Feijóo prioriza la ofensiva contra Sánchez a los cambios en el PP: Génova y los barones aprovechan la tensión para armar un frente común

Los cambios llegarán, pero no parece que aterricen este lunes. Los nervios por la reforma en la cúpula del PP se hicieron patentes cuando Alberto Núñez Feijóo convocó la Junta Directiva Nacional para este 6 de noviembre, sin embargo, es otra la prioridad de esta semana, con muchas posibilidades de convertirse en la del acuerdo de Pedro Sánchez con Junts que asegura el éxito de la investidura del actual presidente en funciones.

En Génova está convocada este lunes la cúpula del Partido Popular y los barones autonómicos, entre otros miembros del partido, como diputados y senadores. Y aunque en las últimas semanas reinaba la tensión por unos cambios que muchos pensaban que se iban a producir de manera inminente, fuentes de la Dirección Nacional del PP apuntan a otros asuntos a tratar, como la condonación de la deuda.

Te puede interesar: El PP prepara su ofensiva europea contra la amnistía para activar la presión internacional sobre Pedro Sánchez

Teniendo en cuenta el contexto, que el PP hable sobre este asunto durante su reunión central, guarda todo el sentido: el acuerdo entre Pedro Sánchez y Junts está a punto de cerrarse, y la semana pasada ya se acordó la condonación de la deuda con ERC, que afecta a las comunidades autónomas, es decir, a sus barones territoriales. De hecho, hace días que ya salieron todos en oleada a protestar contra este acuerdo que calificaron de injusto y plagado de favoritismos.

Algunos, como Fernando López Miras o Alfonso Fernández Mañueco, amenazaron con llevar los acuerdos ante la justicia, y el primero en materializar la amenaza antes de que lo hiciese la propia amnistía ha sido el presidente de Castilla y León quien, a petición de Vox, su socio de coalición, convocó este pasado sábado un Consejo de Gobierno extraordinario para aprobar las medidas contra la eventual proposición de ley de amnistía. La primera es llevarla ante el Tribunal Constitucional y la segunda es la impugnación de las medidas económicas y financieras acordadas bilateralmente entre Sánchez y los independentistas.

Te puede interesar: Feijóo saca a sus barones contra los “favoritismos” de Sánchez: Ayuso, Juanma Moreno y Mañueco se revuelven por la deuda catalana

Mañueco se adelantó en otra cuestión más: pidió la convocatoria urgente del Consejo de Política Fiscal y Financiera. Para el PP, ese es el instrumento para debatir sobre la condonación y no la “bilateralidad”. De hecho, Génova no ha descartado que alguno de los presidentes autonómicos apoyen esta medida.

Los barones territoriales ya se habían conjurado en el Senado contra la amnistía, durante la comisión para debatir temas autonómicos a la que asistió Pere Aragonès. Allí todos hicieron un frente común, con la salvedad de presentar o no recursos de inconstitucionalidad. Este lunes se reúnen con el líder del partido y el resto de la cúpula ante el inminente acuerdo para la investidura de Sánchez, y con la tensión de la calle a su favor. El PP es consciente de que la propia inercia social le lleva a aprovechar el impulso para ejercer una fuerte oposición a los acuerdos de Pedro Sánchez con los independentistas, y parece que sobre eso versará esta reunión.

Te puede interesar: Javier de Andrés, candidato del PP a lehendakari tras un congreso de “impertinencias afectivas” y con el PNV como objetivo a derribar

Por ello, las cuestiones internas parece que tendrán que esperar, entre ellas una solución para la tricefalia en la cúpula, donde Cuca Gamarra es la secretaria general, mientras que Elías Bendodo es el coordinador general y Miguel Tellado el vicesecretario de organización. Además, el líder del PP también anunció cambios en el grupo parlamentario del Congreso y en el Senado, donde la portavocía podría cambiar en ambas Cámaras.

El objetivo es reforzar lo máximo posible el partido, por si Feijóo tiene que quedarse bastante tiempo en la oposición, ya que la estructura del PP estaba dispuesta pensando en un eventual gobierno tras las elecciones del 23 de julio que, finalmente, se quedó en saco roto por unas expectativas desmesuradas por parte del PP, sin posibilidades de gobernar en solitario y tampoco en coalición con Vox.