Corría el siglo XIV y la ciudad de Barcelona se preparaba para ser una de las principales potencias del Mediterráneo. La Corona de Aragón comenzaba su expansión marítima y la ciudad fue poco a poco atesorando más poder y bonanza económica que se traducía en un aumento de la población y un gran bienestar social. La proximidad con el puerto y el mar hizo que se crearan nuevos barrios próximos a ellos, como es el caso de Vilanova del Mar, el actual barrio de La Ribera.
Durante esa época, el barrio se encontraba apenas a 50 metros del mar, siendo una zona totalmente marinera y humilde. Al ser nuevo, los vecinos quería un elemento que les representara dentro de la ciudad, por lo que decidieron levantar su propia iglesia. Ya existía la catedral de Barcelona, pero esta era considerada un templo perteneciente a las élites nobiliarias. Así, determinaron levantar una propia que recogiera los valores del pueblo y del barrio de La Ribera.
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De esta forma, nació la basílica de Santa María del Mar, un conjunto monumental que es uno de los máximos exponentes del gótico catalán y uno de los edificios más emblemáticos de Barcelona. Presenta una arquitectura perfecta rematada por una fachada impresionante que no cuenta con demasiada ornamentación. La historia de su construcción es impresionante, la cual ha quedado plasmada en el libro La Catedral del Mar, de Ildefonso Falcones, que ha vendido más de seis millones de ejemplares en todo el mundo.
Una basílica por y para el pueblo
A través de la vida de Arnau Estanyol, el lector puede conocer la historia de esta hermosa basílica y la de los bastaixos, una cofradía de trabajadores del puerto que fue fundamental para su construcción. El templo se comenzó a levantar en el año 1329 y se terminó en 1389, apenas 60 años, un tiempo muy corto para lo que se tenía acostumbrado en esa época. El proyecto estuvo encabezado por Berenguer de Montagut y Ramón Despuig, pero nada habría sido posible sin la participación de los vecinos, armadores, mercaderes, y sobre todo de los bastaixos.
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Estos tienen tanta importancia debido a que eran los encargados de transportar las piedras con las se construyó la catedral. En esa época no había muchas maneras de llevar esos bloques tan pesados, por lo que los cargaban a los hombros y los trasladaban desde la montaña de Montjuïc hasta La Ribera. Un trabajo hecho por y para la iglesia y al alcance de muy pocos. Así, tras casi siete siglos, la basílica de Santa María del Mar ha vivido grandes episodios y sobrevivido a muchos otros, pues sus muros han sido víctima de terremotos, atentados, guerras e incendios.
Una imponente arquitectura
La Basílica de Santa María del Mar es considerada como la mayor representante del gótico catalán. Se alza en mitad del barrio de La Ribera como un conjunto monumental robusto presidido por su hermosa fachada enmarcada por dos imponentes torres octogonales. El interior está compuesto por tres naves donde se pueden encontrar numerosas capillas y muestra un espacio diáfano sin apenas obstáculos, algo propio del gótico catalán.
A su vez, destacan a la vista sus hermosas vidrieras, algunas de las cuales se destruyeron debido al incendio que sufrió el templo en 1936. No obstante, otras se conservaron, como es el caso de la del Jucio Final (1474) o la de Pentecostés y la Santa Cena (1711). No nos podemos olvidar de su hermoso rosetón presente en la fachada principal, el cual se derrumbó con el terremoto de 1428 y se recuperó en 1460.
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Horario y precios
Si estás unos días por Barcelona no puedes irte sin conocer Santa María del Mar. Así, el horario de visitas gratis es de 09:00 h a 13:00 h y de 17:00 h a 20:30 h los días laborables; y los domingos y festivos es de 09:00 h a 14:00 h y de 17:00 h a 20:30 h.
Por su parte, existe la visita cultural que incluye el acceso al interior del templo, las torres y los diferentes niveles de azoteas del edificio, el espacio museo de las tribunas y la cripta. Estas no son gratuitas, pues tiene un coste de 5 €, y el horario es de 13:00 h a 17:00 h los días laborables; y los domingos y festivos de 14:00 h a 17:00 h.