Lo conocimos con 24 años cuando protagonizó El mar, de Agustí Villaronga, basada en la novela de Blai Bonet y en la que el director vertió toda su personalidad creativa oscura. En ella demostró una poderosa y arrolladora presencia escénica, que ya había practicado durante tiempo en los escenarios, y que aquí dejó sin palabras.
Siempre lo unió una excelente relación profesional con el desaparecido director mallorquín y participó en su multipremiada Pa negre, en Incierta gloria y en una de sus últimas películas El vientre del mar, por la que ganó el premio al mejor actor en el Festival de Málaga.
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Reinventarse con Los Javis
Dueño de una sólida carrera, sobre todo dentro del cine y el teatro catalán, el actor en principio no parecía ser una figura que encajase dentro del universo de Los Javis. Sin embargo, Javier Ambrossi y Javier Calvo siempre han tenido la particularidad de conectar elementos que aparentemente no tenían que ver entre sí para darles un nuevo sentido.
Y, en ese contexto, Roger Casamajor se ha convertido en el protagonista de La mesías, a través de un personaje, el de Enric, sobre el que recae buena parte del relato, ya que está contado desde su punto de vista y será él el que inicie una especie de investigación personal para encontrar a la que fue su familia y de la que tuvo que escapar después de haber pasado una infancia y una adolescencia sumido en el encierro y el fanatismo religioso.
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“A Enric lo conocemos en el primer capítulo ya como adulto y... ¿cómo lo definiría? Es la autodestrucción. Es un personaje que está totalmente hundido y roto. Así que su motor es sanar, intentar afrontar el miedo, los fantasmas que lleva adentro”, contaba el actor a Infobae España durante la presentación de la serie en el marco del Festival de San Sebastián.
Para conseguir eso, tendrá que encontrara a su hermana Irene (Macarena García) y también al resto de su familia, a sus hermanas, que han formado un grupo de pop católico que arrasa en redes sociales, Stella Maris y a su madre, fuente de toda la insatisfacción que ha ido acumulando durante años. Ambos comparten la misma herida profunda y, para sobrevivir, han desarrollado diferentes mecanismos de defensa.
Un recital descarnado
Al contrario que su compañera en la ficción, Macarena García, que forma parte desde los inicios de la imaginería de Los Javis, esta era la primera vez de Casamajor con el tándem creativo y el choque ha sido un auténtico éxito. “Para mí ha sido un regalo, porque me han roto mis esquemas, toda la manera que tenía de trabajar desde hacía muchísimos años. Me lo cogieron todo, me lo tiraron a la basura y me invitaron a volver a empezar”, cuenta el intérprete.
“Cuando empecé el rodaje notaba que no estaba en sintonía con lo que ellos querían, así que llegó un momento en el que tuve que hacer borrón y cuenta nueva y empezar desde otro lado, de una forma más libre que yo había olvidado. Yo he sido muy actor de texto, de análisis y ellos me dijeron que a tomar por saco todo eso: ya sabemos lo que puedes hacer, queremos que vayas un poco más allá”.
El resultado es espectacular. Después de haberlo visto encarnar papeles tan complicados en La mesías nos ofrece un recital descarnado, repleto de dolor y de verdad, de sentimiento a flor de piel, de miedo, de vulnerabilidad.
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“Creo que La mesías habla de cosas que nos tocan a todos de manera próxima, como la relación que podamos tener con la familia. Es un caso más extremo, claro, pero para mí va de eso, y a nivel mental todos estamos tocados por las mismas cosas, así que te hace reflexionar sobre cómo has gestionado tu vida en relación a las relaciones que marcaron tu infancia”.
El actor piensa que todo lo que te pasa cuando eres pequeño termina condicionándote de una manera u otra cuando creces. Y, que en ese sentido, resulta fundamental romper ciertos ciclos, frenar dinámicas y resolver traumas para seguir adelante. Y, por supuesto, educar a las siguientes generaciones en temas fundamentales como la salud mental.