Ni invasión ni avalancha, los migrantes llegados a Canarias no llenarían medio Bernabéu: “El mensaje de alarma solo les deshumaniza”

Las más de 23.000 personas han llegado al archipiélago este año suponen un 4% de la inmigración total, recuerdan los expertos consultados por ‘Infobae España’, que abogan por una flexibilización del sistema de visados

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Decenas de migrantes llegan en un cayuco a la isla canaria de El Hierro el pasado 26 de octubre. (Europa Press)
Decenas de migrantes llegan en un cayuco a la isla canaria de El Hierro el pasado 26 de octubre. (Europa Press)

Si una persona extranjera echara ahora mismo un vistazo a la prensa española, podría pensar que el país vive una “invasión migratoria” tras las llegadas de cayucos a las islas Canarias en las últimas semanas. Pero nada más lejos de la realidad. Aunque la ruta canaria, la más mortífera de todas, registra un repunte migratorio y ha recibido a más de 23.000 personas entre el 1 de enero y el 15 de octubre, esa cifra “solo supone un 4% de la inmigración total y no existe ni un aumento de la delincuencia ligada a las entradas irregulares ni traen enfermedades”, como algunos políticos de derecha y ultraderecha han señalado estos días, señalan los expertos consultados por Infobae España.

El total de inmigrantes llegados a España por vía marítima o terrestre desde el 1 de enero y hasta el 15 de octubre alcanza los 36.814, según datos del Ministerio del Interior, más de los 25.169 que arribaron en ese mismo periodo en 2022. Aunque pueda parecer una cifra desorbitada, lo cierto es que no llenarían ni la mitad de las 80.000 butacas con las que cuenta el Santiago Bernabéu.

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Por comparar con otro dato, son 180.000 las personas ucranianas que han recibido protección temporal en España, después de que la Unión Europea activara ese mecanismo el año pasado para quienes huían de la invasión rusa, concediéndoles de manera inmediata permiso de residencia y trabajo. “Estamos hablando de más de cuatro millones de refugiados y esto en ningún momento puso en jaque el sistema de protección, el de salud o el de seguridad, ni de Europa ni de España”, explica Loueila Mint El Mamy, abogada experta en materia de migración. El tratamiento mediático que se hizo entonces con los refugiados ucranianos “fue respetuoso, sin generar una alarma”, por lo que también la población lo percibió como tal.

Sin embargo, añade la abogada, ahora se pone el foco “en ese 4% del total de la inmigración que llega de forma irregular” a las costas españolas, “una alarma que no es compatible con la realidad que estamos viviendo”.

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El buen clima y el mar el calma han propiciado las salidas de muchos migrantes en las últimas semanas hacia Canarias desde países africanos como Senegal, donde la sobrepesca industrial ha afectado los medios de subsistencia de jóvenes pescadores y comerciantes, si bien otros llegan desde Marruecos, el Sáhara Occidental, Mauritania o Gambia tras varios días de navegación hacinados. No obstante, indica Mint El Mamy, la población migrante mayoritaria que vive en el archipiélago no proviene de África ni ha entrado de forma irregular, sino de América Latina, de Venezuela principalmente. “El perfil principal de solicitudes de protección internacional en Canarias es de población latinoamericana, personas que sí pueden venir en avión”, a diferencia de los migrantes africanos.

Mensajes racistas

Los traslados de migrantes que el Gobierno está realizando desde Canarias a la península han generado todo tipo de reacciones racistas y xenófobos en la última semana. Salvador Escudero, concejal del Partido Popular en la localidad malagueña de Torrox, donde han sido acogidos 200 migrantes en un hotel, los comparó con animales y sugirió que podían contagiar el tifus, comentarios que se suman a los de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que comparó la distribución de personas por provincias con “fardos que se envían y se van dejando por la península”. Otros políticos como el vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo (Vox), han hablado directamente de “invasión migratoria” y ha criminalizado a los migrantes acogidos en el municipio vallisoletano de Medina del Campo al asegurar que “generan inseguridad”.

Casi 300 personas viajan apelotonadas en un cayuco. (EFE/ Salvamento Marítimo)
Casi 300 personas viajan apelotonadas en un cayuco. (EFE/ Salvamento Marítimo)

Esos mensajes racistas, asegura Mint El Mamy, hacen que la población perciba el fenómeno de la migración como una amenaza, cuando además los políticos que venden ese discurso suelen ser “los mismos que tienen a una mujer latinoamericana cuidando de sus padres en una situación administrativa irregular”. En ese sentido, la experta también considera que son “las propias políticas migratorias” las que deshumanizan a quienes llegan de forma irregular a España, porque muchos de ellos, antes de subir a bordo de un cayuco arriesgando su vida y pagando a las mafias miles de euros, han intentado sin éxito obtener un visado.

Desde la ONG Accem, que trabajan en la atención de personas refugiadas, migrantes y en riesgo de exclusión social, aseguran que esos sectores que se aprovechan de ciertos prejuicios y estereotipos para propagar un mensaje de inseguridad son “minoritarios” y que en la inmensa mayoría de los municipios que acogen a migrantes en centros u otras instalaciones “sus vecinos muestran solidaridad y empatizan con el contexto tan complejo” que viven estas personas.

Cabe además recordar que sin los flujos de inmigrantes que llegan a España, un país de casi 48 millones de habitantes con una población envejecida y con una tasa de natalidad muy baja, sería imposible mantener el estado de bienestar. La población migrante, además, desempeña los trabajos menos valorados y deseados por la población española, como es el caso de la agricultura, el empleo doméstico y las ocupaciones más elementales.

Aportes a la economía y enriquecimiento cultural

Los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) confirman que los inmigrantes aportan más al estado de bienestar de lo que reciben, más aún teniendo en cuenta que España es un país de casi 48 millones de habitantes con una población envejecida y con una tasa de natalidad muy baja y, por lo tanto, necesita a la población migrante para prosperar. Cabe también recordar que buena parte de la población migrante desempeña, además, los trabajos menos valorados y deseados por la población española, como es el caso de la agricultura, el empleo doméstico y las ocupaciones más elementales.

“Todas estas personas llegan simplemente con ganas de tener un sitio donde trabajar, donde tener una familia y una vida como cualquiera de nosotros”, señala Accem, que indica que más allá del aporte económico, los migrantes también contribuyen al enriquecimiento sociocultural del país.

Un migrante en Canarias. (Marian León-Europa Press)
Un migrante en Canarias. (Marian León-Europa Press)

España, además, indican los expertos, ha aprendido a gestionar mejor los repuntes migratorios, pues aunque el sistema esté tensionado tras la llegada de cientos de migrantes a Canarias en los últimos días, “se ha visto reforzado con respecto a la crisis de 2020″, cuando se produjo un hacinamiento en el muelle de Arguineguín, en Gran Canaria. Los procesos, señala Accem, “son mucho más ágiles y las derivaciones son mucho más adecuadas”

“Trabajar en red y la experiencia de estos últimos años también ha hecho que tanto las ONG como el Ministerio del Interior podamos abrir plazas en península o en Canarias con muy poco margen y podamos tener equipos multidisciplinares de trabajadores profesionales especializados en lo que esa atención requiere”, añade Accem.

De hecho, este mismo lunes el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones en funciones, José Luis Escrivá, ha anunciado la puesta en marcha de dispositivos de atención a migrantes en terrenos de uso civil del Ministerio de Defensa en Madrid, Alcalá de Henares (Madrid) y Cartagena (Murcia). Se trata de tres emplazamientos que se abrirán en noviembre y que “añadirán unas 3.000 plazas al sistema de acogida”.

Actualmente, ha indicado Escrivá, España tiene abiertas 43.000 plazas entre la red de protección internacional y de atención humanitaria, de las que “unas 5.000 se han abierto en las últimas semanas” para atender el incremento de llegadas a las costas españolas.

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