Santiago Gil, director de Monte de Piedad: “El Monte daba créditos a las mujeres cuando los bancos se los negaban”

El director de la institución, fundada en 1702, afirma que el principal reclamo que atrae clientes a su entidad es el bajo interés que cobra, entre un 5 y un 8,25%, cuando en otras sube a más del 20%

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Santiago Gil, director de Monte de Piedad de Fundación Montemadrid.
Santiago Gil, director de Monte de Piedad de Fundación Montemadrid.

Tras 20 años en el mundo de la comunicación, Santiago Gil dejó su cargo de director de patrocinios e imagen corporativa de Bankia para dirigir El Monte de Piedad, una institución con 321 años de historia que persigue el mismo objetivo con el que creó: ayudar a la sociedad ofreciendo crédito a un mínimo interés a las personas que necesitan dinero.

Pregunta: El Monte de Piedad se fundó en 1702. ¿El fin para el que se creó hace 321 años sigue teniendo vigencia en el siglo XXI?

Respuesta: Sí. El Padre Piquer fundó un proyecto llamado Nuestra Señora del Santo Monte de Piedad de las Ánimas que fue el germen de lo que después sería el Monte de Piedad. Era un hombre culto y viajado que vio que en esa época los créditos los daban prestamistas que en muchos casos practicaban la usura. Para luchar contra ello creó los montes de piedad y este objetivo perdura en la entidad, consiste en ofrecer crédito rápido y barato a los que necesitan dinero, con el único aval de una joya.

P: ¿Cuál es el procedimiento que hay que seguir para obtener ese crédito?

R: Una persona que necesita dinero viene a El Monte con una joya que puede ser un reloj, un anillo, una pulsera… y nosotros en diez minutos se la tasamos y ese cliente sale con un préstamo inmediato al mínimo tipo de interés, sin haber dado ningún tipo de explicación ni presentar nómina ni avales, el aval es su joya. Puede recuperarla en cualquier momento sin gastos de cancelación, aunque los contratos son a un año renovables. Es un crédito muy sencillo, que no compromete nada al cliente y tiene unos intereses que son muy bajos con respecto a otras líneas de crédito que hay en el mercado.

“Tenemos cerca de 90 millones de euros concedidos a 51.000 clientes en 133.000 préstamos”

P: ¿Qué intereses cobra El Monte?

R: Tenemos dos tramos de interés, uno del 5% anual para importes de préstamos inferiores a 300 euros. Lo llamamos un crédito social. Está dirigido a personas que tienen una necesidad muy imperiosa y que vienen a empeñar una joya de poco valor. El segundo tramo de interés es del 8,25% para importes superiores a 301 euros. Damos créditos desde 30 euros hasta 100.000. El rango es muy amplio. Ahora estamos poniendo en el mercado otros tipos de interés para ayudar a ciertos perfiles, por ejemplo, tenemos un uno que llamamos Monte Autónomo, con un interés al 6,5% que es para autónomos o profesionales liberales que se acercan a nosotros porque no quieren ir a un banco a pedir una línea de crédito ni dar explicaciones sobre su contabilidad. Vienen aquí con una joya, por ejemplo un reloj, lo empeñan y cuando tienen liquidez lo desempeñan. Tenemos también un crédito joven para menores de 35 años que es al 5% para cualquier importe. Con estas iniciativas queremos ayudar a aquellos perfiles que quieren emprender.

Santiago Gil, director de Monte de Piedad de Fundación Montemadrid.
Santiago Gil, director de Monte de Piedad de Fundación Montemadrid.

P: ¿Qué intereses están cobrando otras entidades financieras por créditos similares?

R: Depende del momento, pero la mayoría cobran intereses superiores al 20% con tramos mucho más cortos para la devolución. El Monte es altamente competitivo en ese sentido.

P: ¿Qué porcentaje de clientes recuperan las joyas que empeñan?

R: El 97% de las operaciones que hacemos se cancelan o se renuevan porque existe un sentimiento de recuperabilidad muy alto, altísimo. Esto es lo bueno, porque indica que las personas saben utilizar nuestro sistema. Cuando tienen un momento puntual de necesidad solicitan el crédito y cuando la mala época ha pasado recuperan la joya y la guardan por si la necesitan empeñar en otra ocasión. No tiene nada que ver con las entidades de compraventa de joyas en que la pieza se pierde para siempre.

P: ¿Qué pasa con las joyas que no recuperan los propietarios?

R: Pasan a subasta. Solo lo hace un 3%. Cuando pasado un año vence el plazo del contrato, damos al cliente un mes más sin ningún coste por si quiere desempeñar la joya, si no lo hace, pasa a subasta. Este tipo de crédito tiene otra ventaja, consiste en que si la joya alcanza en la subasta un importe superior al adeudado por el cliente, ese dinero de más es para él. Nosotros intentamos siempre ser muy garantistas con el cliente y ayudarle en momentos de necesidad.

“Lolita es una gran embajadora de El Monte”

P: ¿El precio de salida de la joya a subasta es la cantidad que adeuda su propietario a El Monte?

R: Sí, normalmente sí. A no ser que sea algo muy excepcional, pero, normalmente, lo que hacemos es intentar cubrir la deuda que tiene el cliente. Si hay joyas excepcionales el precio de salida sube, lo que beneficia al cliente. Si vemos que durante el periodo de tiempo en que ha estado la joya empeñada su valor ha subido porque su diseño o su marca se ha puesto de moda subimos el precio de salida. Cuanto a mayor precio vendamos la joya, mejor para su propietario.

P: ¿Cómo se mantiene El Monte? ¿Con el interés que cobra a los clientes?

R: Básicamente de eso y por la comisión de la subasta que cobramos al comprador de la joya. Son los dos principales ingresos y van destinados a la Fundación Montemadrid. El 100% de los beneficios de El Monte se destinan a obra social y a cultura. Somos una entidad sin ánimo de lucro. Todos los réditos que nosotros conseguimos es para que la institución siga viva y para dotar a la fundación de recursos dirigidos a educación, cultura y obra social en general.

Cliente tipo: una mujer de 56 años

P: ¿Qué tipo de clientes acuden a El Monte?

R: Muy variado, pero el cliente tipo sería una mujer de 56 años con un crédito medio de unos 600 euros. Esto es muy relevante porque nuestro objetivo es ayudar a la sociedad sin distinción de raza ni de sexo. Esto ha sido siempre así, El Monte daba créditos a las mujeres en una época en que los bancos no se los daban, ni siquiera podían abrir una cuenta bancaria sin el permiso de un hombre y menos pedir un crédito. A El Monte no necesitaban venir acompañadas por un hombre. Otro perfil de cliente es el de un autónomo. Tras la crisis de 2008, muchos profesionales liberales y autónomos se fijaron en nosotros porque necesitaban financiarse y tenían cortadas las líneas de crédito habituales. Con nosotros no tenían ese problema porque la garantía que tenían era una joya propia o de la familia y con el dinero que conseguían por empeñarla iniciaban un proyecto. Con los años nos hemos posicionado como una alternativa financiera más del mercado que es bueno conocer.

Santiago Gil, director de Monte de Piedad de Fundación Montemadrid.
Santiago Gil, director de Monte de Piedad de Fundación Montemadrid.

P: ¿Qué joyas son las que más se empeñan?

R: El rey es el anillo, porque es la joya más regalada en España, pero hay de todo. A veces nos llegan relojes de bolsillo exclusivos. Hace unos cinco años nos llegó uno que alcanzó un remate en subasta de 250.000 euros. También nos llegan tiaras o broches y joyas muy antiguas. Hay una diversidad enorme. Llegamos a tener una pila bautismal de un zar. También se empeñan objetos ornamentales de plata como cuberterías o vajillas.

Lola Flores, Lolita y Concha Velasco, clientas fieles de El Monte

P: El Monte fue durante muchos años donde acudían las folclóricas a empeñar sus joyas cuando necesitaban liquidez. Lola Flores declaró que era una asidua y también su hija Lolita. ¿Cómo valoran tener estas clientas tan famosas?

Lolita es una gran embajadora de El Monte y lo ha reconocido en muchas ocasiones. La familia Flores siempre ha utilizado nuestros servicios de una manera muy inteligente, tanto como fuente de crédito como de custodia de joyas. Hay otros famosos que vienen, pero por cuestiones de confidencialidad no podemos informar de ello. Tenemos muchos clientes entre los artistas porque realizan un trabajo estacional con el que hay momentos en que ingresan mucho dinero y otros en que no, y para ellos El Monte es una solución. Otros artistas han empeñado joyas para montar espectáculos, este es el caso de Concha Velasco que ha reconocido que cuando Paco Marsó le regalaba una joya pensaba que podía empeñarla para pagar parte del coste de producción de un espectáculo y cuando obtenía ingresos la recuperaba.

P: ¿El oro es una buena inversión al ser un valor refugio en momentos de volatilidad de los mercados?

R: Siempre es una buena inversión. Nosotros aconsejamos a nuestros clientes que conserven las joyas de oro y si no tienen que compren. Ahora en El Monte tenemos una línea de inversión en oro y nuestros clientes pueden comprar lingotes. En la sociedad española la inversión en oro no ha calado tanto como en otros países de Centroeuropa.

“Si la joya que se subasta alcanza un valor superior al adeudado por el cliente, ese dinero de más es para él”

P: ¿La gente que tiene joyas sabe lo que valen?

R: Hay muchas sorpresas positivas y negativas. Hay personas que traen joyas pensando que no valen mucho y tienen entre las manos un anillo de diamantes o de esmeraldas. También se da el caso contrario, el de alguien que trae a empeñar una joya creyendo que es buena y no lo es. Mucha gente no conoce exactamente el valor de sus joyas.

P: ¿El Monte tasa joyas de personas que no tienen la intención de empeñarlas?

R: Sí, pero normalmente acaban empeñándolas. Si no es así también se las tasamos gratuitamente a los particulares. Tenemos un servicio de valoración que sí tiene coste y que se contrata en caso de reparto de herencias o los profesionales del derecho que tienen que dividir una herencia y no saben cómo repartirla. Acuden a nosotros y les damos una valoración.

Santiago Gil, director de Monte de Piedad de Fundación Montemadrid. Fotos: Helena Margarit.
Santiago Gil, director de Monte de Piedad de Fundación Montemadrid. Fotos: Helena Margarit.

Profesionales frente a usureros

P: ¿Qué fortalezas tiene El Monte frente a empresas de ‘compro oro’?

R: Una muy importante, la confianza de nuestros clientes que ha hecho que El Monte tenga 321 años de vida. Valoran la profesionalidad de nuestros empleados, pero no solo por sus conocimientos técnicos, también por el trato humano que ofrecen a los clientes. La confianza es clave para nosotros.

P: ¿El sector de ‘compro oro’ esconde entidades que basan sus ingresos en la usura y el engaño a la hora de tasar joyas?

R: Así es. Muchas que se anuncian como casas de empeño no lo son. Realmente es una fórmula un poco extraña que se llama pacto de recompra. Es decir, que compran una joya y aunque el cliente tiene un mes o dos para recuperarla, por ese tiempo cobran un interés del 5% o del 10% al mes. Si el plazo es de 12 meses, el interés sería de un 60% anual cuando nosotros cobramos un 6,25%. La diferencia es enorme, no hay color. Desgraciadamente, aunque El Monte tiene más de tres siglos no es conocido por muchos ciudadanos, por lo que estamos luchando para ganar en visibilidad.

“El 100% de los beneficios de El Monte se destinan a obra social y a cultura. Somos una entidad sin ánimo de lucro”

P: ¿Cuántos clientes tiene El Monte y a cuánto asciende el dinero prestado?

R: Tenemos cerca de 90 millones de euros concedidos a 51.000 clientes en 133.000 préstamos, lo que significa que las personas que nos conocen repiten con nosotros.

P: ¿Qué iniciativas está acometiendo ahora El Monte?

R: Durante 321 años hemos sabido adaptarnos y evolucionar. Ahora nos hemos volcado en que nuestros clientes puedan hacer transacciones online. Tenemos una página transaccional como pueda tenerla cualquier entidad financiera, donde se pueden consultar los créditos, ver cuando vencen, renovar el préstamo. También hemos presentado este año los créditos a distancia, es decir, podemos conceder créditos a personas de toda España valorando su joya a través de una fotografía. Para el cliente es muy cómodo porque desde cualquier lugar puede acceder a nuestros créditos sin desplazarse a nuestras seis oficinas. Este ha sido nuestro último gran salto.

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