Pese a que arrancaba cuarto, a un paso del podio, Fernando Alonso no tenía claro que pudiera plantar batalla por un hueco en el podio de Sao Paulo antes de este domingo, pero la fortuna se alineó con el asturiano. Primero en forma de abandono, el de Charles Leclerc durante la vuelta de formación. Después, con la falta de ritmo de los Mercedes, que se fueron diluyendo según pasaban las vueltas. Y, al final, por su defensa durante quince vueltas culminada con el adelantamiento en la última vuelta ante un Checo Pérez que entró a 0,053 segundos de él en meta. Octavo podio para un piloto que, al contrario que la mayoría de los aficionados españoles, lo vivió con relativa tranquilidad.
“Todo ha sido más tranquilo de lo que se veía desde fuera, seguramente, porque tuve que guardar un poco de gasolina y los neumáticos en el último relevo. Estaba más o menos controlando lo que yo creía que estaba bajo control. Pensaba que Checo iba a estar 10 vueltas detrás de mí y que luego abriría hueco, como hice con las medias, pero luego cuando faltaban 5-6 vueltas, empecé a tirar y vi que no abría hueco y que se acercaba y empezaron a no salirme las cuentas de que estuviera tan cerca. Luego, cuando me adelantó a dos vueltas del final dije ‘Cuarto, es lo que hay”.
LO TENÍA TODO EN CONTRA Y HA VUELTO A HACER MAGIA
— DAZN España (@DAZN_ES) November 5, 2023
Es Fernando Alonso. No trates de explicarlo#BrasilDAZNF1 🇧🇷 pic.twitter.com/ubKORWMcmT
“Me resigné porque me fui fuera en la 6 cambiando la trazada y ahí creía que ya no tendría otra oportunidad. Pero él se fue un pelín largo en la 1 y me dio esa oportunidad para pegarme en la curva 2 y 3. Al final no sabía si faltaba una vuelta o dos, pero cuando vi la bandera me pilló por sorpresa que era la última vuelta y pasamos rueda con rueda. Ha sido emocionante. Desde fuera, más emocionante que desde dentro, que pensaba que lo tenía controlado, aunque no fue así…”, aseguró al bajarse de su monoplaza.
Adelantamiento final y entrada rueda a rueda en meta
Mágico, preciso y calculado. Alonso regaló al público de Interlagos un adelantamiento inolvidable sobre Pérez que vale por un podio y, especialmente, sirve para devolver la ilusión a Aston Martin y el alonsismo tras seis carreras decepcionantes. La pasada la culminó en la frenada de la curva cuatro, pero comenzó a cocerla desde el momento en el que Pérez le había arrebatado la posición. Se pegó al inicio de la recta, traccionó mejor en las primeras curvas, salió de la ‘Eses de Senna’ pegado al alerón de Checo y clavó los frenos con agresividad.
“Para mí han sido como treinta vueltas con Checo detrás, a dos vueltas del final pensaba que no era posible, pero he ido con todo a por ello cuando he visto que se pasaba en la última curva. Va por el equipo, llevábamos unos meses complicado, pero seguiremos luchando hasta la última vuelta. Va por ellos y por la fábrica”, afirmaba Alonso tras bajarse del monoplaza y haber emulado su histórica defensa numantina con Schumacher en Imola 2005 o la de 2021 con Hamilton en Hungría.
El asturiano sacó toda su magia, hizo lo más ancho posible su AMR23 y volvió a bañarse en champán siete grandes premios después. “Estábamos probando muchas cosas de cara al año que viene, pero no podemos olvidarnos de que aún estamos compitiendo este año”, concluyó el piloto de 42 años.