Faltan tres carreras para el final de temporada. Este fin de semana, Brasil acoge la que será la última competición al sprint. En la actualidad, la competición de Interlagos se celebra en la recta final (solo quedan Las Vegas y Abu Dabi), pero en la época de los 2000 el premio brasileño casi inauguraba la campaña. Tanto es así, que en 2003, fue la tercera del calendario, y marcó un inicio complicado para varios hombres de parrilla, en especial para Fernando Alonso, que pese a quedar en tercera posición, acabó en el hospital.
Era el primer fin de semana del mes de abril. La meteorología no era favorable, pues ya las fuertes lluvias retrasaron el comienzo de los entrenamientos libres del viernes, que comenzaron después del safety car. Las condiciones mejoraron para el sábado, lo que permitió que el premio se celebrase con normalidad, hasta el domingo. El día de la gran cita el tiempo empeoró. El asfalto estaba mojado y tanto Bridgestone como Michelin había elegido neumáticos intermedios, y fue en este tercer premio cuando el sistema HANS pasó a ser obligatorio para todos los pilotos (algunos se habían negado a incluirlo en las carreras iniciales).
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Pese al mal tiempo, la dirección de carrera decidió celebrar el premio en la manera tradicional. Esto derivó en numerosos accidentes en pista, que obligaron a abandonar a muchos corredores. Tanto así que la mitad de la parrilla sufrió un accidente con tan solo mediar las vueltas del circuito. Hombres como Schumacher (pentacampeón mundial), Jenson Button, Jos Verstappen o Juan Pablo Montoya tuvieron que abandonar. Pero la competición continuaba. La pelea por subirse a lo más alto del podio se acentuaba cada vez más con menos hombres en pista. Raikkonen lideraba el mundial, y Ferrari, que competía con el monoplaza del año anterior, tenía poco margen de error.
Mantenerse dentro de la pista era tarea complicada y solo los más atrevidos parecían poder conseguirlo. Coulthard encabezaba la primera posición, pero lo pasó su compañero Raikkonen cuando el primero hizo la parada reglamentaria en boxes. En las vueltas siguientes, Giancarlo Fisichella adelantó al finlandés, que junto con Alonso, completaban el top 3 de la clasificación. Y entonces, ocurrió el desastre. Mark Webber sufrió un accidente con el Jaguar. El australiano trompeó sobre el asfalto mojado y su monoplaza se estrelló contra el muro derecho. El coche quedó destrozado, los escombros por la pista y el propio piloto quedó tendido sobre el suelo de la pista, tras dar varios giros por el impulso. Las cosas se complicaban para el resto de corredores. Si ya era tarea difícil mantenerse en los límites de la pista por las condiciones, ahora tenían un factor añadido: esquivar los restos del monoplaza de Webber.
Parecía que lo estaban consiguiendo, Fisichella y Raikkonen superaron la zona del accidente sin dificultad, pero no fue la misma suerte para el asturiano. Chocó con uno de los restos del monoplaza de Webber, lo que provocó que se topase con la pila de neumáticos izquierda y saliese despedido contra la pared derecha. El piloto consiguió salir del coche por su propio pie.
Pulgar arriba: todo ok
Mientras las asistencias atendían a Alonso, que fue traslado al hospital de manera preventiva, levantó el pulgar como señal de que todo estaba bien. Un gesto tranquilizador para su equipo y para su familia. Muchos hombres de carrera estaban fuera, pero el detonante para que la dirección de carrera mostrase la bandera roja para poner fin al gran premio, fue el aparatoso accidente de Webber, seguido de el de Alonso. Solo se completó el 75% de las vueltas.
Pese a que Fisichella encabezaba la primera posición, no subió a lo más alto del podio, puesto que la FIA consideró que la vuelta estaba inacabada. Así, fue Raikkonen quien celebró la victoria, en un podio que tenía el tercer cajón vacío ante la ausencia de Fernando Alonso. Sin embargo, poco después se pudo demostrar que en el momento del accidente la carrera se encontraba en la vuelta 56, lo que hacía merecedor de la victoria al italiano. Fue en el siguiente premio del calendario, cuando el finlandés entregó el premio en primera persona, perdiendo así dos puntos. Puntos que serían claves para el final de temporada, ya que, perdió el mundial por solo ¡dos puntos!
Alonso no está en sus mejores momentos en esta temporada, debido a los numerosos problemas que acarrea con su AMR23, aunque espera no repetir lo que ocurrió hace algo más de 20 años en ese mismo circuito, y al menos, completar las vueltas de manera satisfactoria.