La sequía ha sido probablemente uno de los fenómenos que más factura ha pasado este año, sobre todo en el sector del aceite. La subida de los precios del aceite de oliva ha sido una de las consecuencias que ha provocado la escasez de lluvias en todo el territorio español. “La situación de los pantanos en Jaén, Córdoba y Granada es bastante crítica, los pantanos están agotados y esto remueve la situación de sequía”, asegura el experto en aceite y secretario general de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) de Jaén, Juan Luis Ávila.
Sin embargo, las previsiones que estiman las compañías de aceite de oliva mundiales, como Deoleo, apuntan a que los precios se relajen a partir de junio de 2024, en el segundo semestre del año, y se termine frenando esta subida que ha causado principalmente la sequía y de la que no han obtenido ningún beneficio los agricultores, según indica el experto de COAG: “Del incremento del precio del aceite no tuvimos beneficio”, asegura.
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La subida o bajada del aceite sigue siendo una cuestión sujeta a pura especulación, aunque la mayoría de expertos creen que el precio echará el freno para esta temporada siguiente. Juan Luis Ávila señala que desde COAG aún no conocen a ciencia cierta si subirá o bajará, pero lo que sí asegura es que el verdadero problema que existe en el sector es la inexistencia de aceite. “Tenemos un año por delante de verdadera escasez debido a la baja cosecha de la temporada pasada a causa de la sequía, y todavía no sabemos que va a suceder con los precios”, insinúa el experto.
“Hay menos aceite que nunca”
La situación climática de los últimos meses es el principal condicionante de la producción prevista. Los episodios de elevadas temperaturas en plena floración provocaron pérdidas de flor y una merma en el cuajado del fruto, según recoge el informe de Estimación de la producción de aceite de oliva que ha presentado el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Sin embargo, los árboles han presentado condiciones heterogéneas en las diferentes zonas productivas. Este aspecto ha dificultado la realización del aforo en algunas regiones.
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El análisis por comunidades autónomas muestra un incremento de la producción respecto de la campaña pasada. En Andalucía, la principal región productora de aceite, se ha registrado un 5% más de producción con respecto a la temporada pasada, “aunque es mejor que la anterior, no es un incremento significativo”, añade Juan Luis, que conoce el porcentaje exacto de producción de aceite de Jaén. Si a esto le sumamos que en septiembre se recogieron 200 mil toneladas de aceite cuando los niveles medios en temporadas pasadas eran de 400 mil toneladas, “está claro que menos cantidad de oro líquido vamos a tener”, subraya el experto.
“Como hay menos aceite que nunca, el precio se dispara, no porque queramos, sino porque es una cuestión directamente relacionada con la situación de sequía que hemos vivido”, aclara Juan Luis. Algunas reconocidas organizaciones agrarias además de COAG, como Asaja y UPA también han anticipado esta situación. Han instado al Gobierno de España a implementar medidas específicas para afrontar lo que ya se pronostica como “la segunda cosecha de aceite de oliva más baja del siglo”.
Inexistencia de ayudas específicas en el sector del aceite
“En el año 1995 hubo una gran sequía y tuvimos que hacer frente a una situación difícil, pero los niveles de consumo en ese momento eran muy diferentes, esa relación producción y consumo no estaba tan tensa como ahora”, indican desde COAG. A pesar de ello, las ayudas son inexistentes en el sector ante la escasez de agua, lo que dificulta que los que se dedican a este campo, mantengan las esperanzas y sus pensamientos no se inclinen hacia la “quiebra técnica”. “No hemos tenido una ayuda específica como otros sectores en cuanto a la sequía, por ello pedimos al Gobierno ayudas concretas para poder subsistir con las cosechas que tenemos”, ruegan desde COAG.
Sobre todo reclaman estas ayudas para que la situación no sea tan compleja en las familias de olivareros que, a día de hoy, “está en declive debido a la escalada de los precios y la situación tan compleja que están viviendo”, asegura el secretario general. Aunque también señala que el porcentaje de personas contratadas para la recogida de cosecha no se ve afectado, pero, “movilizar a tanta gente si supone un incremento de costes “, recalca.
Así será la oferta de aceite en 2024 sin un cambio de escenario
En la actual campaña, que comenzó el 1 de octubre, ya se conoce el stock de aceite, el ministro de Agricultura, Luis Planas, sostiene que “tenemos capacidad de comercialización solo para los próximos cinco o seis meses”. Aun así, ha pedido tranquilidad y que no se especule porque podría ser todavía peor.
A pesar de las continuas quejas sobre el precio del aceite de oliva en los próximos meses, como ha ocurrido con otros productos como la gasolina y los alimentos en general, es posible que los ciudadanos empiecen a experimentar un cierto alivio en relación con el conocido como ‘oro líquido’.
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Dadas las existencias y niveles actuales de aceite de oliva, se espera que se puedan cubrir las demandas del mercado de consumidores en los primeros meses de la próxima campaña, comprendida entre los años 2023 y 2024. Es importante señalar que el cálculo no comienza el 1 de enero de 2024, sino que la campaña mencionada inicia el 1 de octubre. Por tanto, habrá que esperar para conocer si ocurrirá el gran desabastecimiento que se espera o no.