La Comunidad de Madrid encabeza, por cuarto año consecutivo, la competitividad fiscal de las regiones españolas, según el Índice Autonómico de Competitividad Fiscal (IACF) 2023 que se publicó la semana pasada. El estudio, elaborado anualmente por la Fundación para el Avance de la Libertad y la Tax Foundation de Washington, de corte liberal, compara y analiza los sistemas tributarios de las 17 comunidades autónomas —además de las tres diputaciones vascas con capacidad impositiva—. Los resultados son bastante similares a los del año pasado y las principales variaciones se producen en la parte media del ranking.
La capital, que consigue una puntuación de 7,33, mantiene el liderazgo de la tabla. Las tres provincias vascas, que tienen capacidad impositiva propia, se disputan las siguientes posiciones del podio. En este contexto, Vitoria se alza con el segundo puesto y suma 7,04 puntos, seguida de Bilbao, que logra una valoración de 6,97 puntos. Guipúzcoa, por su parte, se queda en los 6,82 puntos. El avance de Andalucía es particularmente significativo, dado que en los últimos siete años ha pasado de la decimosexta posición al quinto puesto actual, sin retroceder ningún año.
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Murcia es, sin duda, la región que más avanza en la edición del informe, pasando de la décima a la sexta posición. La reforma fiscal del Partido Popular, que ha concluido hace unos meses, está detrás de este resultado. El Gobierno murciano ha rebajado durante este período los tipos impositivos aplicables en todos los tramos de renta. Canarias es el territorio que más retrocede, pasando de la quinta hasta la octava posición. El séptimo puesto lo ocupa Castilla y León. La presión fiscal es más baja, según el citado estudio, para los habitantes de estas ocho comunidades autónomas.
¿En qué comunidades se pagan más impuestos?
La política continuada de rebajas fiscales de la Comunidad de Madrid ha contribuido a que sea la región que menos aporta en la financiación autonómica, todo ello en comparación con la recaudación normativa de la Agencia Tributaria, según datos de Fedea. La capital tiene la presión fiscal más baja de todo el país, un fenómeno que repercute de forma directa en la calidad de los servicios públicos de carácter regional. Cataluña es, por segundo año consecutivo, el territorio donde más impuestos se pagan, según el Índice Autonómico de Competitividad Fiscal.
El informe sostiene que uno de los factores que lastra la competitividad fiscal de Cataluña es la gran cantidad de impuestos adicionales creados por la Generalitat. La segunda región que más impuestos paga es la Comunidad Valenciana, que según la entidad necesita más “reformas fiscales de calado” en todas las áreas. El top cinco lo completan, por este orden, Asturias, Aragón y Extremadura. El secretario general de la Fundación para el Avance de la Libertad, Juan Pina, sostiene que “no es mediante la armonización tributaria, sino mediante la competencia fiscal, como se alcanzarán unos niveles de tributación media más adecuados para fomentar la creación y atracción tanto de empresas como de profesionales”.