Con la llevada del frío y las vacaciones de Navidad cada vez más cerca, muchas personas han comenzado a buscar cuál será su destino para pasar las fiestas o por lo menos para pasar unos días de vacaciones lejos del bullicio y ajetreo de la ciudad y del estrés del trabajo. Y para relajarse no hay mejor elección que un buen balneario. Y, si encima se puede disfrutar a la vez de un entorno como Islandia, el destino parece claro. En este país europeo se encuentra la Laguna Azul, unas aguas termales de un azul cian donde poder relajarse mientras la temperatura es de bajo cero.
Se trata de un campo de lava negra, con torres plateadas y nubes de vapor, donde los ciudadanos se embadurnan la cara de arcilla blanca de sílice mientras se bañan en pozas geotérmicas. Una experiencia relajante, que muchas personas emplean también para combatir la resaca tras un día de borrachera o como un lugar donde poder conocer islandeses, dado que desde hace tiempo las termas se han convertido en una especie centro social o punto de reunión como en España podrían ser los bares. Este tipo de termas están repartidas por todo Islandia, aunque la que sobresale por encima de toda es la Laguna Azul.
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Este idílico balneario está compuesto en un 70% por agua de mar y un 30% de agua dulce, que se encuentra a una temporada de 38 grados. Además, es rica en cianobacterias, sales minerales y arcilla de sílice, unos elementos que exfolian y acondicionan la piel.
Hotel, restaurante y hasta un mirador
El único problema de estas termas es que es necesario reservar con mucha antelación dado que durante todo el año suele estar muy concurrido. Aunque es posible solamente visitarlo sin llegar a bañarse, solo para recorrer la laguna, lo que resulta totalmente gratis. Este balneario también cuenta con tres hoteles en el que hospedarse para pasar unos días.
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El más económico es el Reykjavík Downtown Hostel, se trata de una especie de albergue que cuenta tanto con habitaciones privadas como compartidas, cuyo precio ronda los 35 y 120 euros. Con un precio medio, se encuentra el Guesthouse Galtafell, que cuenta con cuatro apartamentos de un dormitorio y tres habitaciones dobles, situado muy cerca del centro, donde el precio por habitación se encuentra entre los 150 y 200 euros. Por último, con el coste más elevado está el Reykjavík Kansúlat Hotel, se trata del nuevo Hilton sito ubicado en unos grandes almacedes del siglo XX, con un precio desde 286 euros.
En cuanto a la comida, también hay una zona de restauración que con tres locales de diferentes precios. El más económica es el Grandi Mathöll, con mesas largas donde disfrutar de un cordero, pescado y hortalizas que preparan en los puestos de al lado y cuya cuenta suele ser de entre 7 y 8 euros. El Snaps es uno de los locales favoritos de los islandeses, con una carta marcada por el marisco y platos tipo bistró como filetes o mejillones con patatas fritas. En este restaurante el precio suele ser de 12 o 13 euros. Por último, el restaurante Dill es el más caro de la oferta gastronómica de Laguna Azul, y cuenta con una carta de comida típica islandesa, cuyo precio ronda los 90 euros.
Cómo llegar
La Laguna Azul se encuentra a 47 kilómetros al suroeste de Reykjavik y a 23 kilómetros de al sureste del aeropuerto de Keflavík. Por lo que para llegar hasta allí es posible coger un autobús tanto desde la ciudad como desde el aeropuerto. También es posible llegar a este balneario a través de visitar organizadas.