Dos meses han pasado ya desde que Luis Rubiales besara sin consentimiento a Jennifer Hermoso tras la victoria de la selección española de fútbol en el mundial con todas las cámaras enfocándole. Este es el tiempo que ha tardado la FIFA en pronunciarse sobre este caso que ha supuesto un antes y un después en el fútbol femenino: la Comisión Disciplinaria de este organismo ha determinado este lunes una inhabilitación de tres años al expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Rubiales no podrá ejercer ningún tipo de actividad relacionada con el fútbol durante tres años, tanto en el ámbito nacional como internacional, al considerar que su conducta ha infringido el artículo 13 del Código Disciplinario de la FIFA. Y como era de esperar, el expresidente no está conforme.
“Desde ahora anuncio que voy a apelar”, ha asegurado Rubiales a través de su cuenta oficial de Twitter (ahora X). “Llegaré hasta la última instancia para que se haga justicia y resplandezca la verdad. Por muchos esfuerzos de algunos políticos, medios e instituciones, cada vez está más clara la desproporción e injusticia cometida”, ha continuado. Dispone ahora de diez días para solicitar explicaciones a la FIFA sobre esta decisión, que la puede recurrir ante la Comisión de Apelación de la FIFA.
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Con esta sanción, Rubiales se despide definitivamente de cualquier posibilidad de presentarse de nuevo a las elecciones de la RFEF, que se celebrarán en el primer trimestre de 2024. El Gobierno redactó una orden por la que cualquier persona que haya sido condenada en firme por la Justicia o sancionada por un tribunal deportivo o federación nacional o internacional no podrá presidir una federación. En un primer momento, Rubiales fue suspendido provisionalmente 90 días y este lunes ya su inhabilitación se ha hecho firme por dos actos cometidos: el beso no consentido a Hermoso en la entrega de las medallas y por el momento en el que se tocó los genitales en el palco.
Rubiales ataca a la FIFA
En un texto publicado a través de un tuit, el exmandatario afirma que “el procedimiento de FIFA se ha caracterizado por emitir decisiones sin los fundamentos de las mismas”. Ha lamentado así que lleva 66 de los 90 días suspendido sin haber tenido una audiencia completa para defenderse. “En los fundamentos de la primera decisión que me suspendía cautelarmente durante 90 días y que no fueron emitidos hasta el día 15 de septiembre y notificados el 19, la Comisión Disciplinaria basó la decisión y la urgencia en que ‘mi presencia como presidente de la RFEF podía impedir la administración de justicia’ (en el procedimiento disciplinario de FIFA)”, ha apuntado.
Y continúa: “Sin embargo, la decisión del Comité de Apelación rechazó mi apelación el día 29 de septiembre, a pesar de que el día 11 de septiembre, presenté mi renuncia tanto a mi cargo en la RFEF como en UEFA donde ostentaba la vicepresidencia. Si ya no ocupaba ningún cargo en el mundo del fútbol, ¿cómo puedo ser un peligro para el procedimiento por tener un cargo? Nuevamente, todo fue notificado sin fundamentos, fundamentos que hoy, 30 de octubre, aún no se me han trasladado, impidiéndome de nuevo apelar la decisión ante el TAS. Y todo esto, solamente en lo que respecta a las medidas cautelares impuestas”.
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Rubiales ha destacado que solicitó audiencia para poder presentar en persona sus argumentos ante la Comisión Disciplinaria y que se le denegó “sin explicar el motivo”. “He denunciado en repetidas ocasiones, ante la propia FIFA y ante el TAS, que la Comisión Disciplinaria desde un principio decidió incluir en el expediente únicamente las declaraciones de personas que, según la prensa, habían declarado en mi contra ante la Audiencia Nacional”, ha argumentado.
“Noticias que ahondaban en una idea negativa hacia mí, sin tener en cuenta, en ningún momento, cualquier noticia o publicación en ningún otro sentido. Entiendo que cualquier ente juzgador debe tener en cuenta todas las pruebas disponibles y no solamente las pruebas que sustentan la versión de la parte que quiere condenarme”, ha agregado.