Camilo: “Cuando voy al estudio me lo paso de puta madre, sea esa canción peor o mejor que la que hace la inteligencia artificial”

El cantante viajará por toda España con una monumental gira de más de trece conciertos en 2024. Este jueves, opta a siete Latin Grammy en Sevilla. “Formar parte del colectivo de artistas colombianos que están dejando el nombre de nuestro país en todo lo alto me hace sentir muy orgulloso”, indica

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Camilo, en su entrevista con Infobae España (Helena Margarit Cortadellas)
Camilo, en su entrevista con Infobae España (Helena Margarit Cortadellas)

Antes de derretirse en halagos hacia España y su gente, Camilo (Medellín, Colombia, 1994) coge el teléfono para mandar un audio de voz a su mujer Evaluna. “Hagamos una maratón con las anteriores y luego la vamos a ver”, le dice sobre el estreno de Los juegos del hambre: balada de pájaros cantores y serpientes, un chispazo inducido tras ver el dossier de la nueva película de la distópica saga. Sin tener en cuenta las siete nominaciones a los Latin Grammy de 2023, que se celebran este próximo jueves en Sevilla, o las 100.000 personas que llenaron la madrileña Puerta de Alcalá el año pasado para acudir a su concierto con motivo del Día de la Hispanidad, el cantautor colombiano demuestra estar alineado con los intereses mundanos.

“Me encanta ser parte de una generación que dice que, tal vez, lo gigante se está haciendo acá, se hace como lo hago yo y se habla en el idioma que hablo yo”, indica el artista en una entrevista con Infobae España. Entre premios y galas, el cantante colombiano presenta una mastodóntica gira por España en 2024. Trece paradas con las que recorrerá nuestro país del 13 de junio al 21 de julio. “Estar aquí en verano es felicidad, es comer mucho, tomar vino y pan”, comenta entre risas.

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Con una filosofía vital alejada del triunfo del ego y el valor de la plata, Camilo profundiza en todo aquello que convierte su arte, y su vida, en un manifiesto de completa felicidad. “‘Ahora entrégalo todo porque después, cuando estés allá arriba, vas a estar riéndote mientras todos ellos son los chóferes que te llevan’. Eso es un mensaje horripilante” que la sociedad ha ido integrando en el imaginario colectivo y que el colombiano rechaza por completo.

Lo que tú eres es suficiente para ser el número uno del mundo, que no quiere decir que seas feliz cuando lo seas”, apostilla.

Con unas coloridas gafas, una chaqueta de terciopelo verde y su icónico bigote daliesco, el artista continúa desafiando las normas de un género que convierte la fama en una experiencia imprescindible y los Lamborghini en una señal de éxito incontestable.

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Pregunta. Vuelves a España el próximo año con una gira muy ambiciosa con la que recorrerás trece ciudades.

Respuesta. Estoy emocionado, muy emocionado, por muchas cosas. El reencuentro con la gente me hace mucha ilusión, es volver a cantar mirándonos a la cara, que es lo más bonito, pero también por todo lo personal que implica venir a España durante una temporada. Estar aquí en verano es felicidad, ¿no? Es comer mucho, es tomar vino y pan. Parece una bobada, pero estoy feliz de estar a punto de girar alrededor de eso.

P. ¿Qué sientes cuando cantas delante del público español?

R. España es un país muy diverso. Cuando estás al otro lado del océano no te lo cuentan, no tienes eso tan claro. Tú piensas en España y crees que es una cosa uniforme, pero cuando llegas acá tienes la oportunidad que he tenido yo, que no la ha tenido todo el mundo. Cuando hablaba con la gente de aquí, me decían: ‘¿Dónde has estado?’ Podía nombrar treinta y pico ciudades. Los españoles me respondían: ‘Yo nunca he estado en más de seis o siete’. He tenido la posibilidad de recorrer el país de arriba a abajo, de lado a lado, a una intensidad fantástica, comiendo cada cosa de cada lugar, hablando con gente, escuchando los acentos. He conocido España de una manera preciosa y cada lugar canta diferente, grita diferente, te habla diferente y te mira diferente. Estoy muy emocionado de volver a ver esa diversidad en este tour.

P. Cuando sacas una canción nueva, España es uno de los países que mejor la recibe. Nuestro país es un gran mercado para tu música, ¿cierto?

R. No me emociona tanto pensar que soy una persona que está vendiendo algo en un mercado importante. En general, España sí genera grandes cosas. Es una gira inmensa, con trece fechas y las que faltan por confirmar. La cantidad de conciertos que vamos a hacer te permiten mudarte a España y vivir tocando en el país por mucho tiempo. Eso es precioso. Soy un privilegiado, es una fortuna que España haya recibido mi música con los brazos abiertos.

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Camilo en su entrevista con Infobae España (Helena Margarit Cortadellas)
Camilo en su entrevista con Infobae España (Helena Margarit Cortadellas)

P. Hablando de España, tienes un total de siete nominaciones a los Latin Grammy, que se celebran esta semana en Sevilla.

R. Los Latin Grammy son un tiempo muy estimulante en el que te encuentras con todos tus amigos artistas que ves una vez cada mil años. Tengo ilusión por tener siete nominaciones. Que esté pasando todo en este momento es hermoso.

P. Colombia es el país protagonista de estos premios. Shakira y Karol G, ambas colombianas, también cuentan con siete nominaciones. También está Feid con cinco.

R. Mi país está lleno de riqueza. Colombia es un país muy diverso que tiene mucho por compartir en el mundo de la música. Formar parte del colectivo de artistas colombianos que están dejando el nombre de nuestro país en todo lo alto me hace sentir muy orgulloso. No hay manera de que yo hable de quién soy, o de lo que hago, sin ir a explorar mi identidad como colombiano.

“Los que hablábamos español, y los latinos en general, nos sentíamos minoría, nos sentíamos chiquititos
Entrevista a Camilo, músico y cantautor colombiano

P. Un estudio de la Universidad de Nebrija ha hablado del poder, y el peso, que ha tenido la música latina urbana en el fortalecimiento y la expansión del español. ¿Cómo valoras esta eclosión del idioma en la industria?

R. Es un hecho que la música en español está teniendo un protagonismo increíble en el mundo. Los que hablábamos español, y los latinos en general, nos sentíamos minoría, nos sentíamos chiquititos. Me encanta ser parte de esta generación que dice que, tal vez, lo gigante se está haciendo acá y se hace como lo hago yo y se habla en el idioma que hablo yo. Es muy interesante poder decirle a un niño que quiera empezar a hacer música, por ejemplo, que la puede hacer en su idioma sin tener que transformarse en nada, sin tener que disfrazarse. Lo que tú eres es suficiente para ser el número uno del mundo, que no quiere decir que seas feliz cuando lo seas.

P. ¿Tener una canción que es número uno no da la felicidad a un artista?

R. Es feo responder así, pero cuando alguien te pregunta cómo te sientes al tener cinco Latin Grammy, me dan ganas de responder: ‘Me siento como me sentiría si no los tuviera’. Sería igual de feliz o igual de miserable. Si pudiera hacer una lista de las personas con más plata, poder y fama que conozco, y luego otra de las personas más infelices y miserables, hay un montón de coincidencias entre ambas. Es espantoso darse cuenta de eso, pero es bonito para aprender que la felicidad no va por ahí. Es algo que quiero empezar a transmitirle a mi hija. No quiero que crezca con lo que yo crecí, cuando la sociedad me decía que, para ser el número uno, me tenía que levantar a las seis porque, si me levantaba a las siete, alguien me llevaría una hora de ventaja. Adivina cuánta gente hay en el podio. Una persona. Ese que se levantó antes que tú te va ganando, así que apúrate porque se te va. Es un mensaje horroroso. Es un mensaje de ansiedad, de no disfrutar la vida. ‘Ahora entrégalo todo porque después, cuando estés allá arriba, vas a estar riéndote mientras todos ellos son los chóferes que te llevan’. Es un mensaje horripilante. ¿Sabes qué? Sé lo que tú quieras, pero en tu versión más feliz. Eso es lo que quiero compartirle a mi hija. Entonces te digo, ¿siete nominaciones? Me siento de puta madre. Si fueran dos o ninguna, me sentiría de puta madre igual.

“No quiero que mi hija crezca con lo que yo crecí, cuando la sociedad me decía que, para ser el número uno, me tenía que levantar a las seis porque, si me levantaba a las siete, alguien me llevaría una hora de ventaja. [...] Es un mensaje de ansiedad, de no disfrutar la vida”
Camilo, en Madrid (Helena Margarit Cortadellas)
Camilo, en Madrid (Helena Margarit Cortadellas)

P. Se ha hecho viral un tema de Bad Bunny elaborado con inteligencia artificial y él se ha enfadado. Esta tecnología hace posible que canciones que no escribís, ni cantáis, ni componéis suenen prácticamente igual que vuestras voces. ¿Cómo valoras este nuevo frente que se abre en la industria?

R. Es muy interesante porque, ¿sabes dónde pega eso? En el ego. Pega donde sea que tengas una herida, pum, ahí te da. Entonces, si necesitas ganar dinero con lo que haces es un chicharrón porque, si sale una canción hecha con inteligencia artificial, ¿a quién le pagan? ¿Dónde está mi plata? Por otro lado, ¿a quién glorifican con esa canción? Imagínate que dijeran que la mejor canción de Camilo no es una que hice yo. Ahora, hay cosas que no te arrebata nadie nunca, que es el gozo de haber hecho algo. Espero que esa máquina se lo haya pasado de puta madre, pero mi premio es que, cuando voy al estudio, yo me lo paso de puta madre, sea esa canción peor o mejor que la que hizo la inteligencia artificial. Si saco todas esas métricas de vanidad, queda el tesoro de hacer lo que haces porque lo amas. Yo voy al estudio todos los días con la felicidad de ver qué va a suceder. Ahora estoy componiendo las canciones que más me gustan, las mejores que he escrito en toda mi vida. Te digo una cosa, si se borraran mañana en el computador, si explota y si me muero parce, tesoro igual. El tesoro de haberlas hecho no te lo puede emular ningún tipo de inteligencia artificial.

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P. Antes de ser padre hablaste de que, cuando Evaluna estaba embarazada, sentiste los mareos y las náuseas antes que ella. Ese comentario causó mucho revuelo, sobre todo entre mujeres. ¿Te arrepientes de haberlo dicho?

R. Me acabo de enterar de que no les gustó lo que dije. Eso tiene un término que se llama sympathetic pregnancy. Puede gustar o no, y está bien. Lo único que te puedo decir es que a mí me dieron ganas de vomitar durante ocho días. Ella no estaba embarazada y yo tenía un mareo que no me lo podía creer. Poco después descubrimos que estaba embarazada, pero de muy poco tiempo. Me enteré, gracias a la partera que tuvimos, que las culturas ancestrales se enteraban de cómo estaba embarazada la mujer por los cambios en el hombre. Una vaina rara y preciosa. Mi mujer es la hostia. Si ustedes vieran el parto de Evaluna en nuestra casa, 29 horas sin anestesia, sin medicamentos, sin inducción, verla a ella y a su cuerpo transitar ese poder de traer una vida nueva a este planeta. Ese día entendí todo el tema del poder de la mujer.

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