La vida de Matthew Perry antes del éxito de ‘Friends’: de estrella del tenis a actor en ‘Beverly Hills 90210′

La muerte de Matthew Perry sigue resonando varios días después. Adiós al querido Chandler Bing de Friends, a quien seguidores y extraños abrazaron años después del gran éxito de su carrera por su combate frente a las distintas adicciones que coleccionó, lanzando en sus últimos años un poderoso mensaje a quienes pudieran verse tentados; para alejarlos, para no acabar como él. El cadáver fue hallado en su domicilio en Los Ángeles. Tenía 54 años. Y surgen estos días a raíz del desgraciado acontecimiento numerosas informaciones acerca de Perry, con una interesante trayectoria ya antes de la serie que le dio la popularidad. Repasaremos aquí sus primeros pasos, los que llevaron a Matthew a ser Chandler para la memoria colectiva.

Perry (Williamstown, Massachusetts, 1969), hijo de una periodista -secretaria de prensa del primer ministro Pierre Trudeau- y un actor, se forjó en el teatro desde la infancia, en la que por momentos parecía más destinado al tenis. Fue durante su estancia en Canadá. Ya en California, con sus padres separados, el intérprete tomó el camino por el que será recordado. Su primer papel acreditado fue en 240-Robert (1979). Era un niño. Se trataba de una serie estadounidense emitida por la cadena ABC que duró dos temporadas. Relata el día a día de una unidad de policía en Los Ángeles.

Es en los 80 cuando se asienta en series de cierto reconocimiento como la sitcom Charles in charge (1984) y Growing pains (1985). Muchos no caerán, pero participó en la célebre Beverly Hills 90210 (1990), ya con un aspecto más similar al de sus primeras veces en Friends. Encarnó a un deportista, Roger Azarian, para lo que seguramente le ayudó saber jugar al tenis.

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Friends comienza a emitirse en septiembre de 1994 y ya nada volvió a ser igual. Junto a Jennifer Aniston, Courteney Cox, Lisa Kudrow, Matt LeBlanc y David Schwimmer trabajó en una producción que aún hoy sigue siendo vista a diario por fanáticos en todo el mundo, incluso quienes en aquél año aún no habían nacido. O llevando ‘peregrinos’ a escenarios de la serie en Nueva York, donde estos días se ven ramos de flores por el fallecimiento de Perry. El actor llegó a ganar un millón de dólares por capítulo las dos últimas temporadas, pero ni salario ni trascendencia le hicieron feliz. Tenía un grave problema. Admitió años más tarde que era incapaz de ver la serie: se detectaba deterioro físico fruto de su consumo abusivo de alcohol o drogas.

“Estaba tomando vicodina, pesaba 58 kilos y me veían 30 millones de personas. Bebía, tomaba opiáceos, cocaína. Me di cuenta temporada a temporada por cómo me veía. Por eso no quiero verlo, porque eso es lo que veo”, lamentó en una entrevista. Eso sí, se impuso una norma: no consumir durante los rodajes. “Tenía demasiado respeto por las cinco personas con las que trabajaba (Aniston, Cox, Kudrow, LeBlanc y Schwimmer), aunque sí llegué un día al set de grabación con una gran resaca”.

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Gastó varios de esos millones ganados en curarse, en mantenerse sobrio. Y continuó trabajando. Su carrera podría haber despegado nuevamente de haber prosperado Studio 60, en la que trabajó a las órdenes de Aaron Sorkin con buenas críticas pero bajas audiencias.