Megan Gustafson, el fichaje WNBA y ‘a lo Lorenzo Brown’ de la selección femenina de baloncesto con vistas a 2024

En el Boletín Oficial del Estado del pasado miércoles 14 de junio, aparecía reflejado un Real Decreto por el que se concedía la nacionalidad española por carta de naturaleza a “doña Megan Elizabeth Gustafson”, “en atención a las circunstancias excepcionales que concurren”. Casi cinco meses después, la medida y la nacionalizada han pasado totalmente desapercibidas. Ni siquiera tras hacerse pública la última convocatoria de la selección femenina de baloncesto, gracias a la cual se entiende todo, está claro que el común de los mortales, en España, sepa aún quién es Megan Gustafson. Y por qué ahora, además de ser estadounidense, es española.

El movimiento cobra sentido cuando lo explica el técnico del equipo nacional, Miguel Méndez. “Con estas jugadoras, prepararemos los primeros partidos del Eurobasket 2025 y también la importantísima cita que tenemos en febrero, el Preolímpico”, afirmó en declaraciones a la FEB. Es el torneo clasificatorio para los Juegos Olímpicos de París 2024, en el que las chicas entraron al alcanzar las semifinales del pasado Europeo, el que ha motivado que se sume a Gustafson para la causa. Sobre todo, por la necesidad de reforzar el juego interior ante la baja por maternidad de Astou Ndour, pieza clave en la época dorada del combinado.

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El 30 de octubre, la sorpresa, aunque reducida a los entendidos en materia, saltó al conocerse la nueva lista de las subcampeonas continentales. Ahí aparece Gustafson, entre las pívots citadas para la primera ventana del Eurobasket 2025. No obstante, su debut en partido oficial tendrá que esperar, puesto que la nueva integrante de La Familia, de 26 años, está lesionada. “A pesar de estar de baja y apurando sus últimos días para volver a jugar, realizará este trabajo individual con nosotros”, aseguró el seleccionador.

En esos entrenamientos de la absoluta, ya se ha podido ver en acción a alguien cuyo caso es imposible de disociar del que protagonizó, en 2022, un integrante del combinado masculino también natural de Estados Unidos: Lorenzo Brown. Aquella historia, que generó escepticismo de forma inicial, terminó con un final feliz rotundo. Se conquistó el Eurobasket y el base acabó en el quinteto ideal de la competición, rebautizado incluso (cortesía de Usman Garuba) como ‘Lorenzo de Albacete’. De hecho, lo suyo se lloró su ausencia en el Mundial de este verano.

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Otra similitud con Brown es haber sido parte de la mejor liga del mundo. Eso sí, sus números en la WNBA han sido más bien discretos hasta la fecha en Dallas, Washington y Phoenix, la única franquicia con la que ha disputado los playoffs (2022). Ha sido con las Mercury con quienes, este mismo año, ha alcanzado sus estadísticas más sobresalientes: 7,9 puntos y 3,9 rebotes en 15,1 minutos por partido.

El periplo universitario de Gustafson fue mucho más llamativo: con las Iowa Hawkeyes, llegó a promediar 27,8 puntos, 13,4 rebotes y 1,7 asistencias en la temporada de su graduación, con un 69,6% de acierto en tiros de campo. Tan sobresaliente fue el paso por la NCAA que igualó el récord de dobles-dobles en un curso (33), fue mejor jugadora (Premio Naismith) en 2019 y se ganó que le retirasen la camiseta.

En Europa, tampoco le han ido nada mal las cosas, ya que fue la máxima anotadora de la pasada Euroliga (22,6 puntos por choque) y la quinta mejor reboteadora (9,4 capturas de media). Entonces, todavía militaba en el Olympiacos, pero recientemente cambió Grecia por Reino Unido y fichó por London Lions. Antes, había estado en el Ludovika-Csata húngaro y el Gorzow y el Arka Gdynia polacos.

“Es una jugadora que nos puede aportar muchísimo. Ha venido a conocernos, a formar parte del grupo. Una pequeña lesión no le va a permitir estar, pero creo que está muy abierta a conocernos, me parece una chica alegre. Pensando en el futuro, quería y tenía que estar aquí para empezar a formar parte del grupo. Tenemos ganas de verla dentro de la pista y de saber cómo nos puede ayudar”, bendijo Silvia Domínguez, capitana de esta España.

A falta de que salte a la cancha, las referencias de Megan Gustafson son inmejorables. Vayan apuntando su nombre por lo que pueda ocurrir en el futuro: si la jugada es maestra, como lo fueron las de Brown o, en el caso femenino, Sancho Lyttle y Ndour, nuestra canasta se beneficiará de ello.