Los muertos no quieren estar en Internet: la mitad de los españoles pide borrar sus datos después de fallecer

El 36% de los ciudadanos eliminaría por completo su huella digital. Las funerarias trabajan cada vez más con los avances tecnológicos, como las redes sociales y la música en los velatorios

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Una mujer limpia una lápida
Una mujer limpia una lápida en el cementerio. (Álvaro Ballesteros / Europa Press)

Dicen que la gente solo muere cuando la olvidan, pero la memoria lleva otro ritmo en el mundo digital. Los perfiles de las redes sociales pueden permanecer activos muchos meses después de la pérdida. Facebook, Twitter e Instagram siguen enviando notificaciones para recordar el cumpleaños de las personas fallecidas e incluso desempolvar alguna imagen compartida. El derecho al olvido está al alcance de cualquiera, pero todavía son muchos los que desconocen su funcionamiento. La Agencia Española de Protección de Datos explica en su página web que todos los ciudadanos pueden “solicitar la supresión de sus datos personales en los buscadores”, tanto en vida como después de su deceso.

Los testamentos digitales, con esta premisa, son cada vez más habituales. Los usuarios tienen que identificar en este documento todas las plataformas online a las que han subido información personal —datos bancarios, fotos, vídeos, cuentas de correo electrónico—. La idea es dejar por escrito ante notario lo que tienen que hacer nuestros herederos con ese contenido: eliminarlo, conservarlo o cederlo a una persona de nuestra confianza. La huella digital está al orden del día y son muchos los españoles que no quieren dejar ningún rastro de su paso por Internet. Como dato, en cinco décadas, Facebook tendrá más usuarios muertos que vivos, según una investigación del Oxford Internet Institute (OII).

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La planificación anticipada de lo que sucederá con nuestros datos tras la muerte no se limita solo al mantenimiento —o la cancelación— de los perfiles en redes sociales. Los servicios relacionados con la gestión del legado digital también contemplan la creación de cuentas conmemorativas, herencias digitales, derechos de autor, informes de presencia online y cajas del tiempo. El comparador de funerarias Funos ha publicado esta semana su barómetro anual, donde ha preguntado a los clientes por este y otros temas relacionados con la muerte. El 54% de los españoles reconoce que le gustaría borrar su huella digital de Internet después de fallecer, aunque el 17,7% solo eliminaría las redes sociales. Mientras tanto, al 24,2% de los usuarios no le importaría mantener sus perfiles abiertos.

La revolución tecnológica ha llegado hasta los seguros de decesos, que ofrecen cada vez más esta cobertura y gestionan el borrado de la huella digital. Las empresas han visto en los servicios funerarios un nicho de mercado con mucha tela que cortar, de hecho, los ciudadanos pueden acudir a alguna que otra startup para planificar su entierro, notificar su deceso a través del teléfono móvil y gestionar sus últimas voluntades. Los profesionales del sector han percibido en el último año un fuerte crecimiento de ciertas tendencias, como la personalización de ataúdes, la selección de música para la despedida y el fin de los colores oscuros.

¿Cómo hacer un testamento digital?

Los ciudadanos, en este contexto, se preguntan qué hace falta para disponer de un testamento digital. Este documento, al que tienen derecho todos los usuarios, tiene que incluir los datos personales, las contraseñas y perfiles de cada red social, las cuentas de correo electrónico, los blogs creados, e incluso las suscripciones de Spotify, Netflix y HBO. Las personas utilizan este escrito para dejar claras sus voluntades digitales antes de fallecer y designar al encargado de hacerlas cumplir.

El primer paso siempre es recopilar todas las posesiones digitales y las contraseñas de cada plataforma, puesto que sin estos datos el documento pierde sentido. Los usuarios tienen que decidir qué hacer con la información personal que navega por Internet y escoger quién se hará cargo de cumplir sus deseos. El testamento digital tiene que quedar custodiado por escrito y requiere de la firma de un notario, que acreditará su validez y la vigencia de las instrucciones dispuestas. La información personal de nuestros seres queridos, con esta fórmula, también puede descansar en paz.

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