La presencia de mujeres en el mundo del deporte se ha incrementado durante los últimos años, en especial, respecto al número de deportistas de alto rendimiento. Un crecimiento que se ha visto reflejado también en la visibilidad que ha adquirido el deporte femenino, en el número de equipos y clubes que cuenta con una categoría femenina, en sus salarios, en sus condiciones. Ahora ellas también llenan estadios y mueven a miles de personas. Ahora ellas son un referente para los miles de niñas y niños que sueñan con convertirse en una estrella del deporte a nivel mundial.
Alexia Putellas, Megan Rapinoe, Alex Morgan, Mary Earps, Iga Swiatek, Aryna Sabalenka, Coco Gauff, Paula Badosa, Simone Biles, Luciana Aymar, Carolina Marín, Yulimar Rojas... Todas ellas son estrellas reconocidas mundialmente en sus respectivos deportes. Sin embargo, todavía hay muchos cargos reservados casi en exclusiva para hombres. Hasta el pasado 5 de septiembre de 2023, es decir, hace poco más de dos meses, la Selección femenina de fútbol solo había tenido entrenadores hombres. Ahora, Montse Tomé, nueva seleccionadora nacional, ha conseguido romper ese techo de cristal. Un mes después, Elisa Aguilar, rompió otro techo al ser elegida nueva presidenta de la Federación Española de Baloncesto, la primera mujer en ostentar dicho cargo. A nivel internacional, los datos son todavía más clarificadores respecto al papel que desempeña la mujer en las altas esferas institucionales deportivas.
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Al frente de los organismos e instituciones que planifican y se encargan del desarrollo de las competiciones, que toman las decisiones en fútbol, tenis, natación, bádminton, atletismo o baloncesto, la mayoría de personas son hombres. ¿Cuántas mujeres se conocen que lideren una federación internacional? Pocas, muy pocas: la mayoría de estas presidencias están ostentadas por hombres –y no porque no haya candidatas para el cargo–.
En total, existen 77 federaciones internacionales deportivas que estén reconocidas por el Comité Olímpico Internacional, organismo presidido también por un hombre, Thomas Bach. De entre todas ellas, solo ocho están lideradas por mujeres, aunque solo cuatro son federaciones olímpicas. La federación internacional de golf, al frente de la cual se encuentra Annika Sorenstam, quien llegó al cargo en el año 2020, para sustituir a Peter Dawson. A ella se suma también Petra Sorling, presidenta de la federación internacional de tenis de mesa; Regula Meier, presidenta de esquí de montaña; y la presidenta de triatlón, Marisol Casado.
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Esta última lleva en el cargo desde el año 2008, además es la segunda mujer española que forma parte del Comité Olímpico Internacional, aunque la primera fue Pilar de Borbón y la incluyeron como miembro ex officio, es decir, de acuerdo a su cargo. Marisol Casado fue toda una pionera con un puesto de tal magnitud en la federación de triatlón y dentro del COI, cuyo nombre incluso se barajó para ostentar el cargo de secretaria de Estado para el Deporte cuando Máximo Huerta accedió al puesto de ministro de Cultura y Deporte.
Además, dentro de las federaciones olímpicas son nueve las mujeres que se encuentran al frente de la Secretaría General en los deportes: Federación Ecuestre, FIFA, Esgrima, Judo, UCI, Pentatlón Moderno, Bowling, Escalada y Bobsleigh.
En las no olímpicas, la situación no mejora
Respecto a las federaciones no olímpicas, hay otras cuatro mujeres al frente de estas instituciones: la de Squash, Zena Wooldridge; la de Actividades Subacuáticas, Ana Arzhanova; la de Lacross, Sue Redfern; y la de Netball, Liz Nichols. Entre las de federaciones que no son olímpicas, solo 11 mujeres se encuentran al frente de una Secretaría General: deportes Aéreos, Beisbol, Billar, Bridge, Curling, Korfball, Lacross, Motociclismo, Muhai Thai, Netball, Pelota Vasca y Tira y Afloja.
Con estos datos sobre la mesa, se puede observar que la gobernanza y los puestos directivos y de liderazgo dentro del deporte internacional están copados por hombres y la igualdad de género todavía está muy lejos de ser una realidad ni en las altas esferas deportivas, ni en las que se encuentran en un nivel inferior, como se han podido observar con puestos de presidencia en federaciones nacionales o de entrenador. Poco a poco se está avanzando en estas cuestiones, aunque todavía queda un largo camino por recorrer hasta conseguir que el deporte sea totalmente igualitario. Hasta conseguir que el deporte no sea solo cosa de hombres.