El resultado de las elecciones generales del pasado 23 de julio devolvió al foco de la actualidad a Carles Puigdemont. El expresidente de Cataluña exiliado en Waterloo (Bélgica) tras la celebración del referéndum inconstitucional y la proclamación de la República Catalana en 2017. Los votos de su partido, Junts per Catalunya, eran necesarios para la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, y esta misma mañana se ha cerrado el acuerdo entre ambas formaciones: resolución del conflicto histórico en Cataluña y amnistía para los encausados del procès.
En la actualidad, Puigdemont no ejerce ningún cargo dentro del partido que fundó, pero dirige su estrategia y ha sido la figura fundamental en las negociaciones con el PSOE de Pedro Sánchez. Eso sí, el político natural de Girona es eurodiputado por Junts en el Parlamento Europeo.
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Por este cargo, el catalán recibe un sueldo mensual de 9.975,42 euros. La cuantía final una vez aplicados los impuestos se queda en 7.776,06 euros netos (119.705,04 euros al año). Pero los beneficios económicos de este puesto no se quedan ahí. En este sentido, Puigdemont también tiene derecho a una dieta diaria de 338 euros para cubrir gastos de alojamiento y de otro tipo que los eurodiputados necesiten al participar en actividades oficiales en Bruselas o Estrasburgo, siempre que firmen un registro que confirme su presencia. En el caso de que las reuniones o actividades sean fuera de la Unión Europea, la dieta se reduce a 160 euros.
Además, los eurodiputados tienen derecho a reembolso del coste real de sus billetes de viaje cuando se desplazan por trabajo a Bruselas o Estrasburgo, así como al gasto de un importe de 4.778 euros mensuales para gastos generales entre los que se incluyen los siguientes: alquiler y administración de oficinas, gastos de teléfono y suscripciones, actividades de representación, compra y mantenimiento de equipos informáticos y teléfonos, y organización de conferencias y exposiciones.
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El sueldo de Puigdemont como presidente de la Generalitat de Cataluña
Oficialmente, Puigdemont fue presidente de Cataluña entre 2016 y 2018, pero su tiempo efectivo de mandato solo duró hasta el 31 de octubre de 2017. En ese fecha, se refugió en Bruselas junto a otros cinco exconsejeros tras declarar la independencia de Cataluña el 11 de octubre. Eso sí, la independencia fue suspendida solo 44 segundos después por él mismo, con el fin de “emprender el diálogo” con el resto de España.
Su sueldo durante su tiempo al frente de la Generalitat era todavía más alto que el que percibe en la actualidad como eurodiputado. El expresident cobraba 145.471 euros al año, es decir, 12.122,58 euros brutos al mes. Una cifra superior, por ejemplo, a la del presidente del Gobierno. En la actualidad, Pedro Sánchez cobra un salario bruto anual de 90.010,20 euros.
El curriculum vitae del Puigdemont fuera de la política
El perfil profesional de Carles Puigdemont, expuesto en la plataforma del Parlamento Europeo, destaca por su formación académica en Filología Catalana por la Universidad de Girona. Pese a sus credenciales académicas, Puigdemont inició su trayectoria laboral en el ámbito periodístico, desempeñándose inicialmente como periodista y corrector en el diario regional El Punt, desde 1982 hasta 1999.
Posteriormente, Puigdemont asumió roles de liderazgo en importantes instituciones culturales y mediáticas catalanas, ejerciendo como director de la Agència Catalana de Notícies de 1999 a 2002, director de la Casa de Cultura de Girona entre 2002 y 2004, y finalmente como director del periódico Catalonia Today hasta 2006.
Así es su mansión en Waterloo
El político catalán ha fijado su residencia en un espacio conocido como “Casa de la República”, situada en la exclusiva Avenue del Abogado, número 34, en Waterloo. Este domicilio, que se extiende sobre una superficie de 500 metros cuadrados, no es solo una mera vivienda privada, ya que se ha convertido en el núcleo de la diplomacia catalana en el extranjero, funcionando efectivamente como un enclave de representación de los intereses de Cataluña. La institución, que se financia a través de contribuciones privadas según informa su sitio web oficial, se proclama como un símbolo de libertad y de los derechos del pueblo catalán.
Ubicada en una zona residencial selecta, alejada del ajetreo de la capital belga, la propiedad se ha convertido en punto de encuentro para los adherentes al movimiento independentista, quienes se congregan para mostrar su apoyo a Puigdemont. La casa no solo es un lugar de reunión, sino también un foro de diálogo, ofreciendo la posibilidad de solicitar encuentros con Puigdemont mediante un correo electrónico disponible en su portal web.
El inmueble, que se distingue por dos banderas en su amplio jardín de 1.000 metros cuadrados, ha sido descrito por el diario L’Echo como una mansión de gran lujo que cuenta con seis dormitorios, tres baños, una cocina de última generación, un garaje con capacidad para cuatro coches y una terraza espaciosa de 100 metros cuadrados.