Nada más poner un pie en la iglesia, la imagen de las esculturas sin rostro ponen los pelos como escarpias. Con un blanco, ya algo desgastado y oscurecido por el paso del tiempo, y una posición de oración y lamento, crean una estampa escalofriante que no dejan indiferente a nadie. Quién sabe si este color refleja la pureza frente a los malos espíritus, pero si hay algo claro, es que es uno de los lugares más tenebrosos de Europa, que esta noche, durante Halloween, se convierte en una película de terror.
Puede parecer ficción, pero este lugar es real. Se localiza en la pequeña localidad de Luková, en el corazón de la República Checa, a unos 200 kilómetros de Praga, convirtiéndose en un punto turístico en la zona. Se trata de la iglesia de San Jorge, y la historia de sus figuras no es tan tenebrosa como su resultado. De hecho, no es nada más que un proyecto universitario de un alumno de bellas artes llamado Jakub Hadrava, el cual encontró en esta iglesia abandonada su inspiración.
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Un trabajo para la universidad
La iglesia de San Jorge fue construida a mediados del siglo XIV y a lo largo de su historia ha vivido numerosos acontecimientos de gran relevancia. No obstante, en el año 1968 fue cerrada y abandonada debido al derrumbamiento del techo durante un funeral, hiriendo a varias personas. Tras ello, los vecinos de la localidad no volvieron a entrar debido a que decían que estaba maldita.
Así permaneció hasta el año 2012, cuando gracias al artista Jakub Hadrava resucitó. Este, debido a un proyecto de la universidad, eligió la iglesia de San Jorge para recrear su propia obra de arte. Así, instaló nueve figuras fantasmagóricas de tamaño real sobre los bancos de madera en posiciones un tanto espeluznantes. Todo ello con la ayuda de Petr Koukl, un cuidador voluntario que vio en el proyecto la oportunidad de devolver la vida a la iglesia.
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Y eso fue lo que pasó, gracias a la atrevida idea de Hadrava fueron poco a poco muchos los que se acercaron a contemplar las esculturas. Estas, asistentes a una ‘misa eterna’ y una larga oración, representaban a la población alemana que rezaba cada domingo en la iglesia desde principios del siglo XX hasta finalizada la Segunda Guerra Mundial, cuando fueron expulsados del país. Para la realización de las figuras, el estudiante utilizó como modelos a varios compañeros de clase.
Influencia de la Iglesia
Con el paso de los años, la iglesia comenzó a recibir gran cantidad de turistas hasta el punto de que la Iglesia católica decidiera volver a reiniciar las actividades religiosas. Así, cada domingo se da misa en compañía de 30 curiosas esculturas, que no solo están sentadas en los bancos, sino que también simulan caminar por los pasillos y paredes de la iglesia. De esta forma, la entrada es gratuita, aunque aceptan donativos, y abren todos los sábados desde mayo hasta finales de octubre de 13:00 h a 16:00 h.