Brahim se reivindica y Lunin responde: los menos habituales guían al Real Madrid ante el Braga en Champions

El malagueño y el ucraniano, habituales suplentes, fueron titulares y vitales para el triunfo de su equipo con un gol y un penalti parado

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Brahim celebra su gol ante el Braga (REUTERS).
Brahim celebra su gol ante el Braga (REUTERS).

El partido ante el Braga vino de nalgas para el Real Madrid. Kepa se lesionó en el calentamiento, Meler señaló un penalti clamoroso de Lucas Vázquez y encuentro adquirió una pendiente digna de un puerto ciclista para los de Ancelotti. Sin embargo, en las ocasiones más inesperadas emergen héroes inesperados. Lunin, que llevaba sin competir desde el pasado 19 de agosto y tan solo había completado una parte del calentamiento previo, sacó el disparo de Djaló y sofocó la rebelión inicial de un Braga que fue de menos a más con el transcurso del partido.

No fue el primer examen para un Lunin que ya tuvo dos pruebas en las dos primeras jornadas ligueras, cuando Kepa recién aterrizó en la capital española como recambio del lesionado Courtois. Lunin echó el cerrojo ante el Almería y encajó un gol contra el Athletic. Ante el Braga sustituyó a un lesionado Kepa que alabó a su compañero. “Es un paradón, sabía que lo iba a hacer, es un gran portero”. El ucraniano mostró ser eficaz bajo unos palos que previsiblemente ocupará la próxima semana ante el Valencia en Liga.

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Lunin detiene y Brahim acelera

“Hablo con Brahim, sé perfectamente lo que puede aportar, es un jugador que me gusta por sus características y tendrá su papel en los próximos partidos”, auguró Ancelotti antes de dar a conocer su alineación para enfrentar al Braga. Las molestias en el hombro de Bellingham y el apretado calendario inmediato de su equipo abrían la puerta al 21 del Real Madrid. “Tengo algo especial por él porque ha jugado en el Milan”, comentaba Ancelotti y Brahim tardó menos de un cuarto de hora en ratificar las palabras de su técnico, pero su gol fue anulado.

El malagueño se divertía como falso nueve con la pareja de brasileños, Rodrygo y Vinicius muy abiertos. Recibía, arrancaba, exhibía su facilidad para regatear en carrera y se dejaba ver por al área. Estaba siendo indetectable para la Niakate y Jose Fonte. Ni uno ni otro llegó a tiempo para taponar el remate de primeras de Brahim tras el pase de Rodrygo. Se adelantaba el Real Madrid, o mejor dicho, le adelantaba un Brahim que aprovechó su segunda titularidad para volver a ver puerta. La primera, ante Las Palmas en Liga, también se saldó con un tanto del malagueño cuya situación en el conjunto blanco es extraña.

Pocos la entienden. Ni parte del club ni los que rodean al jugador. Regresó este verano al conjunto blanco después de su fructífero Erasmus en el Milan. Tres temporadas donde no ha dejado de crecer hasta convertirse en un fijo el curso pasado. 45 partidos llegó disputar en los que hizo siete goles y repartió siete asistencias. Unos números que le convirtieron en uno de los líderes del conjunto rossonero, que alcanzó el pasado curso las semifinales de la Champions. Meses después su situación ha cambiado. Ahora debe volver a ganarse la confianza de otro entrenador. Por el momento ya ha demostrado que hay vida más allá de Bellingham.

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