Terminó la presidenta del Congreso, Francina Armengol, de pronunciar su discurso de bienvenida (dando los buenos días en todas las lenguas cooficiales) cuando pidió a diputados y senadores que se pusieran en pie y solicitó a la Princesa de Asturias que prestase juramento con arreglo a la Constitución Española. “Juro desempeñar fielmente mis funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes, respetar los derechos de los ciudadanos y de las comunidades autónomas y fidelidad al Rey”. Leonor sabía que había pronunciado las palabras más importantes de su vida. Lo hizo con voz firme, sin nervios. La princesa ya puede acceder directamente al trono de España si a su padre, Felipe VI, le sucediera algo.
El Hemiciclo se puso entonces en pie, aplaudiendo durante varios minutos tras el “viva el rey, viva España” pronunciado por Armengol. Leonor, que este martes cumple 18 años, miró a los presentes y seguramente pensó que la situación política que vive el país del que algún día será Jefa de Estado no pasa por su mejor momento, políticamente hablando. Por ejemplo, solo tres de los 57 diputados no socialistas con los que cuenta Pedro Sánchez para ser investido presidente del Gobierno han acudido a tan solemne acto. No han estado ni los de Junts, ni los de ERC, EH Bildu, PNV, BNG y la mayoría de los parlamentarios de Sumar, que ha enviado una pequeñísima representación por “cortesía parlamentaria”. También han faltado varios ministros del Ejecutivo en funciones: los de Podemos e IU. En el plano familiar, Leonor tampoco ha contado con la presencia de sus abuelos, Juan Carlos I y Sofía, que la esperaban en Zarzuela para la celebración de su cumpleaños. Tampoco ninguno de sus primos.
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La jornada oficial había comenzado 45 minutos antes. Los Reyes, la princesa de Asturias y la infanta Sofía salieron de La Zarzuela hacia el Congreso en dos Rolls Royce (el de Leonor con capota transparente) escoltados por la Sección de Motos de la Guardia Real. Llegaron a las 11.10 horas a la Carrera de San Jerónimo, donde se encontraron formando al Batallón Mixto de Honores, formado por la Compañía de Honores del Ejército de Tierra; Compañía de Honores de la Armada; Compañía de Honores de la Guardia Civil; y Escuadrilla de Honores del Ejército del Aire y del Espacio. Allí fueron recibidos por Pedro Sánchez.
Felipe VI recibió honores militares desde un podio y pasó revista a las tropas formadas en la plaza. Luego, la comitiva caminó hasta las escalinatas de la Puerta de los Leones, a cuyo pie fueron recibidos por la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, y el presidente del Senado, Pedro Rollán. Solo en ocasiones tan especiales el Congreso abre esta puerta, cuya fachada estaba engalanada con el baldaquino o dosel de gala, una pieza única que supera el siglo de historia y que decoró el atrio del Congreso por primera vez en 1902, con motivo de la jura del Rey Alfonso XIII cuando cumplió su mayoría de edad. Compuesta por dos piezas, tiene un peso de 215 kilos y ocupa una superficie de 147 metros cuadrados, para cubrir todo el atrio de la Puerta de los Leones.
Una vez dentro, la comitiva real entró al Vestíbulo de la Reina, donde saludaron al presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde Pumpido, y al presidente del Consejo General del Poder Judicial por sustitución, el vocal Vicente Guilarte. Después, los reyes, la princesa y la infanta Doña Sofía saludaron en el Salón de Pasos Perdidos a los miembros de las Mesas del Congreso y del Senado. Último trámite para el gran momento de Leonor.
La princesa ha jurado sobre el mismo ejemplar de la Constitución española en el que lo hizo su padre cuando este cumplió 18 años el 30 de enero de 1986, réplica del manuscrito obra del pendolista Luis Moreno, similar a la que se expone en el Escritorio de la Constitución. En concreto, es el séptimo de una serie de doscientos ejemplares impresos en 1980 en papel verjurado ahuesado, fabricado expresamente para esta edición por Guarro Casas.
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Aunque ha habido importantes ausencias políticas y familiares, el Hemiciclo estaba lleno. Los escaños del salón han sido retirados para colocar 585 sillas donde acomodar a diputados y senadores. Sobre el estrado estaban, además de los reyes, la princesa y la infanta, los presidentes del Congreso, el Senado, del Gobierno (en funciones) del Poder Judicial y los miembros de las mesas de ambas Cámaras. También estaban invitados los presidentes autonómicos (los de Cataluña y País Vasco excusaron su asistencia), los cuatro expresidentes del Gobierno, ponentes de la Constitución, el alcalde de Madrid y la presidenta de la Comunidad, la presidenta del Consejo de Estado, la presidenta del Tribunal de Cuentas, el fiscal General del Estado, el Defensor del Pueblo, los jefes de Estado Mayor, el delegado del Gobierno de Madrid... incluso un grupo de jóvenes de entre 18 y 28 años procedentes de toda España. Para que Leonor se viera representada con gente de su generación.
Una vez formalizada su jura, la Sección de Honores de la Batería Real disparó una salva de 19 cañonazos desde la explanada de la Catedral de la Almudena, junto al Palacio Real. Pero el protocolo aún reservaba varias etapas más para Leonor en el Congreso: su firma en el libro de Honor del Congreso, que con motivo de esta ceremonia de juramento inaugurará su segunda edición. Allí Leonor ha recibido las medallas del Congreso de los Diputados y del Senado. La ceremonia ha concluido con el saludo a los invitados en el Salón de los Pasos Perdidos y, ya en la calle, desde la escalinata del Palacio, con un desfile por la Carrera de San Jerónimo.
Collar de Carlos III y discurso
Luego estaba previsto que a las 13.30 el rey impusiera a su hija el collar de Carlos III, precisamente en el salón de Carlos III del Palacio Real. La imposición estuvo precedida de un discurso del presidente en funciones, Pedro Sánchez, y, al finalizar, la princesa ha pronunciado unas breves palabras: “Me comprometo con nuestros principios democráticos y con nuestros valores constitucionales, que asumo plenamente”, ha dicho. “Les pido que confíen en mí, como yo tengo puesta toda mi confianza en nuestro futuro”, ha añadido la heredera tras agradecer la condecoración y asegurar que “desde hoy” incorpora su lema “virtud y mérito” a su condición de “Princesa de Asturias y Heredera de la Corona”.
Después habrá una comida con más de 100 invitados, entre los que, además de los tres poderes del Estado, se incluyen representantes de otros ámbitos, incluidos el deporte, la aristocracia, la religión o la economía. El almuerzo tendrá lugar en el Comedor de Gala, donde Felipe VI pronunciará otras palabras, con lo que finalizarán los actos institucionales. Por la tarde, ya en un plano más íntimo, celebrará su cumpleaños con sus padres y sus abuelos. Juan Carlos I ha volado desde Abu Dabi para estar con su nieta en un día tan importante.