Hovik Keuchkerian (’Un amor’): “Para el feminismo es contraproducente poner tanto nombre a las cosas y repetirlas constantemente”

El intérprete ha sido alabado por su actuación en la última película de Isabel Coixet, por la que consiguió el premio al mejor actor de reparto en el Festival de San Sebastián

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Hovik Keuchkerian
Hovik Keuchkerian

La última película de Isabel Coixet, Un amor, adaptación de la novela de Sara Mesa del mismo nombre, se presentó en el pasado Festival de San Sebastián y uno de los aspectos que sin duda generó una mayor unanimidad fue la interpretación de Hovik Keuchkerian, que terminaría alzándose con la Concha de Plata al mejor actor de reparto.

Keuchkerian nació en el Líbano hace 50 años y llegó a nuestro país huyendo con su familia de la guerra. Ha sido dos veces campeón de España de los Pesos pesados, es escritor y se dio a conocer frente a la cámara en Alacrán enamorado, por la que estuvo nominada al Goya al mejor actor revelación.

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Teaser tráiler de 'Un amor', la nueva película de Isabel Coixet

Físico y mirada

A partir de ese momento lo hemos visto brillar en Antidisturbios, de Rodrigo Sorogoyen y en La casa de papel, en la que encarnaba el papel de Bogotá. Sin embargo, en Un amor se enfrenta a uno de los mayores retos de su carrera al meterse en la piel de Andreas, el alemán, un hombre rudo y austero, de pocas palabras, que iniciará una relación sexual con Nat (Laia Costa), una mujer que arrastra una serie de traumas y que se verá abocada a una espiral de deseo que no podrá controlar en un pueblo repleto de hostilidad hacia ella.

“Isabel me llamó para decirme que quería que estuviera en la película, pero no me dijo el papel. Yo tenía claro que quería ser Andreas, pero el físico con el que se le describía en la novela era totalmente diferente al mío, así como chaparrito, y yo venía de otro proyecto con 140 kilos. Pero eso no fue un problema, creo que el cambio de perspectiva les gustó, que fuera así todavía más grande y seco, porque al final es un personaje que habla con los ojos, con los silencios”, cuenta el actor a Infobae España.

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Su forma de trabajo, a la hora de acercarse a los personajes, va apareciendo poco a poco. Es la parte que más le gusta, la previa, cuando se deja llevar a base de lecturas, escritos, cuando se acuesta y se despierta y se va asentando hasta que algo empieza a cristalizar.

Laia Costa y Hovik Keuchkerian
Laia Costa y Hovik Keuchkerian protagonizan la adaptación de 'Un amor', de Sara Mesa, dirigidos por Isabel Coixet

La frase de la controversia de la que dependía todo

Sin embargo, para el actor siempre había un momento clave en torno a su personaje, tanto en la novela como en la película, que lo marcaba todo, cuando le dice a Nat: “Te arreglo el tejado si me dejas entrar un rato dentro de ti”. “Cuando leí la novela eso me dejó en shock, porque marca un punto de inflexión total, y sabía que tenía que funcionar verbalizado”.

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Ese día, cuando rodó esa escena, vio a Isabel Coixet tranquila. La había clavado, era incómoda, raspaba. Eso era lo que necesitaba. “Para mí es la secuencia de la película, porque te da la dimensión de que todo lo que está pasando en ese pueblo con los hombres, es raro. Tampoco sabemos muy bien cómo es la propia Nat, qué le pasa”, continúa Keuchkerian. “Pero también creo que aparte de su falta de tacto y de no saber ni expresarse ni comunicarse, la cantidad de problemas y de malos entendidos que se solucionarían si la gente fuera clara”.

El actor Hovik Keuchkerian posa
El actor Hovik Keuchkerian posa durante la presentación este martes de "Un amor", que compite en la sección oficial del 71 Festival Internacional de Cine de San Sebastián. EFE/Javier Etxezarreta

El actor piensa que esa frase siembra una semilla en la cabeza de Nat, algo que también ha generado fuente de discusión y controversia tanto en los lectores como en los espectadores en cuestiones de feminismo. “Cuando haces una película de fútbol hoy o de lo que quieras, aparece el feminismo. Y en eso no voy a entrar”, dice rotundo. “Pero creo que aquí simplemente entra en juego el deseo, a ella se le mueve algo en su interior y se genera una atracción que va más allá del tejado y las goteras”.

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La cuestión es que, además de Andreas, Nat se encontrará en ese pueblo al que se va a vivir, toda una serie de arquetipos masculinos de lo más tóxicos que irán generando a su alrededor una serie de pequeñas violencias y micromachismos. “Creo que para el feminismo es contraproducente poner tanto nombre a las cosas y repetirlas constantemente. A mí me preguntaban también por los micromachismos cuando hice Antidisturbios y llega un momento en el que dices, vale llámalo así o como quieras. Yo creo que básicamente Nat va a parar al peor pueblo del mundo, a uno del que cualquier persona saldría corriendo, casi como si fuera una película de terror. Pero ella se queda, porque es cabezota y eso no es más que otra faceta completamente normal del ser humano”.

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