que la media de la zona euro el próximo año, prevista en el 3,2%, y una décima inferior a la de la UE, del 3,5%. En 2025, la inflación alcanzaría una media del 2,1%.

Bruselas atribuye la desaceleración en el próximo ejercicio a la “escasa” dinámica de la demanda externa debido al menor impulso del sector turístico y al “debilitamiento” de la situación económica de los principales socios comerciales de España. A esto se suma el efecto de la política monetaria restrictiva, que tendrá su mayor impacto en 2024, según calcula el Banco de España.

En cuanto a la composición del crecimiento, una moderación proyectada en el crecimiento del empleo limitará el dinamismo del consumo hacia finales de año, a pesar de algunos aumentos de los ingresos reales de los hogares. La Comisión espera que la demanda interna sea el principal motor del crecimiento en 2024, sostenida por mayores aumentos de los ingresos reales de los hogares y la continua flexibilización de las presiones sobre los precios. De cara a 2025, Bruselas prevé que la economía española acelere “ligeramente” hasta el 2% debido al “mayor estímulo al gasto” que supondrá el despliegue de los préstamos del Plan de Recuperación.

Respecto al empleo, se prevé que la tasa de paro caiga al 12,1% en 2023 y siga mejorando durante el horizonte previsto, hasta el 11,6% y el 11,1% en 2024 y 2025, respectivamente. El repunte de los salarios será “moderado”, según el Ejecutivo comunitario, y estará “alineado” con los umbrales establecidos en el V AENC firmado en mayo.

Más déficit que el exigido por las reglas fiscales

Por otra parte, la Comisión ha actualizado sus previsiones de deuda y déficit para los estados miembros y ha rebajado una décima, hasta el 3,2%, el déficit con el que España cerrará 2024, mientras que sitúa en el 4,1% la estimación para este año. En cuanto a la deuda, Bruselas ha revisado a la baja su previsión, que pasa del 110,6% al 107,5% en 2023, y del 109,1% al 106,5% en 2024 debido, en parte, a las correcciones del PIB efectuadas por el INE.

Según detalla el Ejecutivo comunitario, esta previsión se ha calculado a políticas constantes, es decir, finalizando las medidas para mitigar el impacto de los precios en diciembre de 2023, como estaba previsto. De hecho, los ahorros derivados de la eliminación gradual de las medidas relacionadas con la energía serán el principal motor de la reducción del déficit en 2024, según la Comisión.

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En esta línea, Bruselas detecta que los ingresos tributarios “están mostrando signos de moderación” pese a la solidez de lo recaudado por el IRPF como consecuencia de la desaceleración de la inflación. Por el lado del gasto, hay un “creciente coste de las pensiones” impulsado por la indexación a la inflación y por los paquetes de medidas contra la inflación de mayo y junio, entre otros.

El dato de 2024 es relevante porque finaliza la suspensión de las reglas fiscales que se inició con la pandemia y esto supone que los países deben tener un déficit igual o inferior al 3%. No obstante, la unión se encuentra inmersa en la negociación del nuevo marco de gobernanza económica, por lo que no se conoce con certeza cómo de estricto será el cumplimiento de dicha regla y si se abrirán protocolos de déficit excesivo. El anterior marco, reiteradamente incumplido, establecía ese sistema de multas y volvería a entrar en vigor si no hay un acuerdo en diciembre para un nuevo texto legislativo.

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