Los 5 Paradores más misteriosos: fantasmas, leyendas y fenómenos paranormales

Llega la época más terrorífica del año y como es tradición para muchas personas, el 31 de octubre las calles se llevan de fantasmas, brujas, vampiros o esqueletos, entre otros muchos disfraces. Se trata de una noche, de trucos y trato, de caramelos, sustos y fiesta. Y es que, a pesar de tratarse de una fiesta extranjera, poco a poco ha ido ganando peso en España. Hasta el punto de que muchos locales, restaurantes, gimnasios u hoteles decoran su establecimiento para ocasión. Aunque hay algunas personas que no les basta con vestirse para esta fecha, sino que desean vivir una experiencia digna de la noche de Halloween.

Existen diversos Paradores repartidos por España marcados por leyendas y misterios dignos de la noche de los muertos. Fantasmas, fenómenos paranormales o experiencias difíciles de explicar caracterizan a algunos de estos hoteles. Y no solo son los más creyentes quienes dan prueba de ello, sino que en muchos casos es el propio personal del Parador el que certifica que ocurren situaciones que se escapan al entendimiento de los humanos. En concreto, existen cinco Paradores dignos de reserva para pasar la noche de Halloween y vivir toda una experiencia para que se te pongan los pelos de punta.

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El Parador de Sigüenza, situado en Guadalajara, es icónico porque es una alcazaba árabe del siglo XII que ha sido convertida en un hotel, aunque esto no es lo más característico de este parador. Doña Blanca o, por lo menos, su fantasma, reside en este hospedaje desde hace años. Se trata de la mujer a la que Pedro I, apodado El Cruel, rechazó y que murió en extrañas circunstancias. Según cuenta la leyenda, desde entonces vaga por los pasillos de este Parador, cargando las cadenas que le impuso el monarca y profiriendo lamentos que asustan hasta al más valiente de los huéspedes.

Y es que, no se trata solo de creer o no, dado que los clientes no son los únicos que dan fe de estos ruidos fantasmagóricos, sino que los empleados también aseguran haberlos escuchado. Hasta el propio Iker Jiménez, ante la fama de este Parador, ha decidido dedicar varios programas al fantasma de Doña Blanca.

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El Castillo de Santa Catalina guarda una historia digna de la noche de Halloween que no deja a nadie indiferente. Esta fortaleza, transformada en el Parador de Jaén, ha sido relacionada en innumerables ocasiones con las situaciones paranormales, con un escenario que contribuye todavía más a crear esa atmósfera fantasmagórica: situado en lo alto de un cerro, con largos pasillos y grandes salones, y habitaciones (como la 22 y 23) que llevan años siendo compartidas por clientes y fantasmas o eso es, al menos, lo que aseguran aquellos que se han hospedado allí.

Y es que, este Castillo fue el escenario de dos trágicas historias de amor que fueron sesgadas violentamente hace varios siglos. El problema, según cuentan, es que ahora esos espectros vagan por el Parador de Jaén tratando de vengarse de sus agresores.

No todos los fantasmas tienen que dar miedo, asustar o ser malos, sino que se lo digan al espectro que vaga por el Parador de Oropesa, ubicado en Toledo. Este hotel, que se encuentra situado en el Castillo de los Álvarez de Toledo, cuenta con un espectro entre sus inquilinos, pero, a diferencia de otros, este derrocha cariño hacia los huéspedes. Se trata de un fantasma al que apodan La Dama y, según relatan múltiples clientes, y se hace notar a través de una luz blanca que emula los ropajes de la época medieval. En concreto, se trata de caricias lo que han podido sentir aquellos que se han hospedado bajo las paredes de este castillo.

Un cuadro de Carlos I, Príncipe de Viana, reina en el salón del Parador de Olite, situado en Navarra, en concreto en el salón principal. Una prueba gráfica del fantasma recorre los pasillos del castillo al caer la noche y al que acompañan otros miembros de su familia, como su abuelo Carlos El Noble, quien vaga por el Parador a lomos de su león Marzort. La madre de Carlos I, Doña Blanca, es otro de los espectros que aún reside en este castillo y que hasta el propio Gustavo Adolfo Bécquer escribió sobre ella.

Lo de la habitación 712 del Parador de Cardona, en Barcelona, sí que es digno de un programa de Iker Jiménez. Está siempre cerrada a no ser que un cliente pida expresamente hospedarse en ella. Sin embargo, muchos de los que han pasado la noche en ella puede que no repitan, ya que aseguran haber encontrado los muebles fuera de su posición o grifos abiertos. Según se cree, el origen de estas experiencias paranormales podría remontarse al siglo XI, cuando una mujer cristiana fue encerrada en la torre de Minyona tras haberse enamorado de un musulmán y haberse muerto de pena.