Quién es Jaume Roures, el empresario trotskista que sale de Mediapro

La noticia de su salida ha llenado las portadas de los grandes medios. El empresario fundador de Mediapro sale de la empresa tras 30 años en el cargo

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El exadministrador único de Mediapro, Jaume Roures, en una foto de archivo. EFE/ Mariscal
El exadministrador único de Mediapro, Jaume Roures, en una foto de archivo. EFE/ Mariscal

Jaume Roures abandonó el pasado viernes 27 de octubre la gestión del Grup Mediapro tras 30 años en su dirección. El empresario catalán fundó este conglomerado en el año 1994 junto con sus socios Gerard Romy y Taxto Benet, que ahora sustituirá a Roures en sus cargos de presidente y consejero delegado.

Según explicó el Consejo de Administración, Benet ya compartía la dirección del grupo como socio-gestor y venía ejerciendo sus funciones directivas, ratificadas el viernes, desde más de diez años. “Roures y Benet han sido unas piezas claves en la evolución no solo de Grup Mediapro, sino que han sido referentes mundiales en el sector audiovisual”, afirma la empresa en un comunicado.

La vida de Roures está marcada por su militancia comunista, sus relaciones con el independentismo catalán y un entramado de corrupción relacionado con sobornos en la liga de fútbol estadounidense.

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De la militancia comunista a la dirección empresarial

El empresario nació en abril de 1950 y dio sus primeros pasos en la militancia de Comisiones Obreras el Font Obrer de Catalunya y la Liga Comunista Revolucionaria. En esta época, donde todos le apodaban Melan (de melancólico), llegó a formar parte del secretariado de la IV Internacional. Fue encarcelado en varias ocasiones por sus afiliaciones políticas (”siete u ocho”, según ha explicado el propio Roures en alguna ocasión), una de ellas en 1983 por su supuesto apoyo a la banda terrorista ETA. Roures fue acusado de colaborar en la constitución del comando Barcelona y de acoger en su domicilio al etarra Iñaki Ibero Otegui.

Tras su paso por la catalana TV3, Roures funda en 1994, junto con Tatxo Benet y Gerard Romy, el Grup Mediapro. A pesar de comenzar sin apenas financiación, poco a poco se convertiría en una de las productoras más importantes de España y de Europa.

Es clave en la historia del grupo empresarial la llamada ‘guerra del fútbol’, un conflicto iniciado en 2007 con Prisa por los derechos televisivos de La Liga. Su primer gran triunfo llega a principios de 2015, cuando el Tribunal Supremo falló a favor de Roures y Benet en el asunto. También consiguieron arrebatarle la Fórmula 1 a Telecinco en el año 2010. Poco antes, en el 2005, Mediapro consiguió la concesión de la última licencia de televisión en abierto concedida, con la que comienza a retransmitirse el canal La Sexta, que se atribuye a la amistad cercana del catalán con el entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero.

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Las múltiples victorias de Roures se vieron ensombrecidas con la quiebra de Público en su versión impresa, editada por Mediapubli Sociedad de Publicaciones y Ediciones, empresa que fundaron Roures y Benet junto a Toni Cases.

Durante su concurso de acreedores, consiguieron una liquidación ordenada con unas implicaciones muy limitadas. Poco después, el periódico se relanzó en digital y continúa activo a día de hoy, como una de las cabeceras referentes en el marco de la izquierda.

Los casos de corrupción que salpicaron a Mediapro

09/09/2015 Jaume Roures,Acto beIN
SOCIEDAD ESPAÑA EUROPA MADRID DEPORTES
09/09/2015 Jaume Roures,Acto beIN SOCIEDAD ESPAÑA EUROPA MADRID DEPORTES

En el año 2017, Roures entra en el punto de mira del FBI con la empresa Imagina, que operaba en el país americano. Fue acusada e investigada por tráfico de influencias para lograr los derechos de retransmisión de partidos internacionales de fútbol mediante sobornos.

El caso propició la salida del tercer cofundador, Gerard Romy, acusado de participar de forma activa en la trama. La filial de Imagina estadounidense acabó firmando un acuerdo de conformidad con la Fiscalía por el que reconoció actividades ilegales, a cambio de una rebaja de las penas. Un pacto que el propio Roures ha negado que exista.

En España, la Guardia Civil le situó en 2019 en el caso Voloh, por supuestos tratos de favor por parte de la Generalitat en cuanto a la concesión de derechos televisivos. El diario El Mundo lo retrata como “una de las productoras mimadas por los medios públicos”, si bien Roures siempre ha desmentido la relación privilegiada con mandatarios independentistas.

Una salida auspiciada por Southwind Media

La salida tras 30 años dedicados a la productora habría sido propuesta por la firma asiática Southwind Media, accionista mayoritario de Mediapro. Algunos señalan la negativa de Roures a un “cambio de rumbo” en la empresa y su interés por aparecer en los medios como los causantes de su salida, en un momento en que el fondo chino, propietario del 85% de la compañía, buscaba mantener un perfil bajo.

La trayectoria del catalán se ha visto marcada por pérdidas de 215 millones de euros, que llevaron en 2020 a Mediapro al abismo del colapso. El último ejercicio de la compañía, sin embargo, apunta a recuperarse, con un ebitda de 189 millones de euros.

Quedaría todavía por resolver qué pasará con el 5% que todavía posee Roures de Mediapro. En este sentido, la agencia Reuters informó de que Orient Hontai (propietario de Southwind Media) estaría explorando vender su participación en el grupo, aunque todavía no hay confirmación oficial.

A pesar de haber apartado a Roures de la compañía, permanecerán en Mediapro los miembros del equipo directivo.

El vacío que deja Jaume en el grupo es inmenso, y desde un punto de vista personal añoraré mucho estas décadas maravillosas de trabajo conjunto, codo con codo, durante las que hemos colaborado para levantar el GRUP MEDIAPRO y convertirlo en lo que es”, declaraba Tatxo Benet en el comunicado de la retirada de Roures. El actual consejero delegado asegura que “Grup Mediapro seguirá estando en muy buenas manos”.

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