Los sindicatos y la patronal del sector bancario comienzan este martes la negociación del convenio colectivo al que están sujetos los trabajadores de Banco Santander, BBVA, Sabadell y Bankinter, y dos días después, el 2 de noviembre, se iniciará la del convenio de ahorros que integra a los trabajadores de CaixaBank y Unicaja Banco, entre otras entidades. La negociación arranca dos meses antes de que finalice la vigencia del actual convenio colectivo.
Un convenio con el que, a juicio de Javier de Dios, responsable del sector financiero de CCOO, los trabajadores deberían recuperar el poder adquisitivo perdido tras la subida de la inflación y beneficiarse de los resultados récord conseguidos por los bancos: “Los beneficios que están presentando los bancos son magníficos y las plantillas ha contribuido a conseguirlos, por lo que es esencial que una parte de ellos reviertan en los trabajadores”, argumenta.
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Las prioridades de Comisiones Obreras (CCOO), Unión General de Trabajadores (UGT) y Federación Fuerza, Independencia y Empleo (FINE) en su negociación con la Asociación Española de Banca (AEB) son obtener un incremento salarial para los trabajadores de entre el 17% y el 23% en tres años.
Para 2023 van a pedir medidas adicionales de compensación por las pérdidas de poder adquisitivo con un incremento del 4% y con efectos desde el 1 de octubre. Para 2024 demandan un aumento del 5% más otro 1% en función del incremento del IPC, junto a otro 1% en función de los beneficios que han obtenido las entidades. De cara a 2025 y 2026 solicitan cada año una subida del 4%, más un 1% en función del IPC y otro 1% por beneficios.
Además, “pediremos garantías para que esos aumentos pactados y abonos no recurrentes se apliquen a toda la plantilla sin compensación ni absorción ni mecanismos similares”, afirma Javier de Dios.
Tope a los préstamos
Junto a la subida salarial, otra de las demandas de los sindicatos es que los préstamos concedidos por los bancos a sus trabajadores para comprar la primera vivienda estén limitados con un tope del 1% hasta el 1 de octubre de 2024, una medida que podría ser ampliable, indica De Dios.
También piden que se defina en el convenio unas condiciones mínimas y topes en los tipos de interés, el compromiso de negociación de mejora de dichos mínimos en cada empresa y el compromiso de mejorar o suscribir acuerdos con la Agencia Tributaria sobre las retribuciones en especie.
Mejorar el clima laboral
Un tercer apartado en el que harán hincapié los sindicatos ante a la patronal son las medidas sectoriales y por empresa con las que pretenden mejorar el clima laboral. Para ello, solicitan que se pongan en marcha medidas que actúen sobre la presión comercial, las cargas de trabajo de los empleados, la dotación de plantilla, los riesgos psicosociales y que se consideren las enfermedades psicológicas como profesionales.
Estas medidas se negociarían en una mesa aparte en la que se solicitaría a la patronal un compromiso para profundizar en ellas una vez firmado el convenio, señala el sindicalista de CCOO. Junto a estos ejes, los sindicatos pretenden presentar propuestas conjuntas en torno a la carrera profesional, al empleo, a la igualdad y a los derechos digitales.
“Las plantillas están sufriendo una carga mental muy grande, debido a ello han aumentado las bajas por tema de salud mental motivado por las reducciones de plantilla que se han producido desde 2008″, señala Javier de Dios.
Otras de las propuestas serían solicitar cinco días de permiso por necesidades urgentes en caso de enfermedad u hospitalización de un familiar, abordar mecanismos para que se cumplan las jornadas que realizan las plantillas y solicitar que un mayor número de mujeres alcancen puestos directivos.
Peticiones realistas
Los sindicatos han decidido iniciar con antelación la negociación del convenio para que no se prolongue en el tiempo y tener los acuerdos firmados antes de la celebración de las Juntas de Accionistas en el primer cuatrimestre de 2024.
No obstante, Javier de Dios prevé que la patronal intente dilatar la negociación “a ver si se moderan los tipos de interés y el IPC y así restarnos fuerza a la hora de negociar”. En este caso, el sindicalista asegura que “tenemos herramientas de presión y podemos movilizar a las plantillas. Ellos querrán llegar a un acuerdo mínimo en materia salarial, pero nuestras peticiones son realistas”.