El Consejo General de Enfermería pide acabar con el disfraz de “enfermera sexy” en Halloween

Con la llegada de Halloween, el Consejo General de Enfermería (CGE) ha lamentado en un comunicado la “proliferación de disfraces” de enfermera “sexy”, que aportan “una connotación ofensiva y denigrante” a la profesión.

“Sirvan como ejemplo los trajes de enfermera con atuendo muy corto y sexy que no responde a un uniforme real —ni remotamente parecido— a lo que se añade un baño de sangre y los tintes homicidas o de muerto vivientes típicos de esta celebración”, aclara la entidad.

La reclama del CGE no es algo nuevo: cada año, diferentes colectivos feministas señalan el componente sexista de los disfraces femeninos por estas fechas. Una comparativa rápida a través de Google muestra cómo los términos “disfraz hombre” arrojan una gran variedad de resultados, mientras que los de “disfraz mujer” resultan en disfraces cortos que, sin importar la edad o la temática, llevan el apellido “sexy” al lado. Entre los más populares, el de enfermera.

Desde sus redes sociales, la organización colegial asegura llevar años “pidiendo la retirada de estos disfraces de diferentes centros comerciales y plataformas de venta ‘on line’ por presentar una imagen denigrante y estereotipada, impropia de una sociedad avanzada e igualitaria”. Vuelven a repetir su reclama este año, que se centra en dos puntos: la sexualización de la profesión y la paradójica relación entre “la muerte y el asesinato con los profesionales que cuidan y curan personas”.

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“A las enfermeras y los enfermeros no nos gusta tener que asistir cada año con perplejidad e indignación a la oleada de disfraces de ‘enfermera sexy’, ‘asesina’ o ‘zombie’”, asegura Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería.

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Para esta institución, que representa a 330.000 profesionales españoles, se trata de una imagen que daña “una profesión cuya dedicación no solo exige unos niveles de cualificación académica y universitaria de primer nivel, sino que es reconocida como baluarte de la calidad de la asistencia sanitaria”.

El disfraz no afectaría solo a estos profesionales de la salud, según el organismo, sino a la sociedad española en su conjunto.

“La imagen que se ofrece a los más jóvenes no contribuye a crear una sociedad más igualitaria y de respeto a la imagen de la mujer con esa visión tan sexualizada, trivial y frívola que encubre un mensaje confuso y ofensivo”, añade el Consejo. En definitiva, aseguran, “atenta contra la dignidad de la profesión”.

Puntualizan que es un disfraz presente más allá de Halloween: “Se utiliza en fiestas, despedida de solteros, fiestas privadas, carnavales, etc.”, afirma la vicepresidenta del organismo, Raquel Rodríguez Llanos.

El CGE finaliza su comunicado con un “llamamiento a todos los padres y madres para que no vistan a sus hijos e hijas con disfraces de enfermeras que ofenden a la profesión”, así como al ámbito educativo, para que forme a los alumnos “en el respeto y dignidad de una profesión que cuida y protege la salud de la población durante toda su vida”.