Las hipotecas verdes no germinan: se crearon para abaratar la vivienda y son hasta un 33% más caras que las convencionales

Su objetivo es promover los edificios sostenibles, pero sus altos intereses, su escasa oferta y su desconocimiento entre la sociedad hacen que apenas se contraten

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Edificio de viviendas Bambu de Carabanchel, Madrid, premio RIBA de Arquitectura. Galardon concedido por la Royal Institute of British. EFE/ MANUEL H. DE LEON
Edificio de viviendas Bambu de Carabanchel, Madrid, premio RIBA de Arquitectura. Galardon concedido por la Royal Institute of British. EFE/ MANUEL H. DE LEON

Las hipotecas verdes no calan en España y una de las causas es que no cumplen uno de los requisitos para los que se crearon: ser más baratas que las hipotecas convencionales con el objetivo de promover la vivienda sostenible.

Con ellas se financia la compra, la construcción y la rehabilitación de viviendas respetuosas con el medio ambiente y los bancos que las comercializan deberían ofrecer mejores condiciones e intereses que las que dan por sus hipotecas convencionales, pero en la práctica no es así. “Sus condiciones no son especialmente atractivas si las comparamos con las de otros préstamos hipotecarios”, reconoce Miquel Riera, experto en hipotecas de HelpMyCash.

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De media, sus intereses son más elevados que el del resto de hipotecas. Según datos del comparador Kelisto, el interés medio de las hipotecas verdes a tipo fijo es un 6% más caro que el de las convencionales, mientras que el interés a tipo variable es similar.

Esta diferencia aumenta cuando se comparan las mejores hipotecas verdes con las mejores convencionales. En este caso, los préstamos verdes a tipo variables son un 33% más caros y los de tipo fijo un 7%. Esta diferencia se produce incluso entre las hipotecas de ambos tipos que comercializa un mismo banco.

Ello hace que “al no ofrecer un interés ni muy competitivo ni más barato que el de las hipotecas normales del mismo banco se contraten poco. No hay motivos en cuestión de precio que anime a ello”, señala Estefanía González, portavoz de finanzas personales de Kelisto. Argumenta que, por todo ello, “las hipotecas verdes no salen a cuenta”.

No obstante, hay hipotecas verdes que sí aplican ciertas mejoras respecto al resto, como eliminar alguna comisión. “Una mejora escasa”, a juicio de Riera.

Este es el momento para pedir una hipoteca: la banca las abarata para atraer nuevos clientes.

No se conocen y hay poca oferta

Otro motivo que hace que su contratación sea minoritaria en España es que se conocen poco. “Las entidades apenas las promocionan y el potencial cliente no sabe que existen”, indica González. Según el Observatorio sobre Vivienda y Sostenibilidad publicado por Unión de Créditos Inmobiliarios (UCI), casi el 86% de los compradores españoles desconoce qué es una hipoteca verde.

Además, su oferta en el mercado es escasa. Las entidades que las tienen en cartera son: Bankinter, BBVA, Abanca, Cajamar, Banco Sabadell, Santander, Ibercaja, Triodos Bank, Unicaja e Hipotecas.com. A ello se suma que la oferta de vivienda sostenible en España es escasa. “Estas hipotecas, en general, son para comprar viviendas con una calificación energética B o superior, pero hay pocos inmuebles que cumplan este requisito”, indica Riera.

Además, en la mayoría de los casos, se trata de viviendas nuevas, que representan un porcentaje pequeño del total de la oferta disponible, menos de un 20%, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

¿Cambio de tendencia?

La oferta en el mercado de hipotecas verdes podría aumentar y mejorar sus condiciones cuando finalice el Proyecto EeMap, iniciado en junio de 2018, y con el que se creó una hipoteca verde piloto con condiciones estandarizadas para toda la Unión Europea.

Desde entonces, este producto lo han concedido varias entidades europeas para ver cuál es su impacto en la sociedad. Si es positivo, “es probable que se cree definitivamente una hipoteca verde europea y que más bancos se animen a ofrecer este producto a particulares y a empresas promotoras”, vaticina Riera.

Pero, por el momento, en opinión de González, “las hipotecas ‘eco’ no son una buena alternativa a la vista de sus precios y queda mucho camino por recorrer para que se conviertan en una buena opción para el cliente bancario”.

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