El Alcaraz más entonado en meses vuelve contra Rublev en las ATP Finals: se va al suelo para ganar el punto y ni se inmuta

El número dos del mundo recuperó su mejor versión para apuntarse el primer triunfo en Turín, incrementando la desesperación que el ruso ya traía de serie con el espectáculo de los días buenos

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Alcaraz celebra la victoria contra Rublev (REUTERS/Guglielmo Mangiapane)
Alcaraz celebra la victoria contra Rublev (REUTERS/Guglielmo Mangiapane)

Carlos Alcaraz necesitaba un partido como el de este miércoles ante Andrey Rublev para reengancharse al tren de alta velocidad que es la élite del tenis masculino antes de que termine el año. El número dos del mundo debía apuntarse el triunfo ante el quinto clasificado del ranking como fuese para seguir soñando con alcanzar las semifinales de las ATP Finals, y lo consiguió con creces. Tras unos meses sin encontrar su mejor juego, a continuación de la victoria en Wimbledon, el español vuelve a sonreír y quiere cerrar la temporada con unas sensaciones algo más parecidas a las que le acompañaron durante la primera mitad de 2023.

A la hora de la verdad, Carlitos no falló. La consistencia, que no hizo acto de presencia en el debut ante Alexander Zverev, sí estuvo de su lado en el segundo encuentro en Turín. Le costó entrar en calor, pero nada ni nadie pudo con el murciano en cuanto rompió el servicio del ruso. Toda igualdad se fue a pique una vez que Alcaraz encontró la clave para destapar el tarro de las esencias y Rublev se perdió para la causa, a raíz de un fallo del juez de silla. Cuando el primer set ya moría, el árbitro dio por mala una bola del de Moscú que el ojo de halcón demostró que era buena, provocándole una desesperación de la que nunca se recuperaría.

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Con una manga a su favor, remar fue mucho más sencillo para el campeón de dos grandes, que nunca vio peligrar la victoria en el segundo parcial. Lo inició de la misma forma con la que acabó por sentenciar el anterior: con un break. Una losa demasiado pesada para su adversario, que la pagó de forma descomunal con la raqueta. No fue lo único que se rompió, puesto que la concentración, en su caso, también lo hizo de forma irremediable.

Rublev, decepcionado contra Alcaraz (REUTERS/Guglielmo Mangiapane)
Rublev, decepcionado contra Alcaraz (REUTERS/Guglielmo Mangiapane)

El punto con el que el mejor Alcaraz está de vuelta

Cuando Alcaraz mandaba por 2-0 en la segunda manga, fue capaz de dejar para la galería un punto que ratifica que esa versión suya inédita estos meses puede haber sido desempolvada. La cara de Rublev, al sufrirlo, fue todo un poema: si bastante tenía con sus propios demonios, encima tenía que lidiar con el demonio en mayúsculas.

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Tercer juego del segundo set en el Pala Alpitour. El 7-5 de Alcaraz en el primero y su dominio parcial de la manga que se estaba disputando pesaban como una losa a Rublev, que servía con 0-15 a favor. El ídolo de El Palmar devolvió el saque inicial y aguantó sin problema unos intercambios. Entonces, el punto se agitó, porque la pelota golpeó en la cinta y el chaval aprovechó la coyuntura para sacarse de la manga uno de sus golpes fetiche: la dejada.

Alcaraz en acción contra Rublev (REUTERS/Guglielmo Mangiapane)
Alcaraz en acción contra Rublev (REUTERS/Guglielmo Mangiapane)

Rublev aguantó el envite en primera instancia, porque le vio las intenciones, y le pagó con la misma moneda: otra dejada. Alcaraz la cazó, con alguna dificultad, y fue capaz de ejecutar un gancho de derecha paralelo, con el que superó al moscovita y puso el 15-15 en el electrónico. Lo más increíble es que lanzó el golpe muy justo. Tanto que acabó en el suelo, aunque mereció la pena. La ovación no se hizo esperar: se echaban en falta acciones así por parte de Charly.

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