Uno de los colectivos más castigados por el desempleo es el de los jóvenes menores de 25 años, cuya tasa de paro alcanza el 27,82%. A cierre de septiembre, más de 518.100 jóvenes residentes en España estaban desocupados, según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística.
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A este grupo de edad le cuesta mucho encontrar trabajo debido a que la mayoría carece de uno de los principales requisitos exigidos por las empresas a la hora de ocupar un puesto vacante: la experiencia. Por ello, es esencial que diseñen un currículum con gancho con el que consigan pasar los filtros de los departamentos de recursos humanos y en el que la falta de experiencia no suponga un lastre.
Debe ser un escaparate donde el solicitante de empleo refleje todas sus fortalezas, y en el que sus conocimientos teóricos, su actitud y su personalidad deben destacar como su mejor baza.
“No es tanto lo que pueden hacer, sino la emoción con la que un joven puede hacerlo”, señala Manel Fernández Jaria, profesor colaborador de los Estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
El currículum debe destacar frente a su competencia: “Un formato estructurado, ordenado y atractivo es esencial, ya que los reclutadores deben saber con un golpe de vista las características del candidato”, apunta Gina Aran, profesora colaboradora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC.
Otra de las claves es paliar la escasa o nula experiencia laboral con la académica, por ello deben explicar en el currículum los logros obtenidos a lo largo de los estudios, las competencias demostradas en alguna actividad de voluntariado o las capacidades desarrolladas al ejercer un deporte, afición u otra actividad, indica Fernández Jaria. También aconseja “destacar los proyectos relevantes y resaltar los resultados obtenidos”.
El poder del entusiasmo
Mostrar entusiasmo al redactar el CV es otra forma de sobresalir al solicitar un empleo. “Si el joven muestra entusiasmo, contagiará al resto, lo cual está demostrado que repercute en mejores resultados”, argumenta Gina Aran.
Debe hacer hincapié en sus habilidades de comunicación, sus dotes de liderazgo, la capacidad para resolver problemas o la facilidad para trabajar en equipo debido a que son competencias que los reclutadores valoran mucho al seleccionar candidatos.
“La comunicación y el liderazgo son cualidades muy necesarias y muy escasas; por lo tanto, muy buscadas” por las empresas, señala Aran. Recomienda redactar un párrafo en el perfil personal o profesional que incluya los puntos fuertes y voluntad del candidato de aportar valor a la organización.
‘Maestros’ digitales
Las competencias digitales muy demandadas y valoradas en estos aspirantes, y más cuando aportan un valor añadido para la compañía al poder enseñar esta disciplina a los trabajadores más veteranos.
Según los profesores de la UOC, si hay algo que puede aportar una persona joven a una empresa es un mejor desempeño en el entorno tecnológico, ya que, en pleno proceso de transición hacia lo digital, pueden formar o ayudar a utilizar herramientas a empleados más mayores que no estén consiguiendo adaptarse a procesos de trabajo digitalizados.
Una forma de demostrar estos conocimientos es que incluyan en su CV elementos multimedia como enlaces a un portafolios online que muestre sus logros formativos o códigos QR con información complementaria que amplíe la presentación inicial.
También aconsejan que en el currículum y en la entrevista de trabajo muestren las cualidades que requiere el puesto de trabajo ofertado. No se trata de decir todos sus puntos fuertes, sino de argumentar tres que le sirvan a la empresa, recomiendan desde la UOC.
No hay que olvidar incluir la experiencia laboral en trabajos esporádicos por mínima que sea, aunque no tengan relación con el trabajo solicitado, ya que, a juicio de Fernández Jaria, son “un aval de su nivel de responsabilidad y de su capacidad de trabajo”.