La tensión en las concentraciones contra la amnistía y Pedro Sánchez en la sede de Ferraz ha ido en aumento, por lo que muchos de los argumentos que el PP y Vox utilizaban durante los dos primeros días de protesta ya no sirven y han tenido que hacer dificilísimos equilibrios para que no repercutan en su contra. Hay varios actores clave en la derecha cuya valoración sobre la violencia ocurrida en los últimos días en distintas sedes del PP genera expectativas: Alberto Núñez Feijóo, Santiago Abascal, Isabel Díaz Ayuso, José María Aznar y Esperanza Aguirre.
En el PP, los motores comenzaron a calentarse hace ya una semana por unas palabras de Aznar, en las que llamaba a los españoles a no inhibirse y a actuar. Pronunciaba este discurso, en el que rechazaba quedarse de brazos cruzados y callado, con Feijóo a su lado, que rebajaba las expectativas del expresidente del PP y abogaba por no tensar más el debate.
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Vox participa en las protestas de Ferraz
Fue Esperanza Aguirre la primera en firmar con las siglas del PP una de las protestas de Ferraz, en concreto, la segunda de ellas, la del sábado. La expresidenta madrileña se unió a la manifestación y, en parte, llegó a liderarla. De hecho, pidió que se cortara el tráfico y ella misma actuó en consecuencia. Desde Vox, además de distribuir las convocatorias de la organización ultraderechista Revuelta, cercana a su formación, varios dirigentes de Vox, como Juan García-Gallardo o Ignacio Garriga, se unieron a las protestas. Por su parte, Santiago Abascal animó a acudir a la de Ferraz de este lunes, a la que se presentó él mismo, y en la que comenzó a incrementarse la tensión, ya con tres detenidos y cargas policiales.
Vox se sumó de lleno a las protestas, señalando las cargas a los manifestantes y sin condenar la violencia y los insultos de los mismos. Señaló al Gobierno de Sánchez y al Ministerio del Interior como únicos culpables, y llamó a seguir movilizándose en Ferraz, avanzando que ellos mismos seguirían presentes en todas las manifestaciones. De hecho, hicieron un llamamiento a que los policías desobedeciesen las “órdenes ilegales” de la Delegación del Gobierno. Sin embargo, según se ha ido recrudeciendo la violencia, los de Abascal han buscado salvaguardias en sus propias manifestaciones, añadiendo la muletilla de “pacíficas” a las protestas que su partido apoya, pero sin dejar de defender las movilizaciones en Ferraz, que habían dejado ya de ser pacíficas.
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Las protestas incomodan al PP
La valoración y la estrategia del Partido Popular durante los días de las protestas, más allá de las palabras de Aznar y las acciones de Aguirre, era diferente de la de Vox. La intención de Feijóo era capitalizar esa tensión en la calle contra la amnistía, canalizándola hacia las manifestaciones que Génova ha convocado para el próximo domingo, 12 de noviembre, en todas las capitales de provincia. Primero, la Dirección Nacional del PP intentó ponerse de perfil y afirmar que el de las protestas sin autorización no era “su modelo”, pero algunos de sus barones, como Fernando López Miras o María Guardiola, ya dejaron patentes sus críticas a los insultos y actos violentos frente a la sede del PSOE.
Cuando se produjeron las primeras cargas policiales y las protestas se recrudecieron, el PP optó por desmarcarse de las mismas, aunque sin condenarlas y culpando al Gobierno y al Ministerio del Interior del trato a los manifestantes, como si fueran CDR, denunciaban. Y no condenó las protestas hasta este miércoles, tras una noche que se saldó con 39 heridos y 7 detenidos, en la que neonazis y violentos convirtieron Ferraz en un campo de batalla.
Fue cuando la cúpula del PP comenzó con las condenas a “cualquier tipo de violencia”, asegurando que ni su partido había convocado o participado en ellas. Con todo, continuó con el “y tú más” al PSOE, al que acusa de amnistiar “hechos más graves que los de la puerta de su sede”. Los mensajes de los populares eran dispares, mientras que Bendodo decía que las decisiones de Sánchez habían motivado la indignación, Isabel Díaz Ayuso intentaba marcar el paso de una condena sin paliativos a las manifestaciones violentas. “Condenamos los actos vandálicos”, dijo en sus primeras palabras en el pleno de la Asamblea, en las que pidió que se juzgara y se detuviese a los responsables. “Yo con los ultras no voy ni a la vuelta de la esquina”, aseveró.
La condena del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se hizo esperar unas horas más y, después de 20 minutos de discurso sobre las concesiones de Pedro Sánchez a los independentistas y sus consecuencias, no llegó a pronunciar su rechazo, aunque con “peros”. Señaló a la extrema izquierda y a la extrema derecha por cometer actos vandálicos —sin mencionar específicamente los de Ferraz— y aseveró que no aceptaría ninguna lección sobre rechazo a la violencia por parte del socialismo. Finalmente, Feijóo responsabilizó de estos actos al presidente del Gobierno: “Sánchez es el principal responsable de lo que está sucediendo en España”.
Al final, el enredo del Partido Popular con las protestas violentas en la sede de un partido político, ha derivado en que Feijóo tarde más de un día en dar importancia y condenar estos hechos para no desviar los focos, lo que ha terminado por desviarlos hacia la respuesta que se espera de su propio líder. Además, ha llevado a Génova a una posición similar a la de la extrema derecha, decidida a azuzar la situación en la calle, y a alejarse de un activo principal en el partido, Isabel Díaz Ayuso.