Los sindicatos mayoritarios en Telefónica, UGT, CCOO y Sumados-Fetico, esperan que esta semana la empresa les convoque para negociar el nuevo convenio colectivo y el plan de bajas incentivadas que está diseñando para ahorrar costes y que podría afectar a cerca de 5.000 trabajadores.
El actual convenio caduca el 31 de diciembre y a los sindicatos les urge empezar con las negociaciones del nuevo, en las que quieren incluir que los mejores resultados de la compañía repercutan en los trabajadores.
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Telefónica logró en el tercer trimestre del año unos beneficios de 502 millones de euros, un 9,3% más interanual, mientras que en los nueve primeros meses ganó 1.262 millones de euros. Sus ingresos sumaron en el acumulado del año 30.499 millones de euros, un 2,4% más, y redujo su deuda hasta los 26.537 millones.
“La compañía prevé cerrar el año con un elevado crecimiento, del que tienen que beneficiarse sus empleados. Ellos también deben ser partícipes de la ‘fiesta’”, señala Jesús García, secretario general de Sumados-Fetico. Recuerda que cuanto los resultados no son buenos “la empresa nos lo recuerda a la hora de negociar”.
Por su parte, Diego Gallart, portavoz de UGT, señala que “esos buenos resultados van a permitir que la plantilla siga manteniendo su poder adquisitivo”.
Las convocatorias se retrasan
Otra asignatura pendiente de Telefónica, además del convenio, es negociar con los sindicatos el nuevo plan de bajas que está diseñando. Los responsables de la teleco se comprometieron a que, después de presentar el 8 de noviembre sus resultados del tercer trimestre y su nuevo plan estratégico para 2023-2026, los convocaría, pero aún no ha movido ficha. De hecho, “ese plan de bajas incentivadas oficialmente no existe”, señala Diego Gallart.
“Entendemos que la empresa lo va a presentar porque ha mencionado la necesidad de ajustar el volumen de la plantilla, pero aún no nos han convocado para hablar del tema. A día de hoy, no sabemos nada”, apunta Gallart. Hace referencia a las declaraciones del consejero delegado de la operadora, Ángel Villa, cuando la semana pasada señaló que Telefónica proyecta un plan de salidas para reducir costes.
Tampoco tienen ninguna notificación de la constitución de la mesa negociadora del nuevo convenio colectivo, se queja Jesús García, secretario general de Sumados-Fetico, para quien lo “primordial ahora para los trabajadores es negociar el convenio, ya que el plan de salidas es importante, pero no tanto. La más interesada en él es la empresa”. Considera que “el plan de salidas tiene que ir enlazado con el nuevo convenio colectivo y, por ahora, lo único que sabemos sobre él son especulaciones”.
Por su parte, la empresa ha declinado adelantar el calendario de negociación y ha señalado “que, por el momento, no podemos decir nada al respecto”.
Lo que se ha filtrado del plan de bajas es que podría tratarse de un plan de salidas incentivadas voluntarias afectaría a un máximo de 5.000 empleados y las bajas se repartirían durante tres años. No obstante, se calcula que los trabajadores que se acojan a él serían de entre 2.500 y 3.000, una cifra similar a la de 2021 cuando la teleco llevó a cabo la última salida incentivada.
En principio, los empleados que se podrían adherir al plan serían los nacidos en 1968 y 1967, aunque no se descarta que los que cumplían los criterios en los anteriores planes de salidas incentivadas se acojan ahora al nuevo. En el plan negociado en 2021, Telefónica ofrecía abonar hasta un 68% del salario de los trabajadores adheridos hasta que se jubilaran y también pagaba la cuota de la Seguridad Social, el seguro médico y la aportación al plan de pensiones de la empresa, entre otros complementos.
Exigencias mínimas
Aunque los sindicatos desconocen la hoja de ruta del plan, lo que sí saben son las líneas rojas que no están dispuestos a traspasar a la hora de negociarlo con la empresa: “Tendría que cumplir tres premisas: universalidad, voluntariedad y no discriminación. Si esto se incumple, nos posicionaremos en contra y los trabajadores no se apuntarán a él”, explica Jesús García.
Otra de las condiciones imprescindibles para Diego Gallart es que “el plan, además de ser cien por cien voluntario, tiene que contener un índice de rentas similar al conseguido en los últimos planes firmados”.
El plan de bajas incentivadas se enmarcaría en el plan estratégico ‘Crecimiento, Rentabilidad y Sostenibilidad 2023-2026′ de Telefónica, que los sindicatos valoran “positivamente”. El portavoz de UGT espera que “se cumpla y que con él el valor de la acción de Telefónica suba y que la empresa siga siendo competitiva en todos sus mercados”.
Los principales objetivos financieros de la nueva hoja de ruta de la operadora son obtener un crecimiento anual aproximado del 1% de los ingresos, del 2% del EBITDA, del 5% de la caja operativa y por encima del 10% de la generación de caja. También se ha comprometido a abonar, como mínimo, un dividendo de 0,30 euros por acción en el periodo 2023-2026
Dos pretendientes que gustan a los sindicatos
Tras estrenar su nuevo plan estratégico, Telefónica afronta dos temas que pueden suponer un cambio radical en su accionariado: la entrada en el capital de la compañía del grupo saudí STC y del Gobierno a través de la SEPI.
El grupo STC anunció el pasado 5 de septiembre la adquisición del 9,9% de la teleco por 2.100 millones de euros. Se divide en un 4,9% en acciones directas y un 5% en derivados, pero para que esta compra se ejecute tiene que esperar a que el Gobierno dé el visto bueno de la operación.
Respecto a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), está estudiando entrar en el accionariado de Telefónica, aunque ha reconocido que aún no ha tomado una decisión. Está “monitorizando” la situación de la operadora y haciendo un “análisis exploratorio interno” respecto a una eventual adquisición de una participación accionarial, señalaron fuentes de la sociedad a la CNMV.
Los sindicatos ven con buenos ojos la entrada de la Sepi y del grupo saudí en el capital en Telefónica: “Valoramos positivamente cualquier movimiento accionarial que dé estabilidad a la compañía y, por tanto, a la plantilla”, señala Gallart.
Argumenta que en estos momentos, Telefónica tiene “un problema de capitalización bursátil más que de resultados, por lo que cualquier iniciativa que respete los derechos de la plantilla, ayude a aumentar la capitalización bursátil de la empresa y le dé mayor estabilidad será bienvenida”.