El PNV siempre gana: más 30 años de influencia en Madrid

El Partido Nacionalista Vasco, dentro de su estrategia pragmática, sin hacer ruido ni elevar el tono, sigue avanzando en el autogobierno de Euskadi

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El presidente del Gobierno en funciones y el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, firman un acuerdo que garantiza la investidura de Sánchez. (EFE/ Fernando Villar)
El presidente del Gobierno en funciones y el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, firman un acuerdo que garantiza la investidura de Sánchez. (EFE/ Fernando Villar)

El Partido Nacionalista Vasco es como la banca en el Monopoly: siempre gana. Otras elecciones y, de nuevo, ahí está el PNV para ser una vez más un elemento clave para la gobernabilidad de España. Y siempre sin hacer ruido, dedicándose a mirar y pactar a derecha e izquierda. Solo con una línea roja en forma de condición: que el acuerdo suponga dotar de contenido y competencias al Estatuto de Autonomía de Euskadi y, por supuesto, llevarlo a término.

Además, la estrategia siempre es la misma: Andoni Ortúzar, presidente del partido, saca los dientes y Aitor Esteban –desde hace casi 20 años– negocia de tú a tú con el aspirante a gobernar. Tanto el PSOE como el Partido Popular se han visto obligados a pactar con los vascos como la única estrategia para dotar de estabilidad a los sucesivos Ejecutivos. A cambio, los grandes partidos han tenido que ceder en autogobierno y competencias fiscales, dos materias claves para el PNV.

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La formación vasca sabe esperar su turno. Ha sido el verdadero protagonista en 12 de las 14 legislaturas de la democracia. La última vez en la que los vascos fueron la princesa de la fiesta fue esta misma semana. Después de que el PSOE lograra arrancarle el acuerdo a Carles Puigdemont, no tardó en salir el PNV para reivindicar su papel en este baile, recordando, por si a alguien se le había olvidado, que sin sus cinco votos Sánchez no volvería a ser presidente.

González, Aznar, Zapatero y ahora Sánchez

En 1989, Felipe González pierde, por primera vez, la mayoría absoluta. Los socialistas lograron 175 diputados, González no podía reeditar su Gobierno solo con los votos de su grupo, por lo que se vio obligado a elegir: o pactar con Izquierda Unida o con los nacionalistas. El expresidente socialista decidió arrimarse a los nacionalistas.

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La negativa del entonces secretario general de los socialistas a pactar con Julio Anguita era tal que prefirió ceder ante el PNV y Ciu. Convergencia i Unió y el Partido Nacionalista Vasco acordaron con el PSOE transferir competencias del Gobierno central, al Ejecutivo autonómico. En el caso de los vascos, González autorizó la transferencia de 54 competencias e incluso les ofreció el Ministerio de Industria, cuestión que el PNV rechazó de plano.

José María Aznar, a pesar de criticar duramente los acuerdos entre González y los nacionalistas, en 1996, no logró tampoco los 176 diputados para superar la sesión de investidura, por lo que, una vez más, el PNV y CiU aprovecharon la coyuntura. Es más, el líder de los nacionalistas vascos de entonces, Xabier Arzalluz, reconoció haberle “sacado más a Aznar en 14 días que a González en 14 años”.

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Entre las cesiones firmadas, se pactó la modificación del concierto vasco, el incremento de la capacidad fiscal de Euskadi y la devolución al País Vasco del patrimonio incautado en la Guerra Civil. Cesiones de Aznar que tan solo precedieron a las de Zapatero que, en 2008, cuando perdió la mayoría absoluta, también tuvo que pactar, por aquel entonces, fue, principalmente, las políticas activas de empleo.

En 2018, cuando el PSOE presentó la moción de censura contra Mariano Rajoy, fueron los votos del PNV los que determinaron el resultado final de la votación. La decisión de los vascos de votar por la salida de los populares del Gobierno supuso un choque de trenes entre los nacionalistas y los conservadores. Estos últimos percibieron el sentido del voto de los de Aitor Esteban como una traición a sus propias bases ideológicas, unas bases que los vascos habían avalado una semana antes, cuando votaron a favor de los Presupuestos Generales del Estado.

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Con aquella votación de junio de 2018 se sentaron las bases para los acuerdos posteriores. En noviembre de 2019, Sánchez pacta con Ortúzar, entre otras cuestiones, la negociación y acuerdo de un nuevo Estatuto de Autonomía y la promoción cultural y deportiva de Euskadi a nivel internacional. Tras las elecciones del 23 de julio y después de negarse a apoyar un Gobierno del PP con Vox, el PNV le ha sacado a Pedro Sánchez la transferencia de la Seguridad Social, es decir, mayores competencias en materia fiscal.

Este pacto es uno más de todos los que han alcanzado a lo largo de la democracia. No obstante, es un pacto que sigue la línea de pragmatismo y autogobierno que viene defendiendo el Partido Nacionalista Vasco desde hace más de 30 años.

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