Cuánto se lleva Hacienda de un premio del Euromillones: porcentaje de dinero que se queda y excepciones

El pago de impuestos por los premios de Euromillones depende de la cantidad que ingresa el ganador

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Billetes y monedas de euro junto a un boleto del Euromillones (ShutterStock).
Billetes y monedas de euro junto a un boleto del Euromillones (ShutterStock).

El Euromillones es el juego de lotería más popular de Europa principalmente por las cuantías que ponen en juego sus botes. La cifra mínima de uno de sus sorteos celebrados los martes o viernes es de 17 millones de euros, mientras que la máxima asciende a los 250 millones. Cualquiera de esta dos cantidades supera los premios habituales de otros juegos de azar como la Bonoloto, la Primitiva, la Quiniela o la Lotería de Navidad. No obstante, el hecho de ingresar grandes cantidades de dinero implica, en la mayoría de los casos, pagar impuestos a Hacienda.

Todos los premios de los sorteos de Loterías y Apuestas del Estado están sujetos a la Ley 16/2012, del 27 de diciembre. En ella se establece que las cuantías premiadas deben tributar, siendo retenido un porcentaje previo al cobro del premio.

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En ese sentido, los ganadores de premios del Euromillones deberán pagar impuestos del 20% por todas aquellas cantidades que superen los 40.000 euros. O lo que es lo mismo, Hacienda se lleva el 20% de los galardones monetarios que superen la mencionada cuantía. En el otro lado de la balanza, los premios que no superen los 40.000 euros irán a parar íntegramente a las arcas de los apostantes.

En el caso de los premios del Euromillones, a todos los botes hay que aplicar ese recorte del 20% a la hora de calcular la cuantía final que recibe el ganador. Si, por el contrario, el apostante es acertante de una categoría menor y obtiene una cantidad no superior a los 40.000 euros, no tendrá que hacer gestiones con el fisco.

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Cómo se cobra un premio de lotería en España

Una ilustración de billetes de euros vistos en un cajero automático (Reuters)
Una ilustración de billetes de euros vistos en un cajero automático (Reuters)

La cuantía ganada determinada el proceso y el lugar de cobro. En primer lugar, si por ejemplo la cantidad es inferior a 2.000 euros, el premio se podrá cobrar en cualquier Administración de Loterías de España. En la actualidad, hay casi 11.000 establecimientos de este tipo repartidos a lo largo y ancho de todo el territorio nacional.

En segunda instancia, si la cuantía supera esa cifra, el afortunado podrá acudir a uno de los siguientes 10 bancos a cobrar el dinero:

  • Abanca.
  • Banco Sabadell.
  • Bankia.
  • BBVA.
  • CaixaBank.
  • Cajamar.
  • Cajasur BBK.
  • Ibercaja Banco.
  • Kutxabank.
  • Unicaja Banco.

En ambas situaciones, el galardonado podrá acudir a recoger su dinero al día siguiente de la celebración del sorteo en el que resultó ganador. Eso sí, al tratarse en muchos casos de cuantías elevadas, la entidad bancaria puede tardar hasta una semana en realizar todos los trámites hasta que el cliente ve ingresado el dinero en su cuenta bancaria. Asimismo, cabe señalar que esta gestión no implica el cobro de comisiones por parte del banco.

Los consejos del Banco de España sobre los premios de Euromillones y otras loterías

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Cuando alguien se embolsa una cantidad millonaria gracias a la lotería suelen venirle a la cabeza múltiples opciones en las que invertir el dinero: de liquidar deudas, pasando por comprarse un coche o una casa, hasta viajar por el mundo.

Sin embargo, el Banco de España advierte de que es clave planificar bien las inversiones para no malgastar el dinero y rentabilizarlo al máximo. “Si vas a liquidar un préstamo, compara el coste de la deuda que te queda por pagar con la rentabilidad de una posible inversión para ver qué es lo que más te conviene”, indican desde el Portal del Cliente Bancario.

Además, hace hincapié en la importancia de ser informado al detalle antes de contratar cualquier producto de inversión, teniendo en cuenta principalmente los posibles riesgos o pérdidas. Finalmente, la institución bancaria aconseja siempre tener en previsión los gastos de mantenimiento, de seguros y de suministros, así como los impuestos asociados a la compra de bienes como un coche o una casa. “Seguramente quieras darte algún capricho, pero no pierdas la cabeza”, sentencia.

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