El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid ha aprobado este miércoles las modificaciones del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de la ciudad de Madrid, que data de 1997. Como principal novedad, las nuevas viviendas que se construyan a partir de ahora en la capital no podrán tener una superficie inferior a los 40 metros cuadrados (cuando antes este límite estaba en los 25 metros), acabando así de facto con lo que se ha bautizado como ‘minipisos’. Los cambios urbanísticos diseñados por Almeida fueron aprobados en julio por el Ayuntamiento de Madrid. El Gobierno regional tenía luego cuatro meses para ratificar o echar para atrás este nuevo planteamiento, que finalmente ha recibido ahora el visto bueno por parte de Ayuso.
Las nuevas normas urbanísticas deben volver ahora al Ayuntamiento para su aprobación definitiva. Entonces se considerará como vivienda mínima aquella que cuenta con estancia-comedor, cocina, dormitorio y baño, y cuya superficie útil sea igual o superior a cuarenta 40 metros cuadrados, no incluyendo en el cómputo las terrazas, balcones, balconadas, miradores, tendederos.
Te puede interesar: Madrid ratifica la ilegalidad de miles de pisos turísticos con una norma creada por Carmena: “Esto será como la ley seca”
Las nuevas normas también regulan el ‘coliving’ (viviendas con espacios comunes) y el ‘cohousing’ (comunidad de viviendas donde se comparten determinados servicios, estancias y actividades). En cuanto al ‘coliving’, las viviendas deben tener una superficie mínima de 15 metros cuadrados, con un mínimo de 10 metros cuadrados por persona si está prevista para más de una. Los espacios comunes, como estancia-comedor, cocina y zona de lavado y secado de ropa, deben tener una dimensión mínima de 25 metros cuadrados. En el caso del ‘cohousing’, se permite reducir la superficie de la vivienda mínima a 30 metros cuadrados, destinando 40 metros cuadrados a las zonas comunes de estancia y reposo.
En cuanto a las polémicas como cocinas fantasma o “cocinas agrupadas”, el Ayuntamiento establece que su implantación “se concentre de forma prioritaria en polígonos industriales” y “se limita su actividad en zonas residenciales, al igual que ocurre con el uso almacenaje con reparto a domicilio y la logística”. Sin embargo, sí se facilita que en zonas residenciales se implanten en “locales de uso industrial con un máximo de 350 metros cuadrados”. La nueva norma señala que el máximo de cocinas permitidas será de ocho.
Pisos turísticos
En cuanto a las viviendas de uso turístico (VUT), siguen sin ser legales aquellos pisos destinados al alquiler turístico que no tengan un acceso independiente desde la vía pública, es decir, la gran mayoría. Se mantiene así, sin cambios, el Plan Especial de Hospedaje que se aprobó a principios de 2019, una normativa que pretendía poner freno a la conversión de viviendas en pisos turísticos. Este plan solo permite que un piso se convierta en VUT si tiene acceso directo a la calle, lo que prácticamente limitaba la actividad a plantas bajas o locales reconvertidos en viviendas. Además, las VUT debían formalizar una declaración responsable y una licencia municipal.
Al terminar 2022 había casi 13.000 viviendas turísticas en la capital, según datos de la Comunidad de Madrid,. Según la Alianza para la Excelencia Turística (Exceltur) a 31 de marzo de 2023 había 19.406 anuncios de viviendas de uso turístico en Madrid, un 30% más que un año antes. Según datos de páginas de investigación como Inside Airbnb, que recopila los anuncios de la web más populares en este tipo de reservas, en septiembre se ofrecían en la capital hasta 24.828 propiedades en alquiler turístico. Las cifras son dispares, pero todas las estimaciones hablan de entre 15.000 y 25.000 VUT en la capital. A mediados de octubre el alcalde Almeida señaló que está preparando una regulación específica para estas viviendas, por lo que de momento no se han introducidos cambios en el PGOU.