Las Meninas es uno de los cuadros más conocidos de la cronología artística. La aparente sencillez de la temática que aborda, un retrato burocrático y monárquico de época, esconde muchísimos secretos que ponen de relieve la inteligencia pictórica de Diego Velázquez. Millones de visitantes han quedado ensimismados con la infinidad de detalles que presenta el lienzo que ocupa una de las salas más ostentosas del Museo del Prado, encontrando los misterios que encierra una de las pinturas más reconocidas de la Historia.
Por primera vez, y con motivo de su exposición Reversos, comisariada por Miguel Ángel Blanco y centrada en esas partes no antes vistas por el público, la pinacoteca ha mostrado “la cara oculta” del cuadro de Velázquez, enseñando su reverso, su espina dorsal. Se trata de una obra de Vik Muniz que replica a la perfección el trasero del lienzo. Para ello, empleó una fotografía del reverso de Las meninas que se hizo en junio de 2018, aprovechando que se descolgaba para realizar un estudio técnico de la obra. El artista ha tardado dos años en finalizarlo y forma parte de su serie Verso.
Te puede interesar: TikTok y arte, una dupla improbable que el Museo del Prado eleva al éxito: “Los visitantes preguntan por las obras que aparecen en redes sociales”
Se trata del único facsímil de la parte de atrás del cuadro de Velázquez y, por tanto, es idéntico en medidas (320,5 x 281,5 cm), materiales y tejidos. Además, reproduce de forma exacta los remaches, manchas y vetas de la madera. Su reciente instalación en la sala 12 del edificio Villanueva supone un hito en el discurso artístico del Museo, ya que el visitante podrá ver por primera vez la “cara oculta” de Las meninas y la obra maestra original de Velázquez en su ubicación habitual.
Tanto el marco como el bastidor son de madera de pino en ambas obras. El material de la obra de Muniz es similar en vetas y nudos a la de Las meninas, que se han pintado como el original para crear una réplica lo más exacta posible.
Te puede interesar: El TikTok del Museo del Prado gana el premio ‘Webby’ a mejor iniciativa de ‘Arte y Cultura’ del mundo
Una pieza histórica
El marco actual de Las meninas es de la década de 1920, hecho por la familia Cano. Vik Muniz y Barry Frier intentaron contactar con los herederos para conseguir un elemento metálico situado en la parte baja del lienzo original pero que, por desgracia, ya no se fabrica. Tras una exhaustiva búsqueda, los artistas lo encontraron en el Rastro de Madrid.
Se ha replicado también el vestigio de un adhesivo que estuvo, en algún momento, en la parte superior del marco del cuadro de Velázquez, además de la pequeña placa con el número de inventario del Museo del Prado. El nivel de detalle es supremo, de ahí que Muniz haya estado dos años intentando replicar a la perfección esa “cara oculta” de la pintura.
Te puede interesar: Claude Monet: más allá de la fragilidad del nenúfar
Con la obra descolgada, se hizo un conteo preciso de cada uno de los hilos de lino del lienzo de Las meninas. El cuadro de la obra de Vik Muniz es también de lino y tiene el mismo número de hilos. Las manchas oleosas que traspasan el lienzo y que se aprecian en la trasera de la obra de Velázquez se han reproducido con gouache y acuarela.