El sistema español de pensiones contributivas, las que se obtienen por trabajar, tiene más gastos que ingresos año tras año y el desequilibrio se ensanchará con el envejecimiento poblacional, ya que el aumento del número de pensionistas no tendrá un incremento paralelo del número de trabajadores. Un estudio de la Fundación BBVA y el Ivie pone cifras a este desajuste y avisa de que los millones de parados que tiene España no serían suficientes para relevar a la numerosa cohorte de jubilados de la generación del baby boom y de las generaciones siguientes.
Según los cálculos publicados este lunes, para eliminar el déficit contributivo del sistema en 2022 hubieran hecho falta unos 3.780.000 afiliados adicionales. Esto es más que el número de personas paradas existentes a fecha de diciembre de 2022 (3.024.000) y también superior al número de parados actuales, 2.855.200 en el tercer trimestre de 2023. La conclusión que exponen los economistas es que sería necesario, además de que todos los parados pasaran a afiliados, que unas 750.000 personas salieran de la inactividad para incorporarse al mercado laboral.
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Ampliando la visión hasta 2050, el desajuste aumenta: la Seguridad Social necesitaría 6.380.000 afiliados adicionales para que el saldo contributivo del sistema consiguiera el equilibrio. Todo ello suponiendo que la entrada en el sistema de los nuevos trabajadores se produjera con bases de cotización iguales a las de la base promedio actual. “La solución para conseguir un déficit contributivo igual a cero es difícil de conseguir recurriendo a un aumento tan grande del número de afiliados”, reconoce el informe.
El escenario central que plantean la Fundación BBVA y el Ivie se basa en una tasa de paro del 7% (algo que para el Gobierno supone alcanzar el pleno empleo) y un déficit del 4%. Con estos supuestos, el resultado es que en 2050 serían necesarios los 6,38 millones de afiliados adicionales citados: el número de parados estimados sería de 1,58 millones, por lo que harían falta 4,8 millones más de afiliados adicionales. En 2070 la situación mejoraría ligeramente, aunque en el escenario central harían falta 5,77 millones de afiliados adicionales.
“La situación de partida del sistema de pensiones es preocupante, pero las proyecciones de déficit futuro aún son peores. Excepto en 2030, se necesitaría un número adicional de afiliados que incluso sería superior al número de parados”, concluyen.
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Aumento de la dependencia demográfica
El saldo contributivo al que hace referencia el estudio es la diferencia entre los ingresos contributivos, que se nutren sobre todo de las cotizaciones sociales, y los gastos en pensiones contributivas, y no se incluyen las transferencias que realiza el Estado para rebajar el “déficit real” de la Seguridad Social. Por ejemplo, hace una semana el Gobierno aprobó la concesión de un préstamo del Estado a la Tesorería General de la Seguridad Social por un importe de 10.000 millones de euros para sufragar la paga extra de Navidad.
El saldo contributivo difiere del saldo por operaciones no financieras que publica mensualmente la Seguridad Social y ambas magnitudes se han ido alejando desde 2020, según explica la Fundación BBVA y el Ivie, porque cada vez se necesitan transferencias mayores para pagar los “gastos impropios” y parte del déficit. En junio de 2023, último dato disponible, el déficit anual por operaciones no financieras fue de unos 3.600 millones, mientras que el déficit contributivo anual, con los datos de diciembre de 2022, es del 1,98% del PIB, lo que supone 26.300 millones de euros. Por ahora, el máximo déficit contributivo se alcanzó en marzo de 2021, momento en el que habrían sido necesarios 4,8 millones de afiliados adicionales para eliminar el déficit del sistema.
Según el estudio, las proyecciones de población 2022-2072 del INE avanzan que las personas activas entre 16 y 64 años disminuirán hasta el 56,5% en 2050 (fueron el 64,9% en 2022) y que el porcentaje de mayores de 64 años pasará del 20,1% de 2022 al 30,4% en 2050. Esto conlleva que la tasa de dependencia demográfica, medida como el cociente entre el número de personas mayores de 64 años y el de aquellas en edad de trabajar, pase del 31% en 2022 al 53,7% en 2050, con un ligero descenso a partir de ese momento. Por otro lado, el número de afiliados por pensionista ha crecido muy ligeramente entre 2012 (2,1) y 2022 (2,24), pero caerá hasta situarse en solo 1,35 afiliados por pensionista en 2050.
Por otra parte, la migración “tampoco podrá compensar la necesidad de cotizantes”, según el informe, ya que se espera un saldo migratorio de 487.000 personas en 2023 que bajará hasta 250.000 en 2050 y subirá hasta 294.000 en 2070, según las proyecciones del INE. Esto complicará la situación financiera del sistema de pensiones, aunque la reforma de 2021-2023 se fundamenta en supuestos demográficos y migratorios más optimistas que difieren de los del INE y de los de Eurostat para garantizar la sostenibilidad del sistema, algo que han criticado diversos centros de estudios.