“¿Qué equipo te gusta más, Barça o Madrid?”, preguntaba el reportero a un jovencísimo Brahim (12 años), entonces en la cantera del Málaga. “Barça”, respondía sin lugar a dudas. ¿Su ídolo? “Messi”. El equipo de su ciudad lo adivinó pronto y captó al joven cuando solo tenía 11 años. Venía de destacar en dos equipos punteros en lo que al fútbol base se refiere, el UD Mortadelo y el Tiro Pinchón.
Tras su físico menudo escondía un desequilibrio en el uno contra uno, un don para el regate y una explosividad impropia para un chico de su edad. Era muy joven cuando todas esas habilidades impresionaron a los ojeadores de los equipos más importantes de Europa en el torneo alevín MIC. En 2011, el director de la cantera del FC Barcelona, Albert Puig, llegó a un acuerdo con sus padres para ficharlo en junio, pero el jeque del Málaga le ofreció mejores condiciones, por lo que decidió continuar en la ciudad andaluza. Los azulgranas volvieron a intentarlo al año siguiente, pero no se formalizó ningún acuerdo.
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Dos años después, en 2013, el Málaga aceptó un traspaso al Manchester City. Continuó su formación en las categorías inferiores del equipo inglés, hasta que en 2016, con 17 años y 49 días, debutó como profesional en un partido de Copa de la Liga. Al año siguiente debutó en la liga de campeones ante el Feyenoord en el Etihad Stadium. Y, como la vida da muchas vueltas, si con 12 años era del Barça, con 21 fichaba por el Real Madrid hasta 2025. El club blanco pagó 17 millones de euros fijos más siete en variables por el joven. Tenía claro que sería una pieza importante para el equipo.
Debutó con la camiseta blanca en un partido de Copa del Rey ante el Leganés en sustitución de Vinicius. Estuvo una temporada y media, hasta que en 2020 el Real Madrid acordó una cesión al Milán hasta 2021. Al término de esta, se prolongó por dos temporadas más, pero habiendo visto su actuación con el club italiano, el club madrileño quería guardarse un as bajo la manga. Esta prorrogación se hizo con opción de compra por 22 millones, asegurándose el Madrid una opción de recompra por 27 millones.
Era en junio de este 2023, cuando Brahim regresaba a la capital con contrato hasta 2027, después de tres temporadas en las que no ha dejado de crecer hasta convertirse en un fijo el curso pasado. 45 partidos llegó disputar en los que hizo siete goles y repartió siete asistencias. Unos números que le convirtieron en uno de los líderes del conjunto rossonero, que alcanzó el pasado curso las semifinales de la Champions. En su primera etapa con el Real Madrid, disputó 21 partidos, marcó dos goles y añadió una Liga y una Supercopa de España a su palmarés.
Segundo periplo para Brahim con el Real Madrid
“Hablo con Brahim, sé perfectamente lo que puede aportar, es un jugador que me gusta por sus características y tendrá su papel en los próximos partidos”, auguró Ancelotti antes de dar a conocer su alineación para enfrentar al Braga. Las molestias en el hombro de Bellingham y el apretado calendario inmediato de su equipo abrían la puerta al 21 del Real Madrid. “Tengo algo especial por él porque ha jugado en el Milan”, comentaba Ancelotti y Brahim tardó menos de un cuarto de hora en ratificar las palabras de su técnico, pero su gol fue anulado.
En el partido se divertía como falso nueve con la pareja de brasileños, Rodrygo y Vinicius. Recibía, arrancaba, exhibía su facilidad para regatear en carrera y se dejaba ver por el área. Estaba siendo indetectable para la Niakate y Jose Fonte. Ni uno ni otro llegó a tiempo para taponar el remate de primeras de Brahim tras el pase de Rodrygo. Se adelantaba el Real Madrid, o mejor dicho, le adelantaba un Brahim que aprovechó su segunda titularidad para volver a ver puerta.
Al término del partido, ya en rueda de prensa, le preguntaron al técnico italiano por la actuación de Brahim: “Sí, puede que haya sido injusto con él estos meses. No pasa nada por decirlo. Como excusa... en su posición óptima está Bellingham”. El malagueño sustituyó al inglés que descansó por una luxación en el hombro. Su actuación ante el Braga fue brillante y demuestra que hay vida más allá de Bellingham.