Rafael Amargo se encuentra en prisión provisional en el centro penitenciario de Soto del Real desde el pasado viernes 3 de noviembre, cuando la Audiencia Provincial de Madrid decretó el fin de su libertad condicional por quebrantamiento de condena y considerar que existía riesgo de fuga. Una sorprendente decisión que llega en plena espera por el juicio en el que el bailaor se enfrenta hasta a nueve años de cárcel por un presunto delito de tráfico de drogas.
Una novedad que ha afectado a su entorno más cercano, especialmente a su padre, Florentino Amargo, quien tras conocer la encarcelación de su hijo ha tenido que ser hospitalizado siendo su situación delicada.
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De momento, no se conocen más detalles de cómo se encuentra el nombre, pero esta no es la primera vez que ha tenido que ser hospitalizado tras los problemas legales de su hijo. El pasado mes de marzo, cuando Rafael fue detenido en su casa de Madrid, su madre contaba en el programa Sálvame que “mi marido va ahora mismo al hospital porque tiene la tensión que no puede ni hablar”.
Rafael, por su parte, declaraba hace dos meses ante los medios de comunicación que de todo lo que le está sucediendo su inquietud estaba en su progenitor, “lo que más me duele es que le está costando la vida a mi padre. Está agonizando en un hospital”, aseguró.
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Fecha de juicio
Pese a estas circunstancias, Rafael Amargo permanecerá de momento en la cárcel. El juicio está previsto para abril de 2024 después de que el pasado 7 de junio se suspendiera por la renuncia de otro de los procesados a su abogado. Esta causa se refiere a su primera detención, en diciembre de 2020, cuando se le acusó de ser presuntamente el autor principal de una red de tráfico de drogas.
También de vender estupefacientes desde su domicilio, situado en el madrileño barrio de Malasaña. En la operación también se vieron implicados el productor Eduardo de los Santos y un socio del artista, Manuel Ángel Batista León.
Sus alegatos
El bailarín, que se encontraba en libertad condicional por una de sus causas abiertas por tráfico de drogas, tenía la obligación de acudir a la Audiencia madrileña a firmar cada 15 días, pero se había ausentado en varias ocasiones.
En el auto de ingreso en prisión, al que tuvo acceso Europa Press, consta que el artista alegó que no cumplía con las comparecencias quincenales en los juzgados de Plaza de Castilla por “la fobia” que tiene a la prensa.
Además, en la vistilla, según el auto, el artista explicó que su actitud y propósito era comparecer, pero no lo hizo porque las comparecencias le producen una situación de “estrés y malestar”, añadiendo que de “la repercusión mediática” que se ocasiona se benefician “económicamente otras personas menos él”.